Reigosa, rector de la UVigo: “En nuestras aulas no hay brotes y la presencialidad funciona mejor”
Galiciapress entrevista a Manuel Reigosa, rector de la Universidad de Vigo, que defiende que las aulas “son espacios seguros” y que la enseñanza presencial sigue siendo el sistema más efectivo. Las oportunidades que ofrece la enseñanza a distancia de cara al futuro, el cribado al alumnado universitario o la futura Ley de Universidades son otros de los temas centrales de la charla.
El 1 de marzo la vida regresa a los campus universitarios gallegos después de un mes de parón por la tercera ola de la pandemia. La enseñanza universitaria volverá a impartirse en las aulas y no desde un ordenador, aunque las tres instituciones gallegas mantendrán su apuesta por el sistema semipresencial.
Galiciapress entrevista a Manuel Reigosa, rector de la Universidad de Vigo, que defiende que las aulas “son espacios seguros” y que la enseñanza presencial sigue siendo el sistema más efectiva. Las oportunidades que ofrece la enseñanza a distancia de cara al futuro, el cribado al alumnado universitario o la futura Ley de Universidades son otros de los temas centrales de la charla.
Manuel Reigosa | Uvigo
Los universitarios gallegos regresarán a las aulas el próximo 1 de marzo, tal y como anunció Feijóo el pasado lunes después de la reunión del comité clínico de la Xunta. Esta es una de las pocas restricciones que levantaó el Gobierno de Galicia en una comunidad universitaria que comenzó el pasado 1 de febrero el segundo cuatrimestre desde sus hogares.
Las universidades gallegas recibieron la noticia con sensaciones dispares, ya que mientras en la USC ven “razonable” dar una semana más de margen, parte de los actores implicados creen que las autoridades sanitarias podrían haberse anticipado para retomar el curso en los pupitres la semana próxima.
Manuel Reigosa, rector de de la Universidad de Vigo desde junio de 2018, no esconde que en la institución olívica “contábamos con un regreso a las aulas en esta fecha o incluso antes, porque las aulas son espacios seguros y así se vio en el periodo previo en las tres universidades gallegas”. Según Reigosa, las medidas de seguridad aplicadas en las universidades “permitieron el máximo grado de presencialidad, que es lo que funciona mejor en la docencia”.
Pese a todo, el regreso a las aulas el día 1 de marzo fue una noticia que en la UVigo acogieron “con alegría” aunque “con cierta preocupación, como en cualquier momento de esta pandemia”.
"Llevamos un estudio bastante pormenorizado de lo que ocurre en nuestras clases y desde luego no hay brotes, no son lugares en los que la gente se contagie"
“Entiendo que una de las máximas preocupaciones tenía que ver con los viajes de los estudiantes más que con el contagio posible que pudiera haber en las aulas. En nuestro caso llevamos un estudio bastante pormenorizado de lo que ocurre en nuestras clases y desde luego no hay brotes, no son lugares en los que la gente se contagie”, sostiene Reigosa.
En todo caso, esta es una reapertura consensuada entre la Xunta de Galicia, las autoridades sanitarias y las universidades gallegas, que mantienen un contacto “muy bueno”. “Tuvimos diversas reuniones, tanto presenciales como telemáticas, y en principio tenemos una buena coordinación en el sistema universitario gallego entre las tres universidades y las consellerías implicadas. De todo lo que se va acordando tenemos conocimiento previo y en gran medida se nos escucha”.
UN SISTEMA MIXTO DE FUTURO
Afortunadamente, en estas tres semanas de enseñanza online la universidad viguesa no registró incidentes y la docencia se desarrolló sin problemas. Como es lógico, tal y como señalan desde el rectorado, en este tiempo se registraron “nuevos máximos de personas conectadas simultáneamente a través del servicio de videoconferencia”, con topes de en torno a las 15.000 personas.
“Son sistemas que ya estaban reforzados o directamente nuevos, como la nueva plataforma que pusimos en marcha, el sistema de videoconferencia propio o los sistemas de ayuda a la teledocencia. Están funcionando de forma correcta, como ya dijimos en el inicio del curso en caso de que tuviéramos que recurrir a ellos”, afirma Reigosa, a la vez que dice estar “satisfecho” de los resultados, si bien “el anhelo” es retomar cuanto antes las clases presenciales.
No obstante, esta época podría servir como experiencia piloto de cara a implementar este modelo mixto de semipresencialidad, algo que se podría replicar en el futuro pospandémico y que Reigosa valora positivamente. “Podemos sacar algunas ventajas de lo que se puso en marcha con la inversión que se hizo en software, hardware y, sobre todo, en el conocimiento por parte de la comunidad universitaria. Creo que podemos utilizar este sistema mixto para atraer estudiantes de otras zonas, cursos concretos y determinadas titulaciones a las que podemos sacar partido de lo aprendido con estas herramientas que funcionan tan bien”, sostiene el rector.
CRIBADO A LOS ESTUDIANTES Y AL RESTO DE LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Mientras exploran estas alternativas, el regreso de los estudiantes a las facultades tendrá que producirse siempre en un ambiente seguro, algo que en estos momentos la realidad epidemiológica, si bien ha mejorado sustancialmente sus cifras en las últimas semanas, no puede garantizar del todo por la influencia de la cepa británica en esta tercera ola, un factor que desde las autoridades sanitarias consideran decisivo para explicar la transmisión tan rápida del virus.
Consultado sobre si la UVigo ha revisado o actualizado los protocolos anticovid, Reigosa explica que son los miembros del comité de la universidad, dirigido por el vicerrector de Planificación y Sostenibilidad, José Luis Míguez, los que se reúnen semanalmente y valoran la actualidad. “Nos encontramos con un incremento ligero en el número de casos, todos ellos responden a contagios producidos fuera de la universidad, y en ningún caso llegamos al extremo de contagios en las aulas, por lo que no fueron necesarios más que pequeños ajustes, pero no cambios radicales en el protocolo”, puntualiza Reigosa, si bien se muestra a abierto a incorporar modificaciones si estas fuesen necesarias.
Aun con los protocolos actuales, en los que impera el uso de mascarillas en el aula, la higiene y la distancia de seguridad entre alumnos y profesores, la Xunta y las universidades no quieren correr riesgos y antes de reabrir las clases realizarán un cribado dirigido al estudiantado, que podrá realizar los test en los centros de salud que les corresponda por su tarjeta sanitaria.
Reigosa considera “un acierto” realizar estas pruebas “antes de moverse a cualquiera de los siete campus en los que tengan su docencia y que estos estén libres de virus, especialmente si pudiera haber algún asintomático”. Pero los alumnos no serán los únicos a analizar: “Haremos un cribado propio para nuestro personal por medio de una PCR con la técnica del pooling de saliva como veníamos haciendo todas las semanas con pequeños muestreos; replicaremos lo hicimos al inicio de curso donde todo el personal docente o de investigación hará una prueba PCR para saber cuál es el estado de nuestro personal antes del día 1”.
LEY DE UNIVERSIDADES
Fuera del tema coronavirus, la actualidad académica gira en torno a la futura Ley de Universidades que programa el ministerio de Manuel Castells y que posiblemente se presentará el próximo otoño. La propia Xunta de Galicia reclamó al Ministerio de Universidades la participación de los gobiernos regionales para la confección del escrito y el concelleiro Román Rodríguez insistió en que la futura ley “no sea ni de partido ni de gobierno”.
Al respecto, Reigosa manifiesta en primer lugar que esta es una ley “que se echaba en falta” en la comunidad universitaria. “En su momento existía bastante consenso en la comunidad en general. Hubo propuestas que en su día estaban bien vistas y que supondrían una mejora tanto de la gestión, como del personal universitario investigador, como del personal de administración y servicios...pero no fue posible llegar a acuerdos en el Parlamento”, lamenta Reigosa.
En ese sentido, espera que en esta ocasión sí pueda llegar a buen puerto la ley, que la considera “lo más importante que tiene entre manos el Ministerio de Universidades”, que en un principio parecía encaminarse a meras modificaciones más que a impulsar una nueva norma. “Saludo con esperanza de que haya una nueva ley que nos permita avanzar en la mejoría del sistema público de universidades”, concluye el rector olívico.
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