Sargadelos: 400.000€ de subvenciones, casi 4 millones de facturación y 5.000€ de multa
Las cuentas oficiales apuntan a que la cerámica no pasa problemas tras esquivar la quiebra hace unos años gracias a una notable ayuda pública. La causa del cierre -anunciado anteayer y matizado ayer- parece ser un enfado por parte de un empresario, Segismundo García, que ha tenido enfrentamientos con los sindicatos y que ahora está molesto por una pequeña multa de la Inspección de Trabajo.
Segismundo García, el dueño de Sargadelos, puede cerrar la fábrica de Cervo disconforme con una multa de Inspección de Trabajo de 5.000 euros después de recibir 400.000 euros de subvenciones hace menos de año y medio.
Según figura en la Base de Datos Nacional de Subvenciones, el Ministerio de Hacienda le concedió dos subvenciones al grupo Sargadelos el 31 de diciembre de 2023. Una fue para Fábrica Cerámicas do Castro SL por valor de 155.932,2€ y otra para Fábrica de Cerámicas Sargadelos SL por valor de 244.067,8€.
Cerámicas do Castro es la planta de Sada y Cerámicas Sargadelos es la de Cervo. La segunda, que tiene acciones de la primera, es la factoría que el dueño, Segismundo García, comunicó a la Inspección de Trabajo que iba cerrar.
Juntos antes, le habían multado con 5.000 euros por numerosas deficiencias en el ámbito de la seguridad laboral. El Ministerio de Trabajo confirmó que varias empleadas habían contraído neumoconiosis tras inhalar sílice.
Ambas subvenciones se abonaron al amparo de las ayudas urgentes tras la guerra de Ucrania. En concreto, sirvieron para compensar al grupo por el alza del precio del gas.
Además de estas ayudas del Estado, la compañía se benefició de un préstamo de un millón de euros de Xesgalicia, controlada por la Xunta, para salir a flote en 2014, cuando estuvo a punto de quebrar, según adelantó Economía de Galicia.
¿Cómo es posible que una empresa que maneja tales cifras decida bajar la persiana por una sanción de cinco mil euros?
Los motivos parecen no ser directamente económicos, dado que la compañía lleva años dando beneficios y su deuda, siendo relevante, no pone en duda su viabilidad dada su facturación.
Tras la enorme polémica desatada, el empresario ha reaccionado explicando que "no pretendemos un cierre, simplemente ante la presencia de polvo de sílice cristalino cancerígeno entendemos que nuestro principal deber, entre tanto no se subsana el problema, es proteger la salud de los trabajadores”. García ha dado a entender a los trabajadores que no habrá despidos y que seguramente podrán volver al tajo la próxima semana.
Es decir, que, tras reunirse con la alcaldesa de Cervo en la mañana de ayer, parece dispuesto a mantener la actividad.
Parece, porque el comunicado remitido ayer apunta a que busca llevar el asunto a los justicia. “De ahí, nuestra actuación que, confiamos, los tribunales sepan calibrar y sopesar", indica.
El inspector de trabajo que firmó la multa estuvo ayer en la factoría. El funcionario comprobó que la fábrica estaba cerrada y cientos de trabajadores a las puertas.
Hay que recordar que para cerrar una empresa del tamaño de Sargadelos es necesario presentar un ERTE, para una suspensión temporal, o un ERE, para una definitiva. No hay noticia de que García haya solicitado a la autoridad laboral ninguno.
Un empresario con antecedentes conflictos con los sindicatos
¿Cerrará Sargadelos? A pesar del ambiguo lenguaje del patrono, no parece probable. El mismo presidente de la Xunta, de quien depende la Inspección de Trabajo, indicó que la Administración está dispuesta a ser flexible en la aplicación de la normativa para evitar el cierre de la planta.
El conselleiro de Emprego, Comercio e Emigración, José González, ha pedido a Inspección de Trabajo la "máxima flexibilidad dentro de la legalidad" .
Con todo, visto lo visto, nadie puede poner la mano en el fuego. García, además de este encontronazo con los inspectores laborales, acumula polémicas con los sindicatos. De hecho, llegó a acusar a UGT de acosarlo.
“Gestiono o dirijo una representativa firma que, habiendo salido de la ruina hace dos años (y después de haber inyectado los accionistas casi un millón de euros en dos sucesivas ampliaciones de capital), se ve zarandeada, acosada y desacreditada por el sindicato UGT. La firma y mi persona”, denunció en un artículo publicado en El Progreso de Lugo en 2018.
Esas malas relaciones pueden ayudar a entender porqué en Cervo ninguna central ha logrado presentar candidaturas al comité de una empresa con más de un centenerar de proletarios. Los trabajadores se encuentran, por lo tanto, desprotegidos en gran medida.
Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil por la firma consultadas por Galiciapress, la fábrica no pasa por dificultades.
En 2023, Sargadelos presentó un beneficio después de impuestos de más de 321.000 euros. La facturación tendía al alza, subiendo en 131.000 euros hasta rozar los cuatro millones de euros en 2023. Fábrica de Cerámicas Sargadelos SL contaba con 101 empleados, la práctica totalidad fijos.
Eso sí, pese a la mejoría de los últimos ejercicios, la cerámica todavía arrastra un considerable agujero. Las cuentas reflejan unas deudas a largo plazo de más de medio millón de euros (557.145,91 €) y a corto plazo de casi un millón (892.414,69).
La mayoría de esa deuda a corto plazo, 466.000 euros, debía ser abonada en 2024. En 2025 solo se prevía tener que devolver unos 60.000 euros. Por lo tanto, los últimos números públicos no apuntan a que la empresa pase por dificultades económicas a corto plazo.
En definitiva, las cifras apuntan a que el amago de cierre que ha desatado la alarma entre el sector cultural, dado que Sargadelos es uno de los iconos de la identidad de Galicia, tiene por origen el enfado con la pequeña sanción de la Inspección de Trabajo.
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