Luís Pérez, alcalde de Ribeira: "Avisamos a la Xunta de los pellets el 13 de diciembre. Estaban perfectamente informados"
La "marea blanca" de pellets que está llegando a las costas de Galicia ha alcanzado las dimensiones similares a las del desaste medioambiental que provocó el Prestige. El aviso de la Xunta el pasado 5 de enero a los concellos no es paralelo a la primera notificación que tuvieron en San Caetano, que data del 13 de diciembre y que realizó el Concello de Ribeira, donde se vieron los primeros sacos pellets. Luís Pérez, alcalde de Ribeira, subraya para Galiciapress que se sienten "abandonados" por la "dejadez de funciones" del Gobierno de Galicia y por la falta de recursos: "Cuatro personas durante una mañana para cubrir un arenal de 6 kilómetros de largo no son recursos suficientes. Nos tienen abandonados y lo único que han hecho es enviarnos una carta".
Resulta imposible situar el punto exacto en el que el Toconao perdió los contenedores cargados con cientos de sacos de pellets de plástico. En algún lugar de en el fondo del vasto Atlántico, pero en aguas portuguesas, reposan los cajones de metal que desperdigaron las “bolitas” como las definen las autoridades y que llegaron hasta Asturias arrastradas por la corriente en los últimos días. Sin embargo, fue antes, mucho antes, cuando se notificó por primera vez el avistamiento.
Antes del aviso desde Madrid a la Xunta a principios de enero, como dijo Alfonso Rueda, y mucho antes de la llamada desde el Gobierno de Portugal a su homólogo español a mediados de diciembre. Fue el 13 de diciembre cuando los vecinos de Ribeira dieron la alerta por un desastre medioambiental del que, casi un mes después, solo atinamos a atisbar sus consecuencias.
“NOTIFICAMOS A LA CONSELLERÍA DE MEDIOAMBIENTE EL 13 DE DICIEMBRE”
Luís Pérez, alcalde del municipio barbanzano, detalla que los arenales ribeirenses amanecen, un día más, cubiertos por los microplásticos. “Tenemos a la brigada municipal de emergencias recorriendo las playas y retirando los residuos que el domingo los cientos y cientos de voluntarios que llegaron a Ribeira sacaron de la arena”, explica el regidor nacionalista, que aprovecha para “agradecer de corazón” a esos “cerca de un millar de voluntarios” su gesto altruista.
En cualquier caso, la marea pronto echa por tierra el trabajo de los esforzados voluntarios. “Las playas siguen cargadas de bolitas de plástico”, lamenta Pérez, visiblemente enfadado como muchos vecinos por la “inacción” de la Xunta ante un episodio que podría compararse con el del Prestige hace ya más de 20 años.
“Recibimos el primer aviso el 13 de diciembre. Mandamos a la brigada de emergencias a retirar los sacos que llegaban. Desde el primer momento, desde el 13 de diciembre, nosotros notificamos a la Consellería de Medioambiente lo ocurrido. Estaban perfectamente informados de que se estaba produciendo la llegada de estos sacos a la costa”, atestigua el alcalde de Ribeira.
Coincide su narrativa con la del Ministro de Transportes, Óscar Puente, que ayer relató en Twitter lo mismo para “desenmascarar” a Alfonso Rueda. El número de sacos con los pellets retirados en un primer momento superó el medio centenar. Hoy son más de 70. A esto hay que añadir las muchas bolitas que llegan procedentes de sacos rotos.
LA CONSELLEIRA VISITA RIBEIRA, PERO NI AVISAN AL CONCELLO
Sin embargo, desde el Concello de Ribeira ven como la Xunta ni siquiera muestra un especial interés por tratar de abordar con los gobiernos municipales las posibles soluciones a esta catástrofe ni en conocer cómo están operando desde los consistorios, sobre los que se ha depositado todo el peso de la limpieza al considerar que el estado de los arenales es una competencia municipal. “Ayer llegó a Ribeira la Conselleira de Medioambiente. Tengo que lamentar que en una grave crisis como la que vivimos no tuvieron la decencia de avisar al gobierno local de unificar esfuerzos y coordinar los medios disponibles”.
El baile de fechas sorprende, porque deja un hueco de tres semanas desde que la Xunta es advertida del suceso hasta que el Gobierno de Galicia comunica a los concellos, por carta, que son los responsables de retirar los microplásticos.
“Es extraño que la Xunta eche balones fuera cuando eran conscientes de que ese desastre ambiental se estaba produciendo. Lo sabían porque se lo notificamos los días 13 y 14 de diciembre. Me sorprende que nos dejen solos a los municipios y digan que es una competencia municipal. ¿Sería una competencia municipal si en vez de una marea blanca fuese chapapote también nos dejarían solos en una crisis ambiental así? Es una irresponsabilidad por parte de la Xunta no elevar el nivel de alerta y dejarnos solos sin los recursos necesarios”, denuncia Pérez, que ve como su concello y los vecinos “buscamos las soluciones con lo que podemos”.
A juicio del regidor, la Xunta trata de “minimizar una crisis grave” aprovechando que la estampa que dejan las bolitas en la costa no es tan llamativa como podría ser la del crudo golpeando las rocas. “Las bolitas se expanden por Ribeira y por toda la costa. Van a ser ingeridas por los peces, por la aves…la magnitud del problema es incalculable, porque no sabemos cuántas bolitas se perdieron en el mar”, se duele Pérez.
SOLOS ANTE EL PELIGRO
En ese sentido, reclama que la Xunta abandone la “dejadez de funciones” en la que ha caído y asuma sus funciones “recogidas en las diferentes normativas y en el propio estatuto”. “Tenemos que atajar el problema de forma conjunta, todas las administraciones. Pero la Xunta mira hacia otro lado y manipula la opinión pública con el envío de brigadas a las playas que, en el mejor de los casos, están unas horas y en cuanto se van las cámaras de televisión dejan de trabajar”, censura.
Con todo, ¿cuál puede ser la motivación de la Xunta de Galicia para no abordar un asunto de esta magnitud con la presteza aconsejable? Algunas voces indican que aunque la Xunta lo sabía no se quiso actuar antes porque supondría, entre otras medidas, cerrar bancos marisqueros, una medida impopular en plena campaña navideña y a las puertas de unas elecciones autonómicas.
“La historia se repite”, dice Pérez, “como ocurrió con el Prestige en 2002 actúan ahora de la misma forma, con los mismos modos de opacidad y de manipulación”. “Primero ocultan el problema, esperando a que no salte a la luz pública. En cuanto eso sucede manipulan asegurando que se tienen los medios necesarios, pero eso no es cierto. Cuatro personas durante una mañana para cubrir un arenal de 6 kilómetros de largo no son recursos suficientes. Nos tienen abandonados y lo único que han hecho es enviarnos una carta”, reprende el alcalde ribeirense.
CÓMO TRATAR Y RETIRAR LOS PELLETS EN ESPACIOS PROTEGIDOS
Los pellets han llegado a las playas de O Vilar y A Ladeira. Se trata de entornos sumamente delicados, como también lo es el parque dunar de Corrubedo, espacio natural protegido. Canalizar el ansia por ayudar de los voluntarios es ahora uno de los grandes retos de las administraciones locales, ya que tienen dificultades para coordinar a todos esos grupos que, aunque bien intencionados, pueden dejar una huella muy lesiva en el ecosistema si ocupan áreas protegidas.
“Tratamos de coordinar que los voluntarios que lleguen lo hagan en grupos organizados, que nos notifiquen las zonas en las que limpiarán para que luego nosotros podamos recoger los residuos. Además deben hacerlo con guantes, porque desconocemos la toxicidad de este material, y acompañados de personal competente, porque hay que evitar pisar los pellets para no enterrarlos”, explica.
Por ahora, en Ribeira no tienen constancia de futuros encuentros con el gobierno gallego ni con representantes del gobierno central para conocer los siguientes pasos a dar o recibir más explicaciones, aunque Pérez abre las puertas a una reunión “en Ribeira o donde sea necesario, me desplazaré a donde haga falta”.
“Pero para que dos dialoguen hace falta la voluntad de los dos bandos. Si viene la conselleira de visita a la localidad y ni nos lo notifican…es muy difícil hablar con alguien que en todo momento oculta la realidad”, razona Pérez. En cualquier caso, en una hipotética reunión, el alcalde tiene claras cuáles serían las reivindicaciones que acercaría a las autoridades: “Necesitamos que la Xunta eleve el nivel de alerta y ponga a disposición de los municipios todos los recursos disponibles. Hay que coordinar los trabajos de retirada y estructurar la ayuda voluntaria que llega a los arenales. Las administraciones tenemos que estar unidas y con los recursos precisos para retirar los miles y miles de bolitas esparcidas por todas las playas”.
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