El ferrolano Javier Gómez Noya, leyenda del triatlón, cuelga las zapatillas a los 41 años

Ya fuese en el agua, en la bici o a la carrera, Javier Gómez Noya era el mejor. Así lo contemplan sus cinco títulos mundiales en triatlón, una prueba que dominó con mano de hierro y que, hasta hoy, nadie ha podido igualar. Nadie ha ganado tantos campeonatos del mundo, como tampoco nadie se ha subido al podium tantas veces: a los cinco oros hay que sumar cuatro platas y dos bronces. Con el cuello lleno de medallas y las piernas cansadas, el gallego dice que hasta aquí, y con 41 años pone punto y final a una carrera de vértigo. 

Y es que la de Gómez Noya es una historia como pocas en el deporte, tanto por sus triunfos como por las veces que le tocó levantarse y seguir. Y es que la fortuna le dio la espalda en el único título que le falta, los olimpiadas. Una caída y la lesión que le provocó el siniestro lo apartaron de los Juegos de Río en el que era el mejor momento de su carrera. Una plata en Londres en 2012 completa su palmarés, al que podemos añadir los cuatro oros europeos y una plata continental, así como la conquista de hasta dos Ironman, y tantos otros certámenes en los que se colgó la presea dorada. 

A todo esto hay que mencionar reconocimientos como la medalla de oro del Real Orden del Mérito Deportivo o el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. "Nunca es una decisión fácil y todavía me encanta entrenar todos los días pero mi cuerpo está sufriendo por asimilar la carga de entrenamiento que sé que necesito para competir al más alto nivel. Lo he llevado al límite durante muchos años y he tenido una carrera que ni en mis sueños más locos podría haber imaginado así que creo que es momento de seguir disfrutándolo pero con un poco menos de intensidad y estrés", declara el ferrolano en su despedida.

Retirado de la distancia olímpica, en los últimos años ha competido a otro nivel y todavía no descarta echar un último baile en lo que resta de 2024: "Es posible que haga alguna carrera más este año pero no de altísimo nivel. Estoy muy agradecido a la PTO por la posibilidad que me ofreció para competir en las T100 y os aseguro que he intentado con todas mis fuerzas estar preparado pero por un motivo u otro no ha podido ser posible. Por enfermedad antes de Miami, la pérdida de mi madre cuando me encontraba en Singapur, lesiones que me privaron de estar en Londres o rendir bien en San Francisco… Hice todo lo que pude pero no ha funcionado así que es momento de dar un paso atrás y tomármelo con más calma". Una leyenda del deporte que dice hasta luego, porque a Gómez Noya no se le podrá decir adiós jamás.