Hospital Álvaro Cunqueiro: el centro que cubriría todo el sur de Galicia y que se quedó a mitad de camino

El Hospital Álvaro Cunqueiro se había ideado para atender un área con una población de 600.000 habitantes, la mitad en la ciudad de Vigo. La Xunta de Emilio Pérez Touriño buscaba el equilibrio entre norte y sur de Galicia en cuanto a prestaciones en sanidad pública, pues el Centro Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) y el Centro Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) atendían servicios que no se podían localizar en el área viguesa a pesar de la existencia de centros como el Meixoeiro, público, el antiguo Hospital Xeral (ahora ocupado por instalaciones judiciales) y el clínico Ribera-Povisa, centro privado concertado con el SERGAS (único en España en cuanto a modelo de concertación). El Álvaro Cunqueiro ofrecería un mayor número de camas, más prestaciones para evitar el traslado a Santiago, A Coruña u otros centros. Aún así, la Xunta de Alberto Núñez Feijóo dedice paralizar la construcción durante un tiempo “por falta de fondos para las obras”. Al final, el gobierno 'popular' de la Xunta decide crear un modelo de “cooperación público-privada” por el que la construcción y gestión no médica del hospital estaría a cargo de un ente privado y la atención médica sería pública. La construcción del hospital y su gestión privada se pagarían con fondos públicos. La sorpresa apareció a finales de julio de este año cuando el Consello de Contas, ente fiscalizador autonómico, presentaba un informe por el cuál el centro vigés supuso casi 500 millones de euros en sobrecostes. 

EL CAMBIO DE MODELO

El modelo totalmente público que iba a manejar el Álvaro Cunqueiro pasa, bajo la batuta de Feijóo, a ser un modelo en el que las empresas constructoras unidas en una UTE (unión temporal de empresas) acabarían siendo las concesionarias de la gestión del hospital. Esto ocurre cuando el centro hospitalario queda finalizado. Lo que no se cuenta hasta el 31 de julio es que la Xunta del PP ha pagado un sobrecoste de 470 millones de euros. Este dinero a mayores ha cubierto los gastos de licitación, la gestión privada y el sistema de canon a 20 años elegido por Feijóo para el hospital. Según el Consello de Contas, cuando finalice el período de 20 años el coste total habrá sido de casi 1.700 millones de euros

“Había tres grandes patas en el accionariado del Cunqueiro: las constructoras, la prestadora de servicios no médicos y las cajas de ahorros” dice Manuel Moreiras, CIG-Saúde. “El modelo de cajas de Feijóo acabó en fracaso y al final hubo que recurrir a fondos europeos para financiar el proyecto”. Por otra parte, cuando se retomaron las obras en 2011, “se creó una empresa 'ad hoc' para el control de gastos” dice Manuel Martín de SOS Sanidade Pública. Esta empresa haría el trabajo que debería hacer la administración pública.

Al final hubo una serie de recortes sobre la idea inicial y “se acabaron construyendo menos metros cuadrados, no se levantaron los edificios para el hospital de pacientes, el edificio para formación, los quirófanos se redujeron a la mitad y el número de camas quedó en 400” apunta Martín. “Todo apuntaba a que iba a ser un desastre porque el modelo de gestión elegido era calcado al que se usó en el Reino Unido y después en comunidades donde gobernaba el PP” describe Moreiras. Todo esto “apoyado desde la UE que pedía abrir al mercado ámbitos como el sanitario”.

Finalmente, la empresa gestora del Álvaro Cunqueiro 'Sociedad Operadora Novo Hospital de Vigo' (cuya empresa matriz es CRBC Spain Investiment Company SL), decía adiós al que había sido socio mayoritario en la UTE constructora y gestora, Acciona. Así, el 43% de las acciones pasaban al fondo de inversiones francés Meridian, propietario de la gestora de inversiones Bestinver. La operación sumó un total de 484 millones. 

¿RECUPERAR EL CUNQUEIRO?

Un dato a mayores es que a los 470 millones de sobrecosto se añaden los casi 83 millones que la Xunta paga cada año a la concesionaria de la gestión no médica del hospital. “Todo ese dinero se debería haber destinado a la atención primaria del área de Vigo, la que menos fondos recibe del gobierno autonómico” señala Moreiras. Por otra parte, el deseo de construir el complejo hospitalario para reducir listas de espera tampoco es que se haya cumplido. “El área de Vigo está, según el año, entre la primera o la cuarta en cuanto listas de espera” describe Martín. Además, se añade que el parking del hospital es de pago, frente al construido por el Concello que es gratuito.

A la hora de exigir responsabilidades o por lo menos respuestas, los grupos parlamentarios de la oposición pidieron la comparecencia de Rueda en la Comisión Permanente del Parlamento. Al final, la mayoría absoluta del PP tumbó la iniciativa y el presidente de la Xunta no tuvo que comparecer. 

A esto último se suman las suspicacias alrededor de dar a conocer estas cifras antes del mes de agosto y a algo más de seis meses de haberse celebrado las elecciones autonómicas. Tampoco hay citas electorales a la vista, por tanto, el informe llega en un momento nada comprometido ni para Rueda ni para el PP gallego. Las fuentes consultadas apuntan que tanto la no comparecencia del líder 'popular' y presidente de la Xunta así como las fechas elegidas para presentar las cifras del Cunqueiro, son una maniobra para retirar de la primera plana un problema que incomodaba. 

Como dato curioso, el 14 de agosto, quince días después de presentado el informe, el Parlamento Gallego retiraba el artículo de su reglamento que obligaba a presentar sus cifras al Consello de Contas.