Lorena Nieto, Programa Vagalume: "Las prostitutas sufren prácticas muy lesivas originadas por el consumo de pornografía"
Lorena Nieto trabaja en el Programa Vagalume para la ayuda a mujeres prostituidas en situación de vulnerabilidad y que buscan abandonar la prostitución. Este programa lleva en marcha 34 años y está vinculado a Cáritas Diocesana de Santiago y a las Oblatas, una organización religiosa. En la actualidad, los estigmas sobre las mujeres prostituidas y las que han abandonado la prostitución siguen vigentes en nuestra sociedad, es más, para muchas de ellas hay una doble resistencia al ser personas en situación irregular en España y, por tanto, víctimas más fáciles para las redes de trata. Es por eso que sigue siendo necesario un cambio completo de paradigma en cuanto a la visión mayoritaria sobre la prostitución desde la sociedad.
-¿Cuál es el trabajo que realiza el Programa Vagalume y quién está detrás apoyando esta iniciativa?
El Programa Vagalume pertenece a Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela y a las Oblatas, que es una organización religiosa. Estamos activos desde 1990 y ofrecemos apoyo a las mujeres que están en contextos de prostitución tanto en Santiago como en los alrededores de la ciudad y ayuntamientos limítrofes. En lo referente a otras entidades que pueden apoyar además de Cáritas Diocesana y Oblatas, debo decir que pertenecemos a la Rede Galega Contra a Trata Sexual. Esta es una red autonómica de trece entidades especializadas y profesionalizadas en mujeres víctimas de trata y explotación sexual y mujeres en situación de prostitución.
-¿Durante el período de actividad de Vagalume se han observado cambios significativos en lo referente a orígenes y procedencia social de las mujeres prostituidas?
Estoy en este programa desde hace doce años y gracias al testimonio de compañeras más veteranas y otras que han estado en el programa se puede decir que sí, ha variado mucho el panorama de la prostitución en algunos puntos, otros siguen siendo igual. Los cambios se han notado en las administraciones públicas. Después de varios años de lucha a través de Vagalume en Santiago, logramos cambiar la mirada sobre la prostitución para conseguir recursos y apoyo a las mujeres. Al principio todo estaba vinculado a mujeres con situaciones de altísima vulnerabilidad, escasez de recursos de base y una mirada muy despectiva desde la sociedad. El Centro de Día de Vagalume era un lugar donde incluso las mujeres que acudían podían aprender un oficio o buscar nuevas alternativas de medios vida y también funcionaba como un lugar de encuentro donde tenían un apoyo. A lo largo de estos años nos hemos dado cuenta de lo vertiginoso que es el mundo digital y de la depravación que existe en el mundo de la prostitución con el consumo de drogas y situaciones mucho más vulnerables. Esto último provoca daños mucho mayores que los ocasionados por la misma prostitución. También vemos que el cliente no cambia, el cliente sigue siendo el hombre y, por desgracia, cada vez con mucha más agresividad en el consumo de prostitución.
-¿Qué quiere decir con más agresividad?
Entedemos que si ya de por sí la mujer prostituida está en una situación de necesidad para cubrir sus necesidades de vida, los hombres que acuden a la prostitución lo hacen aprovechándose de una situación de vulnerabilidad. Antes se observaba que los hombres acudían con conocimiento de que esto era así, pero hoy en día hemos visto que, además del consumo de prostitución, hay unas prácticas más lesivas originadas por ese consumo digital con el que se despersonaliza y se deshumaniza a las mujeres. También observamos que cuando se habla de explotación sexual y trata la sociedad lo entiende como un delito, esto otorga una mirada más amable y respetuosa a las mujeres. Sin embargo, cuando hablamos de prostitución la mirada cambia: “si están ahí es porque quieren, porque están bien”. Esto es lo que deshumaniza a las mujeres prostituidas y cuando los hombres consumen prostitución deshumanizan más a las mujeres.
-Si las nuevas tecnologías están detrás de prácticas más aberrantes, los más jóvenes consumen este tipo de contenidos con más asiduidad. ¿Se sabe si el consumidor de prostitución que añade prácticas violentas es el más joven?
No tenemos un perfil exacto de hombre consumidor, no hay estudios. Actualmente se están haciendo investigaciones sobre cómo influye el consumo de prostitución en personas jóvenes y en la vida de las personas adultos. Si sabemos que el consumo de pornografía predispone a la agresividad verbal y física. Además, estos no son comportamientos sexuales, porque las relaciones sexo-afectivas no tienen nada que ver con la pornografía ni con la prostitución, es pornografía de consumo de cuerpos. Así pues, en Vagalume nos posicionamos siempre al lado de la mujer sea cuál sea su situación: bien porque necesita mantenerse en prostitución, bien porque puede hacer un proceso alternativo. Esto sí es algo que se ha mantenido durante los treinta años de existencia de Vagalume. Estamos siempre al lado de la mujer, desde el área de acceso a sus derechos sociales y sanitarios, desde el área prelaboral ayudándolas a que puedan capacitarse y sentirse empoderadas. La realidad es que el sistema es muy limitante para estas mujeres y por eso hay poca oportunidad de acceso al mercado laboral. Por tanto, sumados todos los factores, es difícil decir que una mujer se prostituye porque quiere, ¡por favor!, lo que queremos es erradicar ese mito cruento contra las mujeres prostituidas. Si están en prostitución es por supervivencia hasta que puedan cambiar su modo de vida y Vagalume intenta ayudarlas en este camino.
-¿Se da la situación de un mayor número de mujeres prostituidas procedentes de países extranjeros?
El caso mayoritario que solemos atender sí es el de mujer extranjera, una mujer inmigrante en situación irregular porque viene a través de una red de captación, ese es el perfil que las redes de captación suelen mover hacia la prostitución como un modo de buscarse la vida. Por eso es habitual que las organizaciones trabajemos con muchas mujeres migrantes por su situación irregular y porque necesitan un medio de vida. Esto lo saben las redes de tratas y por eso las buscan para que caigan en esta situación de precariedad.
-¿Han visto si estas mujeres, además de ser prostituidas, también son amenazadas y extorsionadas?
Dentro de las redes existen el proxenetismo, todas aquellas personas que puedan ejecutar y ejercer presión sobre las mujeres en situación de vulnerabilidad. La trata y explotación existe a pequeña y a gran escala, es por eso que pueden sufrir amenazas desde las más perceptibles e impactantes, además de las más sutiles como presiones psicológicas relacionadas con la inseguridad legal de estas mujeres. Se ridiculiza y se hace burla de las posibilidades que esta mujer tiene de ser ciudadana y que tienen derechos. A esto se le suman los chantajes económicos: “o pagas esto o pierdes esto otro”.
-Por lo dicho hasta ahora, ¿la sociedad sigue siendo refractaria a la incorporación al mundo laboral de las mujeres que abandonan la prostitución?
Su incorporación a un sistema sociosanitario y sociolaboral normalizado sufre una mirada sesgada, sigue habiendo un estigma muy alto. Somos una sociedad que legitima el consumo de prostitución y de ahí que debamos mirar con rechazo al que la consume. Si somos conscientes del daño que se ocasiona a estas mujeres, el consumo perpetúa ese daño. También es cierto que el estigma está sobre la mujer y en ese campo debemos avanzar mucho más, para ello es importante la educación desde la familia y desde las escuelas en valores de respeto hacia los demás.
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