Trabajadores de hostelería: no volverán a trabajar por menos

Los y las trabajadoras de hostelería en Galicia quieren darle la vuelta a la tortilla. Si antes de la pandemia una mayoría de empresarios sin escrúpulos pagaban lo mínimo y añadían horas sin remunerar a la jornada laboral de sus empleados, ahora y desde que se levantaron las restricciones tras la COVID, el sector hostelero no tiene suficiente mano de obra. Y es que la gente empezó a buscar nuevos sectores donde trabajar, con salarios algo más dignos y por ocho horas de trabajo. Por otra parte, hay trabajadores que ven su calidad de vida mermada ante algunas actitudes empresariales que continúan con fórmulas laborales rayanas en la ilegalidad y aprovechándose, en algunas ocasiones, de la vulnerabilidad del trabajador. 

DOS CARAS

Carmen trabaja en dos puestos a media jornada cada uno. El primero, en un restaurante en Santiago, lo considera bien pagado, aunque en temporada alta el horario puede prolongarse una hora más. El resto del año su horario es el que figura para media jornada. “Estuve muchos años trabajando a media jornada en ese puesto, pero al final tuve que buscar otro trabajo para tener un salario completo”. Aprovechando días libres del restaurante empezó a trabajar en una tienda de golosinas donde “también trabajo a media jornada y cobro menos que en el restaurante”.

Los propietarios de la tienda le redactaron un contrato y las cosas parecían ir bien. “Pasados tres o cuatro meses vi la nómina y faltaban como cien euros de salario” dice Carmen. “Hablé con la propietaria que inmediatamente me sacó otro contrato para firmar diciendo que yo hacía menos horas y por tanto debía cobrar menos”. Al final firmó el nuevo contrato. Esto no es legal, sin embargo, como muchos y muchas trabajadoras, las circunstancias personales de cada uno a veces empujan a aceptar condiciones poco favorables.

“Hoy en día las buenas condiciones están en los hoteles o si vas contratado por ETT” dice Carlos, camarero en un hotel de A Coruña. Con varios años de experiencia, “nunca he aceptado trabajar fuera de convenio” en un sector donde nunca se ha cumplido al 100% este acuerdo laboral. “Tuve dificultades para encontrar trabajo por no amoldarme a lo que quería el empresario, es más, en una ocasión al tercer día de trabajar me despidieron según el propietario 'porque no puedo manejarte como a los otros'”.

A día de hoy, Carlos se siente bien dentro de sus condiciones: “trabajo 36 horas a la semana, las pagas extraordinarias están prorrateadas y puedo disfrutar de 30 días de vacaciones”. Esto era casi inconcebible hasta hace no mucho por una filosofía empresarial “de ahorrar en gastos y salarios”. Sin embargo, después de la pandemia “las cosas han cambiado, falta mano de obra y esto ha obligado al sector a presentar unas condiciones laborales mejores”. 

¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

La respuesta la daban los empresarios de hostelería de Pontevedra a inicios del verano: “falta personal”. Los datos de la Federación Empresarial de Turismo y Hostelería de Pontevedra apuntaban a un déficit de 6.000 trabajadores y trabajadoras en el sector hostelero pontevedrés. 

Por otra parte, la propia Federación firmaba en diciembre de 2023 un acuerdo fuera de convenio para el aumento en un 8% de los salarios con los sindicatos CIG, UGT y CCOO. También se añadieron pluses para trabajadores que se hubieran incorporado entre 2022 y 2023. Mientras tanto, el convenio laboral todavía se estaba negociando. Detrás estaban las cifras más que positivas del sector turístico en Galicia, a parte de que se buscaba "adaptar el sector a los cambios de la sociedad y hacer de la hostelería una opción laboral atractiva para los jóvenes".

“Es difícil salir de la hostelería, por lo menos en Santiago, cuando se suman los horarios de los dos trabajos solo duermo dos horas” dice Carmen. Por otra parte, Carlos cree que “llegará un punto en el que cada vez menos gente querrá trabajar por menos” y los locales de hostelería tendrán dificultades para funcionar. 

A día de hoy las condiciones laborales en hostelería han mejorado en algunos aspectos, si bien es cierto que existen puntos donde poco parece haber cambiado. De todas formas, tanto empresarios como trabajadores son conscientes de que las condiciones no pueden ser las de “siempre” si acaso el sector desea seguir desarrollándose.