Con una protesta frente a DomusVi de Ferrol el personal de las residencias privadas de mayores ha expresado su rechazo a la propuesta de convenio presentada por las empresas del sector. Las proletarias insisten en que, con las condiciones actuales, que son las mismas que fijó la Xunta hace casi 30 años, no se puede garantizar uns servicio digno a los ancianos.
Este miércoles, trabajadores y trabajadoras de residencias privadas de mayores se congregaron en Outeiro de Rei (Lugo) frente a la residencia DomusVi, en una nueva protesta para exigir un convenio colectivo que mejore las condiciones laborales y salariales en el sector. La convocatoria, organizada por el sindicato CIG, responde a la propuesta que la patronal presentó recientemente, considerada insuficiente por el personal y sus representantes sindicales.
Los profesionales del sector han iniciado una serie de movilizaciones para demandar mejoras colectivas sobre un convenio que ha quedado anticuado tras perder cerca de un 8% de poder adquisitivo en los últimos años. Falta de personal, sin recursos, con direcciones draconianas...el panorama en muchas residencias es desolador. Personal de DomusVi Ribadumia nos hace una radiografía de la situación de este centro, extrapolable a muchos de la firma líder en el sector en todo el país.
CC.OO. denuncia que lleva años denunciando falta de personal -que relaciona con el brote- y que la Xunta le ha respondido que no hay personal para contratar, que es el mismo argumento de la empresa. En Galicia hace unas semanas más de 10.000 enfermeras se presentaron a una plaza en el SERGAS.
Galiciapress recoge el testimonio de Isabel, hija de la fallecida, que como otros miembros de su familia todavía sufre las consecuencias de la sarna, muy contagiosa y difícil de eliminar: "Es horrible. Desaparece y vuelve a aparecer".
El centro coruñés, de servicio público pero gestión privada, está desde el 1 de agosto en manos del Grupo Clece, filial de residencias de ancianos de ACS, grupo del que es dueño el empresario y presidente del Real Madrid.
Las criticas de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB), la Mesa del Tercer Sector Social y la Confederación de empresas del Tercer sector no han impedido a la compañía hacerse con la gestión de la mitad del Servicio de Atención Domiciliaria de la ciudad condal (dos de sus cuatro zonas) a través de su filial Servisar.