El órgano representativo de los trabajadores insiste en la necesidad de construir el horno de cocción
Las cuentas de la firma estadounidense siguen reflejando la delicada situación del sector y refuerzan su intención de desprenderse de la factoría lucense.
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, ha defendido que el Ejecutivo central estará "atento y vigilante" ante un posible comprador de Alcoa, mientras la Xunta incide en que la compañía debe cumplir con los acuerdos firmados
La compañía de Estados Unidos estaría intentando rebajar los costes salariales para ganar opciones de deshacerse de la planta de Lugo, vendiéndola o cerrándola.
Los trabajadores sospechan y piden que el Gobierno y la Xunta supervisen quien se quedará con la planta de A Mariña, en su caso. Para ello, la compañía de Estados Unidos y Moncloa firmarán un acuerdo de confidencialidad, que permita a la administración evaluar la solvencia del hipotético comprador.
Durante mucho tiempo la comunidad caboverdiana en Burela fue casi motivo de anecdotario, eran los “morenos”, personas cuyas vidas pasaban desapercibidas a pesar de formar parte de la población local de manera efectiva pero no totalmente legal hasta llegados los 90
La reunión de seguimiento será el 4 de abril, pero el comité urge reuniones previas con administraciones
Tras varios retrasos, finalmente los actores implicados en la situación de la compañía norteamericana dialogarán después de Semana Santa.
La paralización de las obras de este horno afecta sobre todo a trabajadores de empresas externas.
Dado que la tendencia general del Bloque observada en A Mariña es similar a la observada en el conjunto de Galicia, no se puede afirmar que la propuesta nacionalista de nacionalizar la fábrica les haya proporcinado un especial empujón. El partido que más ha avanzado en la comarca en el PP, que abrió la puerta a una intervención pero si pedirla directamente. El partido que más sufre es el PSOE, que lidera el Gobierno Central, encargado de hacer cumplir a Alcoa lo firmado.
La re-entrada del Gobierno en Telefónica adquiriendo el 10% de las acciones o la petición de nacionalizar Alcoa por parte de la portavoz nacional del BNG Ana Pontón, hicieron mirar hacia atrás, a los años en que empresas enteras dependían de los gobiernos hasta que en la segunda mitad del siglo XX empezaron las privatizaciones y ventas de “lo público”. Ahora, después de dos crisis como la de 2008 y el COVID-19, algunas voces apuntan a una recuperación, por lo menos en parte de lo que antes era el “sector público”.
Alcoa arrancaba sus cubas de electrolisis este pasado catorce de febrero. Lo hacía después de los acuerdos firmados con los trabajadores y tras varios anuncios de dificultades económicas que harían inviable la puesta en marcha de la factoría de aluminio. Por otra parte, el precio de la energía es otro obstáculo que Alcoa presenta a la hora de garantizar el futuro de la fábrica instalada entre los concellos de Cervo y Xove.
El CEO de la multinacional del aluminio confiesa que están recuperando producción en algunos lugares de “bajo coste” mientras que prevén recortar en otros de “alto coste”. Con todo, insiste en que el verdadero futuro de la compañía no pasa por recortar costes, sino por unas nuevas tecnologías que “nadie más en el mundo” posee.
Tras el amago de romper lo firmado, la multinacional cambió de criterio y ha empezado a poner en marcha los hornos, pese a advertir que esto provocará que se agote el dinero para mantener la fábrica abierta antes. Está por ver qué pasa tras las elecciones.
Los ejes de la campaña socialista pasan por mostrarse como garantía para atraer nuevos proyectos industriales -al fin y al cabo el Estado controla casi todos los fondos Next Generatios- frente a un PP que dicen, privatiza la sanidad y no atiende a infraestructuras clave para el país como el Corredor Atlántico de tren de mercancías entre Galicia y Portugal.
La secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, declara que "desde el Gobierno de España vamos a hacer todo lo que está en nuestras manos para que una industria tan importante como es esta, no sólo para Galicia, sino para el conjunto de España, pueda seguir".
Ana Pontón es la más joven entre los y las presidenciables con opciones, pero en esta entrevista con Galiciapress demuestra maneras propias de una política con décadas de experiencia. Insiste en sus ideas fuerza -estamos ante una oportunidad única de tener una mujer presidenta y en la práctica esto es un combate BNG vs. PP- y esquiva potenciales polémicas -por ejemplo, una hipotética negociación con Democracia Ourensana para echar al PP. El pacto con la ANOVA de Beiras y Noriega, la nacionalización de la Alcoa y cómo solventar la falta de médicos en el SERGAS son otras de las cuestiones de esta conversación, la segunda de la serie de entrevistas electorales con los principales candidatos que está publicando este periódico.
La candidata de Sumar a la Xunta ha señalado que "hay muchos compromisos" con los trabajadores que se deben "cumplir y garantizar" y ha defendido que Sumar, "también desde el Gobierno progresista", espera "mantener ese control y vigilancia de esos compromisos".
En declaraciones a los medios este sábado en la capital lucense, Pontón ha recordado que el BNG dijo "desde el primer momento" que la hoja de ruta de Alcoa era "cerrar la factoría"
Los sindicatos habían amenazado con denunciar en la Justicia al CEO de la multinacional. Ayer mismo la empresa se reunió con los operarios y se limitó a leerles una carta en la que no se daban fechas para encender los hornos, que en teoría debería haber empezado a funcionar en enero. Hoy, en una reunión a cuatro bandas con Xunta, Estado y proletarios, la compañía realiza el sorprendente anuncio y, además, alega que no han incumplido el pacto vigente.