Cerrar granjas de visones “no es solución” según la OMS o Sanidad, dice Asociación de criadores pese al riesgo de pandemia

Las granjas de visones en Galicia han provocado no pocos quebraderos de cabeza en los últimos años a las autoridades sanitarias. Los ecologistas las tienen en el punto de mira desde hace décadas por la crueldad que, dicen, se practica dentro de las instalaciones, donde miles de animales son sacrificados para usar su piel en la confección de artículos de moda. Sin embargo, con la irrupción del Covid, los visones también se destaparon como un transmisor de enfermedades. Tanto es así que recientemente fue la gripe aviar la que saltó de las gaviotas que se posan sobre los tejados y jaulas de los animales las que transmitieron el patógeno a los visones.

La situación fue especialmente delicada y la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó del riesgo de pandemia. Los productores de la granja de Carral afectada defendieron las medidas de bioseguridad que utilizan, pero desde los colectivos ecologistas, como Greenpeace, endurecieron su discurso apremiando a las administraciones públicas a tomar medidas extraordinarias, como el cese total de la actividad en la comunidad. 

¿HAY BASTANTES CORTAFUEGOS?

En este caldo de cultivo, la Asociación Nacional de Criadores de Visón (Agavi) esgrime el dictamen que, aseguran, han emitido “expertos y autoridades de distintos organismos”, entre ellos la propia OMS, pero también el Ministeri de Sanidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), entidades que “no han recomendado el cierre de las explotaciones ganaderas de visón”. 

Según el colectivo, desde Sanidad avalan la actividad de los peleteros y descartan toda posibilidad de cierre. “Queda demostrado una vez más que actuamos con total transparencia y aplicamos medidas muy estrictas, por lo que pedimos de nuevo respeto para las granjas y para el sector, que da empleo en zonas rurales”, alegan desde Agavi, que adjunta un documento oficial del Gobierno fechado en febrero de este año en donde se incide que Moncloa no contempla el cierre de las granjas. 

La administración argumenta que los controles que utilizan las explotaciones ganaderas del país son oportunas y suficientes para la detección y prevención de la Covid y de “otras enfermedades respiratorias que también puedan afectar al ser humano”, haciendo especial mención a la gripe aviar que motivó “un refuerzo de la vigilancia epidemiológica” y por la que subrayan que “la Xunta adoptó medidas de control adscritas a la normativa europea, con la colaboración del sector en todo momento”. 

“TRANSPARENCIA” Y SIN CIERRES

En esa línea, defienden la “total transparencia” en la gestión de esta crisis, que fue comunicada “tanto a la Comisión Europea como a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA)”. En la evaluación de riesgo de transmisión llevada a cabo desde Sanidad, en la que se incluyó a los trabajadores de las explotaciones, refiere una “baja capacidad para transmitirse entre personas”, lo que sugiere un riesgo “muy bajo para la población general”. 

“En base a los informes disponibles, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y el Ministerio de Sanidad no han recomendado el cierre de granjas de producción de visón, con independencia de la detección puntual de casos de enfermedades en las mismas”, declara agavi en un comunicado. 

De esta manera, justifican que el Gobierno no piensa en el cierre del sector “por motivos sanitarios” y que los EPIs con los que operan los trabajadores bastan para “minimizar el riesgo de contagio” y actúan para que se detecten posibles infecciones de manera “temprana”.

“Somos conscientes de nuestra responsabilidad y los primeros interesados en la prevención, vigilancia, y en su caso, aplicación de las medidas que sean necesarias para evitar riesgos derivados de una eventual infección”, concluye el colectivo de peleteros, con una especial presencia y actividad en Galicia, donde ha generado una gran controversia que, parece, va a continuar en el aire.