Golpes de calor a los niños: trucos de Quirónsalud para evitarlos y cómo actuar si se presentan
Hidratar a los más pequeños, cuidar de que lleven las prendas adecuadas y evitar el ejercicio físico son los principales consejos.
La llegada del buen tiempo nos anima a salir a la calle, a la piscina, a la playa...en definitiva a pasar más tiempo en exteriores y exponernos al sol. Si bien la actividad es saludable y recibir luz solar tiene muchos beneficios, no debemos descuidarnos y tener siempre presentes los riesgos, como los golpes de calor, especialmente en los más pequeños. Esta elevación excesiva de la temperatura corporal puede acarrear graves consecuencias, por lo que los profesionales de Quirónsalud inciden en la importancia de poner en práctica algunas recomendaciones para evitarlos.
Los niños son especialmente vulnerables, sobre todo cuando son menores de un año, ya que su temperatura corporal sube más rápidamente y cuentan con menos reservas de agua. "Los golpes de calor se producen sobre todo en niños expuestos a situaciones con humedad y temperaturas elevadas, sin protección ni hidratación adecuadas", indican desde Quirónsalud, que recuerdan que los síntomas van desde mareos, vómitos, erupciones cutáneas o fiebres hasta taquicardia e irritabilidad, pudiendo llegar a causar desmayos.
Así, es importante siempre hidratar a los pequeños de forma recurrente. También evitar las comidas copiosas, vestirlos con ropa fresca, transpirable, ligera y adecuada para las horas de más calor, además de gorros para proteger sus cabezas del sol, y evitar que hagan ejercicio físico prolongado en las horas más calurosas. Por otro lado, subrayan que no se debe dejar a los pequeños solos dentro del coche, aunque las ventanillas se queden abiertas.
Por otro lado, si se da un episodio de golpe de calor, es importante colocar al menor tumbado y boca arriba a la sombra, preferiblemente en un lugar fresco y ventilado. Aflojarle la ropa o quitarle prendas innecesarias y, si es posible, colocar compresas con agua fría en el cuello, la nuca, el pecho, la cabeza o la cara. Es importante no utilizar hielo ni sumergirlo en agua helada. Hidratarlo si está consciente y no presenta vómitos, pero si pierde la consciencia es fundamental llamar a las autoridades sanitarias y trasladarlo al hospital lo antes posible.
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