La cruz de Outeiro da Obra, un símbolo del franquismo que sobrevive en Celanova pese a la Ley de Memoria Democrática

El Comité de Memoria Histórica da Comarca de Celanova lleva años persiguiendo la retirada de esta cruz levantada por el pelotón falangista responsable de los únicos fusilamientos ocurridos en la localidad. La nueva Ley de Memoria Democrática puede ser la herramienta que logre desbloquear esta situación. 

La cruz, erigida "por motivos políticos, no religiosos", incluye la leyenda “A los combatientes de la parroquia de Celanova caídos por Dios y España”, además de símbolos de la dictadura. 

Eran siete los hombres que el 22 de septiembre de 1939 se enfrentaron al pelotón de fusilamiento en Celanova. ‘Los siete de Gijón’ fueron sacados de sus celadas de la Prisión Central de Celanova, ejecutados y enterrados en una fosa común. Entre ellos estaba Marcelino Fernández García, de 21 años y con una hija, Josefa, que en 2021, a sus 82 años, pudo por fin conocer el paradero de su progenitor, ajusticiado por el pelotón de la Bandera de Falange de Marruecos. Cada año Celanova homenajea a estas siete víctimas del franquismo, pero los 365 días del año el municipio ourensano tiene un recuerdo para ese mismo pelotón, el que erigió la cruz de Outeiro da Obra el 8 de agosto de ese mismo año, un monumento que glorifica a los nacionales y un vestigio del franquismo que todavía hoy pervive en Galicia.

‘Los siete de Gijón’ no fueron los únicos a los que el coronel Joaquín Ríos Capapé y sus hombres asesinaron a sangre fría. La cruz de Outeiro da Obra, alzada entre loas a Franco y cantando el ‘Cara al Sol’, los recuerda como uno de los muchos símbolos de la dictadura que aún hoy se encuentran en lugares públicos, patrimoniales o en nuestro callejero. Tal vez el de Celanova, localidad natal de Celso Emilio Ferreiro, poeta que escribió sobre aquella "longa noite de predra" que fue la dictadura, sea de los más representativos. 

En estos momentos, con la nueva Ley de Memoria Democrática en la mano, la cruz parece tener los días contados en su localización actual. En ella se puede leer todavía la inscripción “A los combatientes de la parroquia de Celanova caídos por Dios y España” y apreciar el escudo franquista de España, en su versión simplificada ,y el emblema de Falange Española formado por el yugo y las flechas. 

¿QUÉ DICE LA LEY DE MEMORIA DEMOCRÁTICA?

En su artículo 35, que versa sobre ‘Símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática’, la ley refiere que “se consideran elementos contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial”.

Por tanto, la cruz, al encontrarse en la vía pública y hacer “exaltación” de las unidades militares del franquismo, parecer ser uno de esos elementos que pretende eliminar la norma. Al tiempo, al no pertenecer la cruz al Patrimonio Histórico Español su protección no está amparada por motivos artísticos. 

Desde el Comité de Memoria Histórica da Comarca de Celanova llevan años presionando y trabajando para que se retire este símbolo de la localidad ourensana. La organización ha abierto diversos procesos durante la vigencia de la anterior Ley de Memoria Histórica para tratar de lograr su retirada, aunque hasta la fecha siempre se ha encontrado con la oposición de las administraciones utilizando los canales oficiales. 

Recogidas de firmas con más de 1.600 rúbricas, mociones de urgencia, informes minuciosos, plenos municipales…siempre se encontraron con la oposición del Concello de Celanova, alegando que se trata de un símbolo religioso y no un símbolo funerario en recuerdo de los falangistas muertos en la Guerra Civil. “No fue financiado por la Iglesia, no se instaló en un lugar de culto o sagrado. Su intencionalidad fue política, no religiosa”, sostiene un informe sobre la cruz. 

El Gobierno municipal de Celanova también elaboró un informe propio como réplica al documento del Comité, pero nunca se hizo público. El alcalde es Antonio Puga, de Celanova Decide, que gobierna con el PSdeG como socios, sumando entre ambos seis concejales, los mismos que tiene el PP de Celanova. El BNG, con solo un edil, fue la única fuerza que votó a favor de la retirada del símbolo. 

UN DEBATE CON LA INTERVENCIÓN DE ABOGADOS CRISTIANOS 

La controversia llegó hasta el punto de que, en el último pleno en el que se debatió este asunto, participaron representantes de la organización Abogados Cristianos, famosos por sus controvertidas batallas legales entre las que destaca el llevar al actor Willy Toledo ante la Justicia por “presuntas ofensas religiosas”, entre otras acusaciones. Ante la participación de la Fundación presidida por Polonia Castellanos, la respuesta del Comité de Memoria Histórica da Comarca de Celanova fue abandonar el pleno. 

Hace meses de este episodio y el debate se ha ido posponiendo con el tiempo, aunque la última intentona del Comité data de febrero de este año, cuando registraron en el Concello una nueva petición para la retirada de la cruz. Por entonces no solo se apoyaban en la ley, sino también en una sentencia del Tribunal Supremo contra un recurso de la Fundación Franco.

A LA ESPERA DEL CATÁLOGO DE SÍMBOLOS 

Desde la plataforma sostienen que ahora la nueva ley “es todavía más clara y precisa”, por lo que solo queda esperar a que se abra el proceso para incluirla dentro del Catálogo de Símbolos y Elementos Contrarios a la Memoria Democrática, una figura fundamental en la nueva ley y en la que pueden participar las “entidades memorialistas” como esta organización. 

“La cruz está documentadísima. Es de los símbolos del país que más y mejor documentada está”, sostienen desde el colectivo. La ley lo que hace ahora es “introducir unos plazos” que, de no cumplirse, forzarán al Gobierno central a “ejecutar” la retirada del símbolo. 

Desde el comité mantienen la calma y saben que el tiempo juega a su favor en estos momentos. “Vamos a esperar. Veremos si hay una voluntad política y lo reiniciaremos. Vamos a coger la nueva ley, ir al pleno y decir que está más que claro, que no pueden intervenir organizaciones profascistas como Abogados Cristianos, que deben retirarla y guardarla”, insisten. 

El Gobierno de España ya está al tanto de toda la documentación recopilada por la organización, que en mayo de este año se la entregó al subdelegado del Gobierno en Ourense para que a su vez informase a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. La cruz preside la panorámica de Celanova desde hace ya 83 años, casi los mismos que Josefa lleva añorando a su padre.