Incertidumbre en R-Cable y sus 135 empleados por el ERE en MasOrange: "Aquí no sobra nadie"

La fusión de las compañías de telecomunicaciones MásMóvil y Orange dio paso a un gigante del sector al que, ahora, solo cinco meses después de ese movimiento empresarial, se le ven los pies de barro. MasOrange, la firma resultante, cuenta con más de 30 millones de clientes de telefonía móvil, 7 millones de clientes de banda ancha, en torno a  8.400 empleados y con marcas de la talla de Euskaltel o la gallega R-Cable. Son estas últimas las que se pueden ver más amenazadas, pese a sus décadas de historia, por el Expediente de Regulación de Empleo voluntario anunciado por la compañía, que pretende extinguir cerca de 800 puestos de empleo, lo que representa casi uno de cada diez puestos de trabajo en la empresa. 
 

El anuncio del ERE, pese a que en el momento de la fusión la compañía negó que el movimiento no supondría en ningún caso la destrucción de empleos -de hecho, mantener los empleos fue una de las condiciones del Gobierno de España para autorizar la fusión-, recibió la negativa de sindicatos como UGT, pues a su juicio la propuesta “ahonda en políticas de destrucción de empleo bien formado, bien remunerado y que aporta riqueza y valor añadido a la economía”. 

“TE QUEDAS DE PIEDRA”

Javier Gómez, de UGT y presidente del comité de empresa de R en A Coruña, señala que la primera pregunta que hay que hacerle a MasOrange es qué ha cambiado en estos meses para pasar de las palmaditas en la espalda a la amenaza de 800 despidos. “Es cierto que había rumores de que se iba a dar una situación como esta, pero la dirección siempre nos dijo desde la fusión que eso no iba a suceder y que todos los empleados son necesarios. Estábamos tranquilos hasta la noticia de la semana pasada”, critica Gómez, que espera conocer en el inicio de la mesa de negociación las motivaciones de la empresa para iniciar este ERE. 
 

Esos rumores se convirtieron en una realidad a principios de septiembre aunque las últimas informaciones señalan que era una opción que se venía rumiando desde, al menos, agosto, momento en el que se comunicó a los accionistas que podría haber despidos, algo que los sindicatos supieron “a toro pasado”. “Te quedas un poco de piedra al saber que llegan este tipo de comunicados a los accionistas cuando no se había notificado el ERE”, reprende Gómez, que no oculta el “disgusto” de los trabajadores por tener que enterarse por la prensa de esta clase de situaciones. 
 

En estos momentos todos están a la expectativa y en proceso de constituir la mesa negociadora, que todavía no tiene fecha para su primera reunión pero todo hace indicar que se apurarán al máximo los plazos legales hasta el 17 de septiembre. Será en el inicio del diálogo cuando se aclaren un poco las aguas: “Será entonces cuando la empresa tendrá que dar una explicación concreta de los hechos que la llevan a tomar esta decisión. Hasta ese momento estamos un poco a ciegas, la verdad”.
 

Por el momento desde UGT sostienen que no han recibido justificación alguna que pueda apoyar el ERE. De cualquier forma, el sindicato ya ha dibujado su hoja de ruta, marcando entre las líneas rojas la negativa a aceptar un ERE sobre el que no están de acuerdo. En cuanto a R-Cable, son 135 los trabajadores en la comunidad, y Gómez recalca que “son todos necesarios porque la carga de trabajo que tenemos es elevada”. “Aquí no sobra absolutamente nadie”, insisten desde UGT. 
 

Sabedores de que evitar el ERE será una tarea difícil, el objetivo en este supuesto será que “el ERE sea 100% voluntario”. “Aquí no debería haber despidos forzosos ni salidas. Las condiciones tendrán que ser lo suficientemente atractivas para que la empresa vea satisfechos sus deseos de que el número de personas que salga sea el mínimo posible y bajo la premisa de la voluntariedad”. 
 

LA ESPADA SOBRE LA CABEZA DE EUSKALTEL Y R-CABLE

En las firmas más pequeñas, pese a su larga trayectoria como Euskaltel -envuelta recientemente como R en un escándalo por el ataque de los hackers a sus bancos de archivos-, desconocen el nivel de afectación de esta decisión. De los 135 trabajadores de R-Cable, el grueso de la plantilla se encuentra en A Coruña y menos de una docena en Vigo. Por ahora, la duda se mantiene sin saber si el 10% de esos empleos afectados en el conjunto de MasOrange será más lesivo en unas marcas que en otras. 
 

“Lo adecuado en cualquier caso sería por media de edad. Se intentará promover que en las empresas con una mayor media de edad se pacte con más personas. ¿Podríamos vernos más afectados en R o Euskaltel? Podría ser, pero no lo sabemos”, admiten desde UGT, que no obstante dicen no tener la percepción de que se busque eliminar algunas de las sedes de R-Cable. “Todos los escenarios son posibles, pero en los 25 años de R nunca he visto peligrar la sede de Vigo. Incluso Orange tiene sede también en Vigo. El tema de los edificios no debería ni creo que vaya a suponer un problema”, estima Gómez. 

En lo relativo al personal más vulnerable ante este ERE, la respuesta también es en estos momentos una incógnita, ya que no se han precisado las categorías que corren más peligro. “Entiendo que se atenderá más bien a la franja de edad”, razona Gómez, “y la empresa, lo más probable, es que intente facilitar la salida a los más veteranos porque es lo que tiene más sentido, porque es más fácil que un trabajador con más de 60 años sea más proclive a buscar una salida”.   
 

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL SECTOR DE LAS TELECOMUNICACIONES?

La de MasOrange es una más de la oleada de EREs que experimenta el sector de las telecomunicaciones. Otras firmas, como Telefónica o Vodafone, han contado los despidos por miles en los últimos tiempos, un síntoma, a juicio de Gómez, de competitividad feroz dentro de este sector, “algo que no pasa en sectores como la banca o las energías”. 

“Nos hemos visto abocados a una gran competencia entre las marcas. A pesar de la inflación, las empresas de telecomunicaciones están siempre revisando sus precios, con ofertas agresivas porque hay una gran competencia en la lucha para captar clientes. Eso lo que provoca es que los ingresos sean menores de lo que a las propias empresas de telecomunicaciones les gustaría y, por tanto, haya que hacer estos ajustes de empleo”, explica.

Esto, sumado a circunstancias como la fusión de Orange y MásMóvil, facilita que otras compañías, y Gómez cita el caso particular de Digi, “crezcan los suficiente como para que el número de operadores importantes no se reduzca”. “Al no reducirse el número de operadores importantes, lo que se provoca es, de nuevo, una guerra de precios y volvemos a entrar en este bucle y el resultado final es un ERE y la destrucción de empleos”, indica. 

En los próximos días se darán a conocer las condiciones que plantea la empresa y, hasta entonces, los trabajadores se mantienen atentos a todas las novedades y, dependiendo de las mismas, los sindicatos anunciarán movilizaciones o las acciones a seguir en protesta por una decisión que, por el momento, consideran del todo injustificada.