Denuncia colectiva de AFESTEL a Stellantis por motores Puretech defectuosos: "No hay otro caso igual con tantos afectados"
Galiciapress consulta el avance de este proceso judicial, con un alcance estimado de unos 4 millones de afectados en toda Europa, con Christian Díaz, experto en derecho empresarial que lleva la demanda articulada desde la Asociación de Afectados Stellantis (AFESTEL), colectivo al que deben dirigirse las potenciales víctimas para poder participar.
"Existen dos tipos de motor Puretech: los que se han roto y los que se van a romper". Así de cruda dibujan la realidad los afectados por los motores defectuosos de coches del grupo Stellantis en modelos de Peugeot, Opel o Citroëon. Los vehículos que experimentan la avería del motor se cuentan por miles y son todavía muchos los usuarios que viven ajenos al hecho de que lo que le ha pasado a su turismo no es un caso excepcional, sino que son muchas las personas que han sufrido lo mismo y que, ahora, en una gran movilización, plantean llevar el caso a la justicia, con el abogado coruñés Christian Díaz como la cara visible de este litigio que encabeza la Asociación de Afectados Stellantis (AFESTEL).
Aunque es el bufete Abogados y Consultores el que ha asumido esta causa, Díaz insiste en que ellos llevan el apartado legal, pero que las llamadas y consultas deben dirigirse siempre a la web de AFESTEL, que es donde se vertebra cada caso y se indica quienes pueden adherirse a la demanda y de qué manera para coordinar el número de afectados, que no ha dejado de crecer desde la fundación de este colectivo que cuenta ya con más de 6.000 socios.
LAS DIFICULTADES DE UNA DEMANDA COLECTIVA
El desarrollo de los acontecimientos para que eche a rodar este caso en los despachos no ha sido sencillo. Díaz, experto en derecho empresarial, admite que el caso le llegó por su experiencia en el sector en pleitos similares y porque han sido muchas las consultas a lo largo de los años de afectados por episodios semejantes. Sin embargo, al ver la estructura de AFESTEL y considerando las dimensiones del caso, estimó que podría tratarse de un litigio interesante si se podían compartimentar las fases de las potenciales demandas, con la recepción de los afectados desde la plataforma y el envío de cada sumario, si corresponde, al despacho de abogados.
No obstante, la figura de la demanda colectiva no se estila mucho en España, porque el sistema no es el mismo que el de, por ejemplo, Estados Unidos. En el sistema nacional se permite que varios afectados por una misma causa puedan agruparse y presentar una única demanda para defender sus derechos, lo cual tiene ventajas en términos de eficiencia y ahorro de costos, pero con una dificultad extra: ningún caso es idéntico.
Desde el punto de vista jurídico, la gran dificultad en este caso es que “no se puede homogeneizar el perfil del demandante”. Porque sí, todos los vehículos pueden revestir el mismo defecto y puede tratarse de un defecto de fabricación tanto de un Peugeot como de un Opel relacionado con los motores Puretech 1.0 y 1.2 -llamados "pudretech" por los afectados-, pero “no todos tienen el mismo mantenimiento”.
“No es lo mismo alguien que ha seguido las instrucciones de mantenimiento al pie de la letra que alguien que ha tardado dos años más de lo estipulado en cambiarle el aceite al coche”, ejemplifica Díaz. En este sentido, consideran que la firma puede asirse a esta circunstancia, al hecho de que cada coche ha sido tratado de una manera diferente, para considerar que el afectado es, al menos, corresponsable de la avería del motor.
En esta clase de demanda colectiva los afectados por un mismo hecho solicitan una compensación económica por los daños y perjuicios sufridos. En este caso, varios afectados pueden unirse en un solo procedimiento, o bien, como ocurre aquí, en una asociación de consumidores puede reclamar en nombre de sus miembros.
Pero en España no cualquier grupo de personas puede presentar una demanda colectiva. Las personas o entidades con legitimación activa, como esta agrupación de afectados, es la que acaba coordinando a los miembros y los que se pueden sumar posteriormente a la causa. Por esto mismo los interesados deben dirigirse siempre a AFESTEL -o por medio del mail info@puretechlegal.com- para plantear su circunstancia particular y analizar si corresponde dentro de la defensa de los derechos de los consumidores. Los afectados que no estén representados en la demanda colectiva no se benefician de las posibles indemnizaciones si no se adhieren al procedimiento.
TRES ELEMENTOS CLAVE
De hecho, con respecto a esta demanda, hay una serie de elementos a tener en cuenta. El primero tiene que ver con el propio defecto del motor y todas las consecuencias derivadas: un consumo excesivo de aceite, sustitución de piezas, reparaciones… “Todo debe acreditarse. Todas las facturas y demás documentación debe incorporarse en el informe de cada caso”, insiste Díaz. “Hay quien tiene todo, pero otros afectados no tienen nada. Para eso hay que encuadrar cada caso en su categoría correspondiente”, manifiesta el letrado.
Otro elemento es la devaluación del valor del coche. Los coches afectados por este defecto pierden un valor mucho mayor del que deberían tener, considerando que todo coche usado pierde valor con respecto al precio original en el momento de la compra. Los precios que fija el mercado en la actualidad pueden ser un buen termómetro para considerar en qué punto se encuentra cada vehículo -dependiendo de la antigüedad, sus extras, los kilómetros…- y dónde debería establecerse sin este fallo crítico por el que ningún negocio de compraventa quiere adquirir estos vehículos.
Luego están los “daños morales”, más difíciles de acreditar porque “entran cuestiones subjetivas”. “Hay quien se toma mejor este problema y hay quien se lo toma peor. Hay quien depende de ese coche, para otros su vehículo es la única propiedad que tienen”.
A juicio de Díaz, no hay un caso igual en todo el planeta. “Hemos visto otras marcas que han enfrentado procesos similares, pero nunca tantos afectados, en tantos coches, en tantos modelos distintos…”, explica. Además, en otras casas automovilísticas los problemas se resolvían de una forma que, por ahora, Stellantis no concede. Y es que en el caso de los Puretech “no existe lugar a la reparación”.
“Otras marcas tenían un defecto y podía repararse. Aquí no y provoca un fallo que aniquila el motor. Aquí hay que cambiar todo el motor: se desmonta, se limpia, se vuelve a montar…”, razona. En ese sentido, Díaz estima que, si hubiese una forma sencilla para reparar el defecto, Stellantis ya hubiese asumido esa responsabilidad.
Desde el punto de vista de la ingeniería el de Puretech es un motor muy bien considerado. “Esto te lo dicen todos los ingenieros consultados. Pero todos reconocen el mismo defecto: la degradación de la correa de distribución que se empapa con el aceite y la gasolina se acaba mezclando y fastidia la correa, con los pequeños fragmentos de microplástico que se sueltan y pueden averiar muchas partes del motor y hasta el sistema de frenado”. Así, y como apuntaban a este diario los afectados, lo que provoca este motor es que “el mantenimiento de un Peugeot sea el mismo que el de un Lamborghini”.
“La recomendación es que los coches con este motor hagan muchos kilómetros y viajes largos. Esto mitiga el impacto de la degradación. El problema viene en usos para desplazamientos cortos y diarios, porque ahí es cuando sufre el coche y se degrada más la correa de distribución. Lo vemos en coches con 10.000 kilómetros”, apunta. En cualquier caso, en el momento de abrir el capó en un taller por una eventual avería, algunos afectados han recurrido a un perito para que sea testigo en el momento en el que se abre el motor para su inspección, una posibilidad que recomiendan los togados.
¿HABRÁ ACUERDO EXTRAJUDICIAL?
Por ahora, las conversaciones con Stellantis para tratar de lograr un acuerdo extrajudicial han sido positivas. “Han sido encuentros buenos, se han mostrado serios, amables”, reconoce Díaz sobre la relación que hasta ahora ha mantenido con la marca. No obstante, es difícil calibrar si será posible llegar a un entendimiento con el equipo jurídico de Stellantis en España porque dependen en gran medida de la apreciación que realicen dentro del conjunto del grupo.
Ahora mismo no es solo la división de España la que está lidiando con grupos de afectados, sino que en prácticamente cada país de Europa se reproduce esta circunstancia. Algunas estimaciones hablan de hasta 4 millones de afectados en el continente. Cada departamento legal lleva sus propias negociaciones y ahora la incógnita es saber qué camino deciden transitar desde AFESTEL: mantener la vía legal en España o unirse al proceso que también se ha abierto en Francia, donde está la sede de la compañía y de donde proceden la mayoría de estos motores defectuosos.
Los contactos que el bufete español ha mantenido con su homólogo en el país vecino, un gabinete liderado por el jurista Cristophe Leguevaques y que lleva a miles de afectados, han servido para demostrar la buena sintonía que existe entre las dos partes, lo que podría hacer que la opción de concurrir todos en un pleito conjunto en Francia gane enteros. “Hablamos de una marca que podemos considerar barata, accesible para muchas economías, no son coches de alta gama. Por eso el número de afectados es tan grande”, justifica.
Por otra banda, el hecho de que los motores fuesen fabricados y los coches matriculados antes del nacimiento del actual Grupo Stellantis -que surgió de la fusión de PSA y Fiat Chrysler Automobiles- no es un impedimento. “Cuando tuvo lugar la fusión Stellantis adquiere un compromiso con todos los clientes de las marcas anteriores”, incide Díaz, por lo que Stellantis no podría escurrir el bulto en ese supuesto.
LOS AFECTADOS CRITICAN EL TRATO DE STELLANTIS
Hay otra cuestión a considerar y que acercan los afectados, que es el trato que han recibido hasta ahora por parte de Stellantis. Los denunciantes consultados por este diario critican la “desatención” a la que fueron sometidos, mientras que en otras marcas se han dado casos “mucho más amables”.
¿Tiene que ver el poder adquisitivo de los afectados con esta diferencia en la cortesía de la marca? El descrédito para Stellantis puede ser mayúsculo y el golpe a firmas como Citroën o Peugeot puede ser demoledor si, además de probarse que efectivamente tenían constancia de que existía este fallo de diseño, los afectados hacen pública la mala relación entre los clientes y la marca. Pese a todo, Díaz recuerda que fallos de este calibre también se pueden dar en casas automovilísticas de renombre y que nadie puede escapar del infortunio: “Puedes comprar un coche muy bueno y que tenga un fallo desconocido. Esas cosas pasan”.
Por ahora, Stellantis ha decidido guardar silencio y el destino de estos coches condenados a la rotura del motor han sido mercados secundarios fuera del circuito europeo. Por otra banda, hay que considerar a todos esos particulares que en su día vendieron estos coches afectados de segunda mano y que pasarían a ser también responsables, lo que embrolla, más si cabe, todo este conflicto y añade un nuevo subgrupo de afectados.
El compromiso que ha adquirido el bufete de Abogados y Consultores es que el proceso, que está en marcha, saldrá adelante. “Todos los integrantes de AFESTEL que han acreditado las averías y pasan el corte están dentro del proceso. No se quedará nadie fuera”, concluyen.
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