El sindicato censura a la dirección, que no le facilita el nombre del proveedor de los componentes que impiden, por su falta, mantener el ritmo de producción en la planta.
Barcelona, Sevilla, Zaragoza o Madrid son algunas de las ciudades que celebrarán distintas movilizaciones de la Asociación de Afectados Stellantis (AFESTEL) a lo largo de los meses de noviembre y diciembre para demandar soluciones a Stellantis por los motores defectuosos Puretech de marcas como Opel, Peugeot o Citroën.
En 2023 el portugués era el ejecutivo estrella del sector mundial del automóvil, ganándose un bonus récord concedido por los accionistas -eso sí, con oposición de algunos supervisores interno de la propia compañía, molestos con tales dispendios cuando el grupo estaba despidiendo trabajadores-. En menos de un año su fortuna ha dado un vuelco. La gran manifestación contra los recortes en Italia el viernes, el anuncio en el consejo de administración esta semana de que Tavares se irá en un par de años y las palabras del ejecutivo advirtiendo de cierres de fábricas en Europa confirman que vienen tiempos complicados para los trabajadores de la multinacional. Por ejemplo, para los de Vigo, que todavía no saben oficialmente qué modelo sustituirá en las líneas de producción el maduro y cuestionado Peugeot 2008.
El CEO de la multinacional responde a los accionistas que piden su cabeza y a los sindicatos que promueven huelgas atacando. El portugués adelanta cambios organizativos profundos antes del Consejo de Administración de esta semana, en el que se pedirá su cabeza.
La compañía argumenta que no está satisfecha con el ritmo de venta en Norteamérica y culpa a Tavares y a su política de reducción de costes.
Stellantis sigue adelante en su plan de introducir coches chinos en Europa, mediante su importación y ensamblaje, lo que aumenta las dudas sobre el futuro a medio plazo de plantas de producción propia como la de Vigo. Ayer anunció que los primeros modelos de su nueva filial Leapmotor International ya navegan hacia Europa.
El consejero delegado del grupo automovilístico Stellantis, Carlos Tavares, ha asegurado que la planta de Vigo cumple los parámetros para la adjudicación de la nueva plataforma eléctrica del consorcio, según han indicado fuentes sindicales a Europa Press.
El grupo mantiene en ascuas a la factoría de Balaídos hace años sin anunciar qué nuevos modelos producirá en un intento de arrancarle más subvenciones al estado. La visita de Tavares hoy, la primera en siete años, apunta a que puede haber anuncios pero una parte de la masa laboral aprovechará para denunciar su estrategia de “recortes”.
Rentable ya cuado era PSA Vigo, la facrotía olívica no deja de dar beneficios al Grupo Stellantis.