Con la Wifi nadie llama a la puerta: cómo proteger nuestra conexión a la Red
La WiFi no es un sistema invulnerable, por eso se vuelve cada día más necesario el conocer diferentes métodos, códigos y barreras que protegan nuestras conexiones domésticas para evitar, en lo posible, el robo de datos informáticos y personales
La protección de nuestra conexión a la Red se ha vuelto un asunto cada vez más acuciante. Los diferentes tipos de amenazas aumentan tanto en número como en complejidad para retirarlas si se han instalado en nuestros sistemas. De aquí parte la necesidad de poseer un escudo antivirus, antimalware, anti...lo qué sea para proteger nuestra intimidad en Internet además de las diferentes interfaces que compongan la Internet de nuestro hogar.
La conexión WiFi es ya imprescindible para poder realizar la mayoría de nuestras tareas, desde las más simples a las que incluyen nuestro trabajo diario, operaciones bancarias, correos, redes sociales, nuestros perfiles, etc. Todo esto conforma un suculento tesoro para minar nuestros datos y manejarlos para su beneficio, muchas veces sin darnos cuenta. Nada nuevo en esta incipiente era digital. Pero lo que muchas veces olvidamos es cómo proteger nuestra seguridad digital doméstica. Esto sucede, quizá, por la comodidad de dar las órdenes pertinentes y ver como todo funciona. ¿Y si de repente nuestras cuentas aparecen vacías, o la pantalla no pasa del negro a las imágenes o que ni se puede enviar un whatsapp? La sensación de impotencia puede ser muy grande y el arrepentimiento por no haber actuado a tiempo contra los elementos que han dañado nuestra WiFi.
EL RIESGO QUE ESTÁ AHÍ
La mayoría de los usuarios estamos mal acostumbrados porque nos dejamos llevar por la inercia del "no creo que pase nada" al ver como todos los días nuestra conexión funciona correctamente. Creemos haber hecho los deberes después de configurar todas las actualizaciones y de descargar e instalar los pluggins necesarios, todo está listo, pero sin saber por qué, nada funciona.
Las Wifis deben estar protegidas contra todo tipo de malwares que circulan por la Red y es que no hacerlo es exponer nuestra privacidad a los cuatro vientos, incluso datos tan sensibles como nuestras cuentas bancarias y datos personales. Esto puede suceder, por ejemplo, a la hora de realizar actualizaciones, en alguna de ellas puede haber un "driver" que no encaja o que falta y ya no tenemos sonido en el ordenador o en la tele.
Es duro de reconocer, pero las conexiones inalámbricas son mucho menos seguras que las conexiones por cable, debido a la naturaleza de las señales de radio pueden ser interceptadas y pirateadas (el o la vecina que nos piratea nuestra WiFi). Para que esto no sucediera se crearon protocolos de seguridad que con el tiempo han evolucionado pasando de protocolos muy permeables a la última versión, WAP3.
Actualmente el protocolo WPA3 se presenta como el más seguro para proteger redes WiFi domésticas, pero también organizaciones y entidades públicas lo usan al ofrecer un nivel de seguridad elevado según los expertos. Aún así, no estamos ante la solución perfecta ni de lejos, pues es un hecho que la evolución de los software malignos y virus va muy rápida.
RECOMENDACIONES PARA MANTENER LA SEGURIDAD DE LA WIFI
Todo aquello que se pueda recomendar es poco si queremos mantener limpia y segura la conectividad de nuestro hogar. Por eso se pide que el firmware del router esté al día ante los posibles puntos débiles de nuestra WiFi.
Las contraseñas deben ser fuertes. Sí, ya se ha dicho por activa y por pasiva que las contraseñas no deben ser simples, como "123..", o poner fechas de cumpleaños y otro tipo de aniversarios. Es una buena idea el jugar con letras, números y símbolos (189ahg#$&) por ejemplo. Incluso si son algo más largas mejor, eso sí, cambiarlas de vez en cuando también ayuda y mucho.
El router que nos hemos comprado tiene un nombre de usuario y una contraseña de fabricante. Bien, pues el primer paso de todos debe ser cambiar estos dos elementos. El nombre de usuario figura en una base de datos y lo mismo que la contraseña, por tanto, es verosímil que se puedan apropiar de ellos alguien con quien no tendríamos ningún interés en hacerlo.
Además de esto, es aconsejable la desactivación de la WPS por su vulnerabilidad. Y lo más básico: usar HTTPS, sobre todo si accedemos a sitios web donde se usará información como datos bancarios, profesionales y personales.
RECOMENDACIONES DE LA POLICÍA NACIONAL
La propia web de la Policía Nacional y la Oficina de Seguridad del Internauta ofrecen las mismas pautas que se han enumerado y otras también imprescindibles para una buena seguridad. Cambios de IP y contraseña predeterminados, actualizar el nombre de la rede evitando nombres que puedan ayudar a identificarnos y usar contraseñas complejas.
Junto a esto, los dos organismos aconsejan configurar el cifrado WAP2. Se aconsejan las versiones WAP2-PSK o por WPA/WPA2-PSK si acaso aparece alguna incompatibilidad. Se deben filtrar direcciones MAC limitando el acceso a dispositivos específicos. Por último, desactivar WPS para disminuir las vulnerabilidades.
¿QUÉ NOS PUEDE PASAR SI BAJAMOS LA GUARDIA?
Lo primero, el robo de nuestra identidad, es decir, nuestros números de DNI, Seguridad Social y otros para cometer fraudes, estafas, etc., y que finalmente pueden repercutir en nuestra persona. También puede haber problemas legales por uso indebido de la red por parte de tercero con consecuencias graves que no quedan sólo en cuestiones técnicas.
La seguridad de la WiFi es tan necesaria como colocar cierres de seguridad en las puertas de nuestras casas. Esto implica protocolos fuertes, WPA3, y sumarles todas las medidas descritas. Sobre todo, actualizar códigos, contraseñales y nombres de usuarios.
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