(VÍDEOS) Tejas y ramas caídas, contenedores volcados o flotando, muros en el suelo...los efectos de Kirk por toda Galicia
Los usuarios de las redes sociales compartieron los efectos de la borrasca en distintos puntos de la comunidad: A Coruña, Vigo, Santiago de Compostela, Tomiño, Muros o A Illa de Arousa son algunos de los puntos donde los estragos de Kirk han sido destacables.
Muchos gallegos han pasado la noche escuchando cómo soplaba el viento en su ventana mientras la lluvia golpeaba las persianas. Solo al amenecer han podido comprobar el alcance de los daños en una madrugada catastrófica en algunas zonas, con destrozos que van desde árboles tumbados hasta calles convertidas en piscinas urbanas por la cantidad de agua acumulada. Con vientos que superaron los 180 km/h, los efectos de la borrasca Kirk se han hecho patentes a lo largo de toda la noche y los gallegos los han compartido en redes sociales.
Aunque en el interior de Galicia los efectos han sido también considerables, lo cierto es que Kirk ha sido especialmente severo en la costa. Un ejemplo lo encontramos en Muros, donde las calles eran cascadas de agua durante la madrugada, cuando las precipitaciones fueron especialmente intensas.
La AEMET alertó ayer de que las olas podrían alcanzar los siete metros de altura durante los momentos más intensos del temporal. En A Illa, en pleno corazón de la ría de Arousa, el escenario era el de una tormenta inusual con rachas de viento muy intensas. Desde el perfil de Salvamento Marítimo dieron buena cuenta de cómo son las condiciones en el mar en este momento.
Sin embargo, no era necesario estar a pie de playa para entender las dimensiones de esta borrasca, ya que el propio río Miño se convirtió en un mar embravecido con un oleaje considerable a su paso por Tomiño.
Pero, como decimos, en Santiago de Compostela los daños también son cuantiosos. El caudal del río Sar se desbordó por completo y en el Campus Sur de la USC uno de los árboles del paseo cayó sobre un vehículo. También en la Avenida de Lugo un árbol ha caído sobre el tendido eléctrico, con el riesgo de que pueda caer sobre la vía.
De hecho, no es el único episodio de este tipo, ya que muchas ramas se han desprendido por efecto del viento e impactado sobre algunos turismos, lo que provocó que, en algunas partes de la ciudad, los compostelanos tuviesen problemas para conciliar el sueño por las alarmas que sonaron durante la madrugada, presumiblemente de coches golpeados por las ramas.
El viento también hizo que saliera por los aires el tejado del conservatorio municipal y tiró los muros del polideportivo del IES de Porto do Son. En Vigo se vivieron situaciones muy parecidas con las cubiertas de los tejados y carpas volando por la fuerza del viento. En la ciudad olívica también se han registrado incidencias como árboles arrancados de cuajo, como en el caso del entorno del cementerio de Pereiró, o desprendimiento de elementos como tejas o algunos de los adornos que componen la iluminación navideña de Vigo.
En Pontevedra encontramos una estampa similar con las ramas en el suelo junto a los coches en un barrio como el de Campolongo. Los negocios de la ciudad del Lérez sufrieron las consecuencias y más de uno tuvo que recoger hoy su cartel publicitario de la acera.
En A Coruña, por su parte, el paisaje era el que cabría esperar: grandes atascos, cortes de luz, contenedores desplazados y hojas y ramas por doquier. Las retenciones en la ciudad herculina, en gran medida por las balsas de agua, fueron de lo más destacado de la mañana del miércoles.
Algunos escolares amanecieron esta mañana con la noticia de que no había clases, pero no por orden de la Consellería de Educación. En Outes el temporal provocó inundaciones y una gran riada que impidió que se diesen las clases en el colegio de la localidad, totalmente anegado como otras casas del municipio.
La decisión del Gobierno de Galicia de no suspender las clases también fue muy criticada por algunos usuarios de las redes sociales, que cargaron contra el presidente Alfonso Rueda.
Sin embargo, hay también sitio para las imágenes irónicas, como la escena que presenció esta mañana un ourensano: el coche escoba baldeando las calles bajo la lluvia en la ciudad termal. Porque en Ourense, si chove, que chova.
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