CUT Stellantis recuerda que Tavares cobró bonus récord y Rueda admite preocupación por la planta de Vigo
La inesperada dimisión de Carlos Tavares como CEO de Stellantis ha desatado una ola de incertidumbre en Galicia. La situación ha generado preocupación entre los trabajadores y la industria auxiliar, que dependen en gran medida de la actividad de la fábrica, mientras el gobierno gallego deja claro que no puede haber más ayudas sin compromisos de mantenimiento del empleo, también en la industria auxiliar, que esta semana vivirá una huelga.
La repentina dimisión de Carlos Tavares como CEO de Stellantis ha generado inquietud en Galicia, especialmente en torno al futuro de la planta de Vigo. La incertidumbre se centra en la falta de información sobre el nuevo modelo que sustituirá al Peugeot 2008, un vehículo maduro en el mercado, en la línea de producción.
Stellantis prometió que desvelaría qué coche eléctrico saldría de una de las dos líneas de Balaídos hace meses. Se esperaba que la multinaconal diera el paso tras asegurarse las subvenciones del PERTE que le concedió el Gobierno del Estado. Sin embargo no ha sido así, ni siquiera tras la inusual entrevista de Tavares con el presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez la semana pasada.
Hoy el presidente de la Xunta de Galicia ha expresado su preocupación por la situación, destacando que se están manteniendo contactos con los responsables de la planta para recibir información sobre su evolución. Preguntado por Galiciapress en la rueda de prensa tras el Consello sobre si piensa condicionar nuevas ayudas a que el fabricante aclare el futuro de su planta de Vigo, Alfonso Rueda ga reafirmado el compromiso del gobierno autonómico con el sector automovilístico, subrayando que Galicia está brindando un apoyo sin parangón entre las autonomías de España. Ahora bien, ha dejado claro que estas subvenciones no son a cambio de nada. "As axudas son necesarias pero teñen que estar vinculadas a que a creación de postos de traballo se manteñan en Galicia”, espetó Rueda.
Por su parte, Vitor Mariño, sindicalista de la CUT, ha manifestado que la salida de Tavares no le sorprende, sugiriendo que podría ser parte de una estrategia más amplia que deja proyectos pendientes de adjudicación en algunas plantas, incluída Vigo. "Outra das cuestións relevante é que Tavares pode dicir marcha dalgunha maneira sen empañar a súa carreira pechando plantas e o que chegue virá cos deberes ben aprendidos”, explica el sindicalista, que no prevé grandes cambios en el día a día de los trabajadores.
Mariño recuerda que los accionistas despiden ahora a Tavares aludiendo a los malos resultados de este año cuando el grupo cosechó, dijo, resultados récords los últimos ejercicios y de hecho, al ya ex-ceo, se le pagaron unos bonus extraordinarios nunca vistos, y que suscitaron incluso críticas entre los asesores de los acionistas, pues no lo veían ético, dado que la multinacional estaba reduciendo personal. "Nos derradeiros anos á situación para os accionistas foi do máis satisfactoria posible e sobre todo para o propio Tavares, percibindo grandes e minionarios bonus", recordó.
La preocupación se extiende también a la industria auxiliar, que depende en gran medida de Stellantis. La Xunta, preocupada, lleva tiempo indicando que las ayudas al sector son necesarias, pero deben estar vinculadas a la creación y mantenimiento de puestos de trabajo en Galicia. El sector auxiliar, donde Stellantis ha cancelado colaboraciones con proveedores históricos, se enfrenta, de hecho, a una huelga esta semana convocada por CIG.
En definitiva, el futuro de la planta de Vigo y su impacto en la economía gallega permanecen inciertos mientras se espera el nombramiento del nuevo CEO de Stellantis, previsto para el primer semestre de 2025. "Otros vendrán que bueno te harán", teme Mariño.
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