Marta Gontá, Ulloa Viva: "Deben aceptar que Altri nunca se va a instalar aquí y no es una opción"
Marta Gontá es miembo de la Plataforma Ulloa Viva, una organización social que se opone a la instalación de la macrocelulosa de Altri en Palas de Rei. Una semana después de la manifestación que reunió a 100.000 personas en Santiago de Compostela contra el proyecto fabril, Marta Gontá reclama, como la mayoría de vecinos y vecinas, una reunión con los representantes políticos de la Xunta y con la misma empresa a los que "hemos enviado cartas desde 2022" pero no han recibido respuesta. No comprende tanto ella como la Plataforma y mucha otra gente por qué ahora tanto la empresa como la Xunta dicen "esperemos a los informes técnicos", cuando en su momento Altri parecía ir adelante incluso saltándose el informe de impacto ambiental.
-¿Desde Ulloa Viva consideráis que la Xunta y agentes implicados en el proyecto de Altri entendieron que hay una oposición numerosa a la celulosa?
Como plataforma estamos muy contentos y satisfechos porque otra vez nos volvemos a sentir arropados por el conjunto de la ciudadanía gallega, tal como ocurrió en Palas, contando con el apoyo de los vecinos y vecinas. Por otra parte, estamos muy dolidos con la Xunta de Galicia porque no nos escucha ni empatiza con todo el sufrimiento de este entorno y eso no parece muy grave. Aquí hay mucha gente que realmente está sufriendo porque ve en peligro nuestro modelo socio-económico y el futuro de nuestras hijas por culpa de este proyecto. En lugar de empatizar, la Xunta lo que hace es mentir, insultar y desacreditar. Esto nos genera angustia y cierta rabia porque nos están tratando como a un partido político y no somos un partido político, somos gente que estamos sufriendo. Somos gente que podríamos estar haciendo otras cosas un domingo por la mañana pero en vez de eso estamos pidiendo que no atenten contra nuestro modo de vida. Para más “inri” estamos oyendo como se dice de nosotros: “son los del BNG”, “están mal informados” o que no se reúnen con nosotros porque nunca hemos pedido una reunión. No es cierto, desde el 2022 hemos estado solicitando reuniones casi diariamente y la señorita Lorenzana insiste en que no hemos hecho ninguna petición cuando se le han enviado numerosas cartas con esa petición, esto es lo que nos hace sentir tan mal. Sin embargo, si la Xunta y Altri están convencidos de que tenemos mal los datos, que se reúnan con nosotros y el informe de impacto ambiental sobre la mesa, de esa forma veremos qué datos están errados, si los suyos o los del promotor que son los que tenemos nosotros.
-¿Por qué ese interés en encuadrar un movimiento social dentro de determinadas siglas?
Por dos motivos. Primero, deslegitimar la lucha vecinal porque para ellos es muy fácil decir que “son los del BNG” y sólo con eso ya les basta, es una forma de tratar a un movimiento social como a un partido político. Segundo, es un tema de comodidad, por no querer afrontar su responsabilidad y porque para ellos Altri aquí estaría bien situado, eso en 2022, antes de que existiera el estudio de impacto ambiental. ¿Qué significa esto? Que no le dan importancia al estudio de impacto ambiental, ellos ya han apostado por ese modelo. No les importa el sufrimiento de la gente porque, por otro lado, este proyecto hipoteca el agua del río Ulla por 75 años, privatiza el agua del río en un momento en el que todos sabemos que estamos en pleno cambio climático. A esto sumémosle el machado tema de “las fibras sostenibles”, eso es mentira. Sostenible es el lino, sostenible es el cáñamo pero no esto. Por eso decimos que a ver si empezamos a llamar a las cosas por su nombre, porque aquí lo que tenemos es un gobierno de adolescentes con el “y tú más” en sus debates políticos pero aquí han de ser serios ante las personas y su sufrimiento.
-Además de la Xunta y otras autoridades políticas, ¿habéis pedido hablar directamente con Altri?
Hemos enviado cartas desde 2022 pidiendo a Altri reunirnos con ellos. Sin embargo, lo que han hecho es un paripé mediante tres charlas ideadas para chavales de entre 10 y 12 años. Después de eso, lo que hicieron fue irse y no contestar a ninguna pregunta. Usaron un lenguaje tergiversado, por ejemplo, llamaban “bosque de eucalipto” a los monocultivos de este árbol. Aseguraron que no se consumirían grandes cantidades de agua cuando en su estudio de impacto ambiental se dice que serán cuarenta y seis millones de litros de agua, devolverán 30 millones y por tanto gastarás dieciséis. No tienen intención de hablar con la ciudadanía, no quieren que la ciudadanía los moleste, sólo hablan con políticos, no con la población de aquí. Si es económicamente rentable, adelante, y les da igual lo que o a quién se lleven por delante.
-¿Existe una división marcada entre vecinos y vecinas que aceptan el proyecto y quienes no?
Existe una brecha que cada día se ensancha más. Hay personas que compran el discurso del “progreso” y no imaginan que los datos que ofrecemos sean reales. Es muy difícil imaginarse que la ley permitirá emitir 8,7 toneladas de gases contaminantes al día a la atmósfera. Hay personas que se niegan a aceptar esto y sí aceptan el discurso de los promotores. Las conselleiras María Jesús Lorenzana y Ángeles Vázquez deberían venir aquí y decirle a todo el mundo qué es lo que señala el estudio de impacto ambiental y si eso supone un riesgo, rechazarlo.
-Dicho esto, ¿creéis que cederán ante vuestras peticiones y hablarán con los vecinos y vecinas?
No sé si algún día hablarán con nosotros pero si deberán aceptar que Altri nunca se va a instalar aquí, no es una opción. Siempre recurren a la frase “a ver qué dicen los técnicos”. ¿Y por qué no esperaron a oírlos en el 2022? ¿Ahora que ven una oposición real van a esperar lo que digan los técnicos? No les importamos y aún así nos tendrán en frente y esto no es negociable.
-Aún así, siempre existe la posibilidad que continúen acusándoos de estar influidos por fuerzas políticas o de otro tipo y acusaros de intolerantes.
Estamos influidos por el amor, el amor al lugar donde vivimos, al amor al futuro de nuestros hijos porque queremos un futuro para ellos aquí. Y ese futuro no pasa por hipotecar el río Ulla o respirar gases contaminantes todos los días. Ahora mismo, mi hija puede comer una alimentación sana proveniente de nuestra huerta pero si se instala esa fábrica a siete kilómetros, la lluvia ácida acabará con todo eso. No nos da la gana de que nuestros hijos vivan peor para enriquecer todavía más a quién ya es rico. La influencia más grande que tenemos es la de nuestros hijos. La salud del agua en esta parte del río Ulla se verá afectada por el vertido de sesenta toneladas de sulfatos diariamente y aumentar la temperatura del agua, es evidente que la calidad del agua se verá afectada. Se acabaría el agua dulce y a partir de ahí, deberíamos redistribuirla, y nosotros hemos decidido que el Ulla siga teniendo la vida que tiene y después está el uso humano y el de los animales que nos dan de comer. Nos estamos jugando nuestra seguridad alimentaria.
-Apostáis fuerte por la no instalación de la macrocelulosa.
No concebimos otra alternativa, sería un error, un pésimo legado para nuestros hijos. Si no lo hacen demostrarían que no tienen palabra, porque el propio CEO de Altri, José Soares de Pina dijo que ellos no hacen inversiones donde las comunidades o las personas no les quieren. Creo que 100.000 personas gritando “Altri no” en Santiago es una muestra poderosa de la posición de una comunidad. Por eso, que cumplan su palabra.
-¿Se ha usado la cuestión del despoblamiento rural para justificar la presencia de Altri en este territorio?
Hubo algunos comentarios sobre ese tema, creo que más por parte de la Xunta que por parte de la empresa. El argumento de “crear industria para que la gente joven se quede” no es válido. Las personas jóvenes que vivimos aquí es porque queremos vivir aquí y no porque no nos quede otra opción, nos hemos quedado porque queremos. A este lugar ha llegado gente de otros sitios, sobre todo ciudades, porque aquí se vive bien, pero el problema es que no hay vivienda suficiente. Aquí también hay industrias, pero no son disruptivas con el entorno y por otra parte, no encuentran trabajadores suficientes porque no hay suficiente población y esto es porque no hay vivienda suficiente. Además, en caso de instalarse en una zona de alto valor agroecológico hará que se pierda todo el valor de las explotaciones agrarias y agroecológicas. Las administraciones son las que deben velar por nuestros intereses y si estamos en un momento de autodefensa es porque no nos queda más remedio. Esto es terriblemente injusto porque el plan de contingencia somos nosotros, la gente que vive aquí y no se puede consentir.
Escribe tu comentario