El comité de Stellantis Vigo asume la apuesta por Zaragoza como "el paso previo a más inversiones"

Este martes se anució el acuerdo por el que el Grupo Stellantis y la firma china CATL invertirán hasta 4.100 millones de euros para la construcción de una planta de baterías de litio hierro fosfato (LFP) en Zaragoza, lo que supone un gran espaldarazo para el empleo en toda Aragón, donde Stellantis tiene su fábrica más relevante a nivel nacional y que gana todavía más peso para las próximas décadas. 

La noticia, a priori, parece relegar a otras plantas, como la de de Balaídos, a un discreto segundo plano, sin ocupar un lugar prioritario en los planes de futuro de Stellantis. Sin embargo, lejos de verse como una mala noticia, en el seno del comité de empresa del centor olívico algunos sindicatos han recibido la nueva con relativo entusiasmo, pensando que este puede ser un primer paso para la llegada de más inversiones en España.

TRANQUILIDAD A LA ESPERA DE LA NUEVA PLATAFORMA

“El anuncio de hoy nos tranquiliza un poco. Una inversión tan importante del grupo en España, además de en Zaragoza, va a repercutir en Vigo y Madrid. Significa para nosotros una apuesta del grupo por el país”, sostiene Santiago García, representante de Comisiones Obreras en el comité de empresa de la planta de Vigo.

En ese sentido, la gigafactoría maña es interpretada como un buen síntoma de salud de Stellantis y no como un desplante más a la factoría viguesa, donde hoy la actividad está comprometida hasta 2030, sin más planes a largo plazo. “Sabemos que el contexto en el que nos movemos es complicado, con las matrices del grupo en Francia e Italia y las fuerzas que mueven a sus gobiernos para el grupo lleve allí modelos e inversiones. En este escenario entendemos que la asignación de la fábrica de baterías en Zaragoza es una buena noticia, pues nos da tranquilidad saber que se apuesta por España, por nuestras fábricas aquí, y que es un paso previo a futuro para que haya más inversiones en el resto del territorio”, razona García. 

Todo esto sucede en un momento de especial inquietud tras la dimisión de Carlos Tavares, que pese a que se sabía previamente que desde Stellantis buscaban reemplazar al empresario portugués para virar el rumbo, su salida fulminante ha sido un verdadero terremoto en la casa automovilística, lo que ha despertado muchos temores en una planta como la olívica.

“Aún no se ha confirmado la instalación de la nueva plataforma eléctrica que garantiza el futuro del Sistema 1 y eso genera inquietud”, reconocen desde el comité. Sobre el diálogo con la dirección de la planta en Vigo, García subraya que lo que busca el comité es “nos confirmen cuanto antes la instalación de esta plataforma”, aunque reconoce que “la situación actual del mercado del coche eléctrico no es la que se esperaba”, lo que podría demorar todavía más este proyecto a la esperar de tener más certezas sobre el rumbo que tomará la industria, especialmente si acaban irrumpiendo los modelos chinos en el mercado y estas firmas asiáticas acaban instalándose en Europa. 
 

“No existe la demanda que se esperaba. No nos preocupa mucho porque el 2008 está aguantando muy bien en el mercado con la versión híbrida y creemos que el turno de noche podrá aguantar el año que viene sin mayor problema. Por tanto, mientras nos confirmen que llegará esta plataforma y cuanto antes mejor, podemos decir que estamos satisfechos, pues sabemos que el futuro del sector está en Vigo”, sostiene García. 

“ESAS INVERSIONES SE VAN FUERA DE LA UE”

El impulso de proyectos que tengan al vehículo eléctrico como eje solo será posible, según las declaraciones que viene haciendo la cúpula de Stellantis en los últimos meses, si se conceden más ayudas públicas. Tanto el Gobierno de España como la Xunta de Galicia han subvencionado la actividad en la planta de Vigo y el propio Alfonso Rueda, respondiendo a las cuestiones de Galiciapress, indicaba que las concesiones están sujetas a una serie de cumplimientos.

“Estas ayudas son necesarias pero también tienen que estar vinculadas a lo que buscamos, y es que esa creación de puestos de trabajo y de riqueza se mantenga. Saben que esa es la condición y lo que queremos es que nos confirmen que todo eso se va a seguir produciendo, con independencia de quién es la cabeza visible o el máximo responsable de Stellantis", reafirmaba Rueda.

En esta misma línea desde Comisiones Obreras no ven que exista “un problema de subvenciones” y admiten la importancia de las ayudas estatales en un “sector que está completamente subvencionado” y ponen de ejemplo a Volkswagen, “que está anunciando cierres y afronta miles de problemas” pese a ser “prácticamente una empresa pública en Alemania”. 

“Lo que reivindicamos es que el grupo se comprometa a mantener los empleos y las piezas para los coches de la auxiliares se realicen aquí y no se traslade su fabricación a Marruecos, que es el tema que más nos preocupa al ver que esas inversiones se van a países que ni siquiera forman parte de la UE”, expone García.

De esta manera, con un peso relevante del sector en la economía gallega y española, el sector de la automoción vive un momento de crisis que se evidencia con los paros convocados en distintas auxiliares y las movilizaciones que se han celebrado en el último mes. La industria auxiliar es consciente de la importancia que tiene Stellantis y cifran, en el hipotético caso de que se propusiese un ERE en el grupo, en un 90% las auxiliares que se verían arrastradas por esta decisión, cuando ya muchas factorías se han adaptado para disponer de “la flexibilidad que quiere Stellantis, estando disponibles las 24 horas para la empresa”. 

“El funcionamiento de esta fábrica va a influir de forma determinante siempre”, valora García, aunque recuerda que “muchas de estas auxiliares tienen otros clientes” y que la crisis de los componentes, con su punto de partida a raíz de la crisis derivada de la pandemia, es una gran rémora para el conjunto de fábricas que componen el tejido del sector en Galicia. 
 

“Lo sufre Stelantis, Renault, Seat, Ford…todas las paradas que se producen son importantes, pero es evidente que si Stellantis tose las auxiliares se constipan. El sector atraviesa un periodo de incertidumbre y afecta principalmente a las auxiliares”, reflejan desde CC.OO.

PAROS Y ¿PROTESTAS?

Lo que sí ha percibido el comité de empresa en Stellantis Vigo es una mejoría en cuanto a las previsiones, tal y como se reclamaba en las negociaciones del convenio colectivo que tuvieron lugar el pasado año, cuando los paros en la producción acosaban a los trabajadores, pendientes del teléfono por si una llamada a última hora los dejaba en casa sin ir a trabajar al día siguiente.

“La última vez el aviso nos llegó con un mes de antelación”, refiere García, que ve la “recuperación de cierta normalidad a la hora de anunciar las paradas”, aunque no obstante no cree que esto deba dejar carta blanca para que “calendarizar las paradas signifique sufrirlas más a menudo”. 

“Debemos contar con cierto márgen con la empresa para que busquen las piezas para fabricar, pues queremos que se fabrique el máximo de días posible y no se tenga que tirar de los ERTE o mecanismos de flexibilidad, que siempre son más perjudiciales”, argumenta García. 

De esto también se han quejado otras empresas auxiliares que han realizado reajustes en la plantilla y los afectados ven ahora como los días de ERTE han mermado el tiempo por el que recibirán las prestaciones de desempleo. García, sin embargo, cree que “en la mayoría de EREs que se están negociando se aplican clausulas que permiten que ningún trabajador se vea afectado por los ERTE, porque hay mecanismos en los tiempos de ERE que se pueden solventar sin dificultad”.
 

Aunque las dudas sobre el futuro siguen sobrevolando a Stellantis Vigo, de momento desde Comisiones Obreras no se plantean la posibilidad de iniciar una guerra por su cuenta con la convocatoria de protestas o paros y apelan a la “unidad de acción”, algo que ha faltado en el sector en los últimos años. 

“Entendemos que todo pasa a través de la unidad de acción. Viene motivado por una política europea y las movilizaciones locales solo pueden perjudicar, no son positivas. Hace falta una unión sindical que tenga claro a dónde quiere llegar, que conceda la importancia que tiene la automoción en Galicia, en España y en Europa, y que busque espacios de acuerdo donde se pueda conseguir que el trabajo y las subvenciones se queden aquí, convirtiendo la transición hacia el coche eléctrico a través de los ERTE”, zanja García, que considera que hoy viven en “el paso por un desierto que inevitablemente tendremos que transitar” para “sensibilizar a la clase política de que sus decisiones repercuten en nuestros puestos de empleo”