¡Viva er Panda!
El Real Betis se proclama campeón de la Copa del Rey al superar al Valencia CF en la tanda de penaltis después de que el 1-1 dominase el marcador durante 120 minutos.
El Real Betis se proclama campeón de la Copa del Rey al superar al Valencia CF en la tanda de penaltis después de que el 1-1 dominase el marcador durante 120 minutos.
Borja Iglesias | Foto: RFEF
"¿Ande ta er Beti?" En lo alto del podio, celebrando la Copa del Rey, 17 años después de la última. Los verdiblancos festejaron en su casa, aunque en La Cartuja, el cuarto título de su historia y el tercer entorchado copero de su vitrina. El último databa ya de 2005, con Juanito de capitán y Joaquín de estrella. Ahora, 17 años después, con Joaquín de capitán y Borja Iglesias de estrella -mejor jugador de la final y máximo goleador del torneo-, los béticos vuelven a saborear las mieles del éxito a costa de un Valencia CF al que solo le faltó el acierto desde los once metros que sí tuvo el cuadro de Pellegrini.
Se esperaba que el Betis propusiese más que el conjunto de Bordalás, y así fue, al menos en el primer tiempo. Los sevillanos arrancaron fuerte y tuvieron el premio del gol a los once minutos, con un imponente cabezazo de Borja Iglesias que abrió la lata. El gallego aprovechó un soberbio centro de Bellerín para estrenar el luminoso y adelantar al Betis.
El partido entró entonces en un intercambio de golpes, aunque a los chés les faltó siempre un punto de fútbol, que sin embargo le sobró a Hugo Duro para definir con clase por encima de Bravo en la única de los valencianistas en el primer tiempo.
Con el 1-1 el partido se rompió todavía más y los equipos fueron al todo por el todo, con un Valencia volcado, de nuevo con más ímpetu que juego. Muy duros los dos equipos en ese "otro fútbol" que monopolizó gran parte de la final. Una disparo de Guardado apunto estuvo de evitar la prórroga, pero fue la madera la que repelió el tiro del azteca.
En la prolongación una ocasión clara para cada uno: un mano a mano de Fekir que se fue al limbo; una oportunidad para Bryan Gil que desbarató la zaga. Ya en los penaltis, la cruz fue para Musah, que lanzó por encima del travesaño, y la cara para Miranda, que transformó la pena máxima definitiva y dio el título al Betis, dejando el trofeo en Sevilla y dándole al compostelano Borja Iglesias, el mejor de los suyos, la noche de su vida y la de todo el beticismo. En el calendario 2022 será recordado como el año verdiblanco del Panda.
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