Demetrio Salgueiro, alcalde de Xove: "El problema con la energía no permite a Alcoa competir con otras empresas del sector en Europa"

-Como alcalde de Xove, ¿cuál es la impresión que ahora mismo percibe entre vecinos y vecinas sobre los vaivenes de Alcoa en cuanto a su posible venta?

Lo que veo es mucha preocupación. Todo lo que se sabe es a través de los medios porque desde la compañía no hay ninguna comunicación oficial, no hay una postura clara y concisa por parte de Alcoa. Sí sabemos que las decisiones importantes se toman en la sede de Estados Unidos pero no trasciende nada. Hay demasiado oscurantismo sobre el proceso de venta y esto también hace dudar sobre una verdadera voluntad de vender. Todo esto se traslada como preocupante al Concello como administración y a todos los vecinos y vecinas porque, directa o indirectamente, la mayoría de las gentes de Xove viven de Alcoa, bien trabajando para la empresa directamente o bien en las empresas auxiliares. Por otra parte, tenemos el tejido productivo de la hostelería, el comercio y otras actividades que funcionan gracias a la aportación de los y las trabajadoras de la planta fabril. Además, en estos momentos estamos expectantes ante posibles anuncios porque el precio del aluminio está más alto que unos meses atrás. Por otra parte, el precio de la energía sigue siendo elevado aunque ha descendido con respecto al momento en que se anunciara el cierre de la factoría. De todo esto, las pocas informaciones relevantes desde la multinacional han sido que los fondos se acababan a mediados de este 2024 y ahora se acabarán a finales de año, según una nota de prensa de Alcoa.

-Desde su posición, ¿cómo le gustaría actuar a usted, siendo representante político municipal, frente a Xunta y Gobierno central para que insistan a Alcoa a dar una respuesta?

El elemento clave aquí es el precio de la energía, algo que echa para atrás a Alcoa. En ese sentido, varias de las PPAs que tiene firmadas podrían solucionar parcialmente el problema, sin embargo, ahora tenemos las denuncias sobre los diferentes parques eólicos que alimentarían a la fábrica pues el TSXG los ha paralizado. Por eso, lo que pedimos a las administraciones autonómica y estatal, sobre todo a esta última, es que intervenga en Europa para agilizar la respuesta a las sentencias del TSXG y así dar paso a la creación de esos parques eólicos que suministren energía a Alcoa a un precio estable a largo plazo. El problema con la energía es lo que no permite a esta fábrica competir en igualdad de condiciones con otras empresas europeas productoras de aluminio.

-Una de las consecuencias de la situación actual parece ser el descenso del número de buques bauxiteros entrando en el puerto industrial de Alcoa. ¿Tiene conocimiento de que esto es así?

Puede ser cierto porque tenemos otro problema sobre la mesa, la ampliación de la balsa de lodos rojos. Se ha solicitado ampliar hasta la cota 104 y la solicitud actual es hasta 100. A esto, sumemos que la factoría está al 50% de su capacidad de producción precisamente por no haber espacio para verter los lodos rojos procedentes de la actividad industrial de la planta. Es necesario, por tanto, agilizar la tramitación de la autorización medio ambiental que es competencia autonómica cumpliendo todos los requerimientos legales y de seguridad, porque cerca de la balsa hay vecinos y vecinas viviendo. Por tanto, deben conjugarse los dos puntos, medio ambiente y actividad industrial, para que en el menor tiempo posible la factoría de alúmina pueda volver a producir a pleno rendimiento y esto a su vez llevaría al aumento de producción en la factoría de aluminio. Digo esto porque sabemos que son dos fábricas diferentes en una sola aunque ahora mismo todo el complejo industrial es de Alcoa al comprar la parte perteneciente a Australian Alumina.

-¿La compra de la parte perteneciente a Australian Alumina fue una sorpresa o era algo ya esperado por parte de las administraciones, en este caso la local de Xove?

Alcoa ya poseía el 60% de la planta, por tanto las decisiones sobre alúmina las tomaba también la multinacional norteamericana. Ahora con el 100%, la toma de decisiones es exclusiva de Alcoa y esto influye en el posible proceso de venta, pues se negociaría directamente con los norteamericanos y en caso de venta, se realizaría la de todo el complejo fabril e industrial. En ese sentido, sí creo que es positivo y esperemos que así sea.

-Si los diferentes municipios de A Mariña quisieran unir fuerzas para buscar alternativas, ¿usted animaría a que esto fuera así?

Eso es necesario tanto si continúa Alcoa como si no. Aún así, debemos tener en cuenta una serie de factores. Hoy en día existen pocas empresas que puedan sustituir a una empresa de estas características. Si acaso sucediera, una multinacional primero haría un estudio sobre su cercanía a los mercados que le interesa y sobre todo, si el lugar está bien comunicado. Hoy en día esto último es una de las carencias que tenemos, porque a pesar de contar con la presencia de la multinacional, prácticamente estamos incomunicados por carretera. No estamos comunicados por la A-8, la A-74 es imprescindible para toda la comarca y se está bloqueando. Con buenas comunicaciones y con el puerto de Alcoa, este lugar sería muy atractivo para todo tipo de empresas. Por eso llevamos años reclamando la A-74, una autovía competencia del Gobierno central, y no se consigue materializar. Esperemos que las promesas de la pasada campaña electoral se cumplan y desbloqueen las diferentes fases de esta autovía y esta comarca sea atractiva para las inversiones. 

-¿Ha pedido reunirse con la administración autonómica o con la central para hacer entender la necesidad de la A-74?

Sé que se han presentado varias iniciativas en el Congreso de los Diputados, en concreto la relativa a la A-74 se ha hecho de forma reiterada y sabemos que este proyecto goza de todas las simpatías políticas, pero no avanza. En este caso yo solamente puedo pedir la materialización de una vez de esta autovía así como otras infraestructuras en diferentes lugares de la comarca. 

-Socialmente y en el aspecto poblacional, ¿cómo está afectando toda esta incertidumbre alrededor de la factoría de aluminio y alúmina?

Xove ha mantenido una población bastante estable desde hace años, los trabajadores siguen contratados por la empresa, pero todo esto atrasa planes de futuro a muchas personas. Hay gente que habían pensado en construir una vivienda y al final no pueden, por tanto, están paralizando otros sectores económicos y frenando el crecimiento no solo de Xove, también de toda la comarca. Por eso es necesario que las cosas se aclaren y materializar las infraestructuras que necesitamos.