Extinción de especies en Galicia: ¿adiós a las gaviotas y a las comadrejas?

La actividad humana ha alterado los ecosistemas y con ello se ha reducido en número de especies salvajes que antes los poblaban, eso o directamente han desaparecido. Actualmente, en Galicia se puede hablar de especies extintas recientemente y también de especies que están en peligro de desaparecer. Las hai que son un símbolo de esta extinción como es el urogallo (sobre todo los machos) antes muy presente en las montañas ligadas a la Cordillera cantábrica. Junto al urogallo mamíferos como hurones, comadrejas y osos están en la cuerda floja dentro del ecosistema gallego. Los factores que han llevado a esta situación son múltiples pero el esencial, como se ha apuntado, ha sido la intervención humana y sus consecuencias como el cambio climático y la contaminación. Dentro de estos factores también está el hecho de que el ser humano desde que cultiva y cría ganado ha visto a la fauna silvestre como un enemigo frente a sus producciones ganaderas y agrarias. La actividad pesquera también ha eliminado buena parte de la fauna marina, tanto en mamíferos, aves y peces. 

DEL UROGALLO AL ARAO

A día de hoy es difícil señalar qué especies animales se pueden considerar extintas definitivamente en Galicia. No hay registros detallados de animales que hubieran podido existir en el territorio gallego, sin embargo, en las últimas décadas se ha conseguido hacer un listado de especies gracias, muchas veces, al trabajo desinteresado de biólogos o amantes de la naturaleza. 
 

“Un ejemplo es el urogallo (pita do monte) al que se ha cazado a cientos en toda la Cordillera Cantábrica” dice Xabier Vázquez Pumariño, biólogo que centra su observación en aves. La caza se ha cebado sobre todo con el macho, lo que ha traído una crisis genética en esta especie. “Se observa que las hembras ponen entre dos o tres huevos cuando lo normal serían diez o algo más, esto es una depresión endogámica”. Existen muy pocos machos y lo que se consigue es una reproducción endogámica entre “parientes” lo que hace disminuir la puesta de huevos por parte de la hembra. En la actualidad quedan algunos ejemplares entre Asturias y León, un grupo al que se intenta proteger. En Galicia, el último avistamiento de un urogallo data de 1998.

El petiazul (papo azul) es un pájaro de tamaño reducido que habita en zonas de montaña. Son muy escasos y en Galicia vivía en Cabeza de Manzaneda hasta la construcción de los remontes de la actual pista de esquí. Estos remontes se construyeron sobre los lugares de nidificación y esto acabó por extinguirlo definitivamente en el Noroeste pues era el único lugar donde se había registrado su presencia.

La gaviota tridáctila de las islas Sisargas está también pasando por un momento delicado al ver su población mermada en los últimos años. Se sospecha de virus que afectan a este pájaro marino en diversas áreas de Europa así como los efectos de la contaminación marina y vertidos. Durante la catástrofe del “Prestige” la población conocida ya era muy reducida. El último ejemplo es el arao, extinguido ya tanto por la caza, como por la degradación del hábitat y la competencia con los pescadores por las especies marinas que consumía. Las artes de pesca con redes de nailon muy fino hacían que estas aves se enredaran y acabaran muriendo bien ahogadas o a manos de los pescadores. 

DEL MURCIÉLAGO AL OSO

Xosé Pardavila del grupo GEAS, señala que entre los mamíferos con mayor peligro de extinción son el desmán de los Pirineos (toupa de río) el furano (furaño da auga), esta última especie no está catalogada en Galicia. 

“Dentro de los insectívoros, en Galicia existen sobre veinticinco especies de murciélago y de ellas solo cuatro o cinco estarían fuera de peligro” dice Pardavila. En este caso, la topografía gallega no es numerosa en cuevas que permitan el refugio de estos mamíferos voladores. Sí existen, en cambio, varias minas que pueden ser usadas por los murciélagos aunque el peligro está en que, medioambientalmente, las minas no están protegidas y pueden retomar la actividad en algún momento.
 

Entre los grandes mamíferos la especie más amenazada es el oso pardo. De esta especie se han visto ejemplares en las montañas del Courel y en macizo ourensano. Aún así, está en un equilibrio precario. “Sobre el lince no estamos seguros porque tampoco sabemos si es o no una especie propia de aquí”. Más mamíferos que ven peligrar su presencia son los hurones y las comadrejas, muy ligados al bosque autóctono gallego y a sistemas de vegetación que están desapareciendo.