Violencia contra personal sanitario; los profesionales piden más sensibilidad a las autoridades
Las agresiones a profesionales de la salud son otro de los riesgos con los que conviven estos profesionales. La violencia tanto verbal como física han hecho que sindicatos y asociaciones profesionales reclamen más atención sobre este fenómeno. No existe un marco general de actuación para todo el Estado contra estas situaciones. Es por eso que ante esta situación se reclaman soluciones para evitar atentados contra la integridad física y moral de los sanitarios.
En cualquier momento puede saltar la chispa, una cita a un mes vista para un tratamiento, el apuro de un familiar porque atiendan a su pariente de forma rápida, las colas o las reacciones violentas de algunos pacientes para ser tratados en el hospital y las agresiones verbales. Sucesos así ocurren dentro de centros de salud, hospitales, PACs y otros centros sanitarios. La Organización Médica Colegial de España (OMC) informaba en una nota de prensa que durante 2023 se habían registrado 769 acciones violentas comunicadas a los colegios médicos. El número total de agresiones que ha registrado la OMC desde el año 2011 es de 7.261.
DESGRANANDO ALGUNOS DATOS
El 66% de las agresiones notificadas iban dirigidas a mujeres, punto este que confirma la tendencia a agredir a profesionales femeninas mayoritariamente. Dentro de la Atención Primaria, el 43% de los casos afectan a mujeres, en los hospitales son el 20%, mientras que Urgencias de Hospitales y Urgencias de Atención Primaria son el 10% respectivamente.
En el 51% de los casos las agresiones consisten en amenazas y coacciones dirigidas mayoritariamente a mujeres (65%). Un 11% acabaron en agresiones físicas, volviendo a ser mayoritario el número de mujeres, 58%, frente al 42% de hombres. El 13% de las personas agredidas acabaron en baja laboral, tres puntos más que en 2022 según la OMC.
“Realmente hay más casos de los que se denuncian y el repunte más importante se produjo después de la pandemia” señala Javier González, de CCOO. En concordancia con lo expresado por González, Manuel Moreiras de CIG, también destaca que “se registran menos agresiones de las que ocurren”.
Por su parte, el sindicato de enfermería SATSE señala en un comunicado que “ocho de cada diez enfermeras han sido víctimas de agresiones a lo largo de su trayectoria profesional”. Por otra parte, en el caso de los fisioterapeutas, el último sondeo realizado por el Sindicato concluye que son seis de cada diez los profesionales agredidos.
¿POR QUÉ?
Existen diversas causas que motivan las reacciones violentas contra sanitarios entre ellas las “estructurales” como las califica la OMC, aquellas que no están relacionadas con la atención médica. Así, un 72% de las acciones violentas corresponderían al tiempo de espera para ser atendido y un 28% debidas al mal funcionamiento del centro.
La atención médica estaba detrás de un 58% de las agresiones, a esto se suman las diferencias entre paciente y médico e informes con los que el o la paciente no están de acuerdo.
“La relación con el sistema sanitario se ha vuelto complicada, cada vez es más difícil asistir a un centro médico, esto genera tensión si la respuesta no es la esperada por el usuario” dice Moreiras. La dificultad está en la dilación en fechas de citas, en el acceso a pruebas y análisis. “Todo esto genera una respuesta agresiva”. Eso mismo señala Javier González, dificultad para acceder al sistema “sobre todo después de la pandemia, cuando se produjeron numerosos cambios para el acceso a los centros”.
En cuanto a las posibles soluciones ante este estado de cosas, SATSE reclama “un marco estratégico de actuación que obligue a las administraciones y empresas sanitarias privadas a implementar todas las medidas necesarias para acabar con las agresiones a los profesionales, como la elaboración y desarrollo de un Plan de Prevención contra la violencia en el ámbito sanitario”.
Por otra parte, Manuel Moreiras considera necesaria la formación en evitar “la escalada de tensión, aprender a manejar momentos de tensión y saber interpretar los signos y aplacar”. Este tipo de formación la ve necesaria en los cursos de formación para prevención de riesgos laboral.
Los sindicatos, asociaciones profesionales, observatorios y el propio Ministerio de Sanidad alertan del aumento de agresiones a sanitarios, con mayor incidencia en la sanidad pública que en la privada. Sin embargo, desde la parte profesional se reclama una mayor atención a este problema sobre todo unificando criterios entre las Comunidades Autónomas y con trabajo de concienciación.
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