#Claves de la semana

Galicia, cubierta de humo de la ola de incendios de Portugal, se pregunta cuando será su turno (vídeos)

Las imágenes de los satélites y las filmadas por los propios vecinos lusos a pie de fuego no dejan lugar a dudas. Portugal sufre una catástrofe ambiental cuya magnitud los gallegos conocen bien porque también han soportado olas de incendios así. Algo que está suscitando el debate sobre qué hacer para paliar el problema. Paliar, porque el consenso de los expertos es que, tarde o temprano, Galicia volverá a ser golpeada por los llamados incendios de sexta generación, megaincendios alimentados por el cambio climático y un rural despoblado repleto de combustible vegetal y especies pirófilas como el eucalipto.


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"Así de rojo está el sol hoy en Galicia por el humo de los fuegos de Portugal " comenta un internauta. "Es para flipar!! Todo el cielo lleno de humo de los incendios de Portugal…. A unos 300km…. Todo mi apoyo a mis hermanos portugueses", comenta otro.  "Toda la costa gallega amaneció cubierta por el humo de los brutales incendios de Portugal. Tristeza, por enriquecer a 4 han destrozado los montes. Galicia va detrás. Grandes incendios + eucalipto, eso no lo para nadie. La mejor prevención: frondosas autóctonas", aventura otra.

 

Aunque sacar conclusiones a partir de los debates que circulan en redes sociales es controvertido, no hay duda que muchos gallegos han experimentado una sensación de profunda inquietud este amenacer. En un día despejado el cielo no es azul, es gris.  No solo cerca de la raia, incluso a cientos de quilómetros, en Compostela, por ejemplo.  La espectacular luna de esta noche no fue blanca, fue naranja.

 

 

 

Además, en  muchas comarcas hay un penetrante olor a quemado. Incluso en áreas no muy próximas a la frontera, como O Morrazo.

 

Sol rojo y cielo gris sobre la Ru00eda deVigo en una foto tomada esta mau00f1ana desde Darbo, Cangas
Sol rojo y cielo gris sobre la Ru00eda deVigo en una foto tomada esta mau00f1ana desde Darbo, Cangas / E. González

 

Y eso que, afortunadamente para Galicia, los vientos no están empujando la mayoría del humo hacia el país. Los vientos soplan del este, por lo que el humo flota sobre todo sobre el Atlántico. La columna es gigantesca, de unos 200 kilómetros. 

 

 

 

Es producto de los megaincendios que asolan Portugal. En las últimas horas, el balance de víctimas ha aumentado a siete fallecidos, incluyendo cuatro bomberos y tres civiles. Entre los bomberos, tres perdieron la vida carbonizados cuando se dirigían a combatir un incendio en el distrito de Coímbra.

 

 

 

Además, se reportan alrededor de 50 heridos, de los cuales una treintena son bomberos. Algunos de los vídeos que llegan del país vecino son terroríficos. Por ejemplo, este de la Autopista A1, que toman la mayoría de los gallegos cuando visitan el país hermano.

 

 

 

La situación es crítica con más de 100 focos activos que han calcinado ya más de 10.000 hectáreas, amenazando con extenderse a otras 20.000 si no se logra controlar. Las regiones del centro y norte del país son las más afectadas, especialmente el distrito de Aveiro. España ha enviado dos aviones anfibios Canadair, y se esperan refuerzos adicionales de Francia, Italia y Grecia.

 

 

 

El gobierno portugués ha prolongado el estado de alerta hasta el jueves, mientras que las previsiones meteorológicas desfavorables, con altas temperaturas y vientos, complican los esfuerzos de extinción. Se han realizado evacuaciones preventivas en varias zonas y las autoridades han detenido a cuatro personas sospechosas de provocar algunos de los incendios.Las autoridades advierten que se esperan "horas difíciles" en los próximos días debido a las condiciones meteorológicas adversas.

 

¿Qué son los megaincendios y por qué son tan difíciles de extinguir?

 

Estos incendios se caracterizan por su rápida propagación, alta intensidad, y la capacidad de generar su propio clima, lo que complica aún más las tareas de extinción. Además, pueden extenderse por miles de hectáreas, afectando zonas urbanas, rurales y áreas naturales protegidas, lo que incrementa el impacto sobre el medio ambiente, la infraestructura y la vida humana. El aumento de estos eventos en la última década ha sido alarmante, especialmente en regiones como Australia, California y el sur de Europa, como Grecia, Portugal o España.

 

Las causas detrás de los megaincendios están relacionadas principalmente con el cambio climático, que ha intensificado las condiciones de calor extremo, sequías prolongadas y la disminución de la humedad en el suelo y la vegetación. Estos factores, combinados con el abandono rural, que deja grandes cantidades de vegetación seca acumulada, y la expansión de zonas urbanas hacia áreas forestales, crean un entorno propicio para la aparición de incendios de gran magnitud. Además, la gestión forestal inadecuada, con grandes plantaciones de especies pirófilas como el pino y el eucalipto a menudo con poco o nulo control, es otro factor que explica la virulencia de las llamas.

 

 

Combatir los megaincendios representa un gran desafío para los equipos de bomberos y las autoridades, ya que las estrategias tradicionales suelen ser insuficientes ante la magnitud de estos fenómenos. Se requieren tecnologías avanzadas, como el uso de aeronaves especializadas, imágenes satelitales para monitoreo en tiempo real y herramientas de predicción meteorológica, para intentar contener el fuego. 

 

Con todo, la prevención es clave para mitigar estos incendios: la gestión adecuada de los bosques -sustituyendo especies las megaplantaciones de eucaliptos y pinos por otras especies- la reducción de la acumulación de material combustible -mediante la recuperación de la ganadería en extensivo- y políticas públicas que enfrenten de manera decidida el abandono del rural -con ayudas para las actividades económicas en el monte y la provisión de servicios públicos dignos en las aldeas- son fundamentales para evitar que estos incendios sigan escalando en frecuencia y severidad. De lo contrario, más días serán como hoy, como si fuese un magosto en el tiempo equivocado que presagia una catástrofe aún mayor.

 

 

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