Prosegur busca poner fin al conflicto en la refinería de Repsol ante una "posibilidad real de huelga de vigilantes"

Este viernes, y a diferencia de los anteriores desde que arrancó 2024, los vigilantes de Prosegur en la refinería de A Coruña no marcharán desde el Polígono A Grela con su partida habitual de la Calle Newton hasta la entrada del complejo petroquímico herculino. En su lugar, permanecerán como centinelas en la fachada de la infraestructura, aguantando estoicos en la acampada que arrancaron el pasado martes y que mantienen a manera de protesta por el "desprecio" y las "provocaciones" que han sufrido en los últimos meses tras las reiteradas demandas que han trasladado tanto a Prosegur como a Repsol, exigiendo mejoras salariales, que compensen la altísima carga de trabajo que sufren, y laborales, para que puedan desempeñar sus funciones de una manera más eficiente y segura.

La Unión Sindical Obrera (USO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) promueven las movilizaciones e Iván Blanco, secretario de organización de la Federación de Trabajadores de la Seguridad Privada de la Unión Sindical Obrera (FTSP-USO) ha censurado en las últimas fechas la nula voluntad demostrada hasta ahora por las partes para lograr desencallar una situación enquistada. 

Sin embargo, no todo son malas noticias, y todo parece indicar que desde Prosegur han decidido de una vez por todas tomar cartas en el asunto e iniciar un diálogo con Repsol para acercar posturas. "Parece que en unos días podremos sentarnos. Parece que Prosegur se tomó esto en serio. Algo nos podrán decir en los próximos días", comentan fuentes sindicales, aunque admiten que todavía no existen "garantías" de que se produzca una reunión.

UN CONFLICTO MUY LARGO

Los sindicatos señalan que hasta ahora el bloqueo había sido "total" y señalan directamente a Repsol, una empresa que "siempre ha sido una empresa para las contratas algo clasistas y de reconocer a las contratas los mínimos derechos posibles". En conversaciones con Galiciapress, la energética dejó la pelota en el tejado de Prosegur desde el primer momento, alegando que era un asunto que tenían que resolver en el seno de la empresa de seguridad privada. 

"El personal de seguridad son trabajadores con derecho a subrogación. En la refinería hay gente que lleva toda su vida laboral dando seguridad a Repsol. Ahora se sienten despreciados, porque en un primer momento les comunicaban a sus superiores las dificultades que encontraban, con la ampliación de servicios al puerto exterior de Punta Langosteira, y las exigencias cada vez mayores que llegaban desde la empresa, con más tecnología pero menos personal para atenderla... Situaciones que han llevado a este punto", lamentan, al tiempo que tachan a este conflicto de ser "uno de los más largos en años con Repsol". 

A esto hay que añadir que, hasta ahora, eran muy pocos los que se atrevían a alzar la voz contra una compañía que, dicen, suele tener una mano especialmente dura con los contratistas. Esto coincide con la denuncia que publicaron los sindicatos la semana pasada, manifestando de manera pública las "presiones e intimidaciones" de las que estaban siendo objeto, considerando que habían "cruzado una línea roja" con esa estrategia de "insinuaciones amenazantes".

Afortunadamente, "han cesado en esos métodos", en parte gracias al eco mediático que han tenido las movilizaciones de una plantilla compuesta por unos 40 trabajadores. En cualquier caso, la unidad es total en el colectivo, que se encuentra "animado y reivindicativo", proyecta mantener la acampada en los próximos días a la espera de que Prosegur y Repsol muevan ficha, especialmente por parte de la empresa de seguridad, de la que esperan que asuma la iniciativa. 

UNA OPA, UNOS RESULTADOS MILLONARIOS Y...¿UNA HUELGA?

Coincide en el tiempo con una opa parcial en Prosegur, aprobada ya por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para que Helena Revoredo se haga con el control del 75% de la compañía. Esta circunstancia ha podido dejar en un segundo plano las reivindicaciones de los trabajadores, pero desde los sindicatos no creen que esto pueda comprometer la lucha de los afectados, ya que lo perciben como "un cambio de acciones" dentro de "una empresa bastante estructurada". "Es una multinacional; ya estamos acostumbrados", resuelven.
 

De igual manera, también converge con la publicación de los resultados económicos de Repsol, con beneficios mil millonarios en el último año, lo que choca directamente con las pegas económicas que han puesto sobre la mesa para rechazar cualquier tipo de incremente económico. "Existe un trato discriminatorio con todas las subcontratas frente al personal propio", apostillan fuentes sindicales.

Ahora esperan una llamada para las negociaciones, pero también contemplan otros escenarios. Si ese telefonazo no llega a producirse y si todo esto responde a una jugada "para callarnos y parar las protestas", los sindicatos valoran los próximos pasos a dar, entre ellos la convocatoria de una huelga. 

Con todo, advierten que los paros entrañan su dificultad, ya que al tratarse de "una estructura crítica" los servicios mínimos pueden alcanzar el 90%, lo que merma considerablemente el derecho a la huelga. "Estamos obligados a prestar casi el 100% de los servicios. La huelga es una posibilidad real pese a todo, aunque ello represente a que dos vigilantes por turno puedan ir a la huelga", zanjan.