Aitana deja un buen sabor de boca en el PortAmérica, en el festival donde todo puede pasar
El segundo día del festival de Portas dejó actuaciones memorables como las de Aitana, Shinova o Xoel López, este último para sorpresa de los festivaleros.
La Azucareira de Portas podría ser la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Y no por lo dulce, sino por lo extraordinario. En el recinto donde de un tiempo a esta parte se celebra el Festival PortAmérica hay sitio para todo. El que va a ver un festival de música se encuentra con un menú de cinco tenedores y el que va a comer acaba bailando como un poseído. Incluso puede acabar viendo a un ganador del Goya sobre el escenario como un rockero veterano. Esas cosas que solo pueden darse una vez cruzas el umbral del PortAmérica.
EL MEJOR CONCIERTO NO ESTABA PROGRAMADO
Porque en Portas, durante tres días al año -y ya vamos por el segundo-, se reúne lo mejorcito de cada casa, tanto en el plano musical como gastronómico. A los fogones hay decenas de manos siempre dispuestas a satisfacer el apetito de los festivaleros, que una edición más se contaron por miles en la tarde del viernes, una jornada que arrancó temprano, en torno a las 17:30 con Adrian Tims, seguido de Besmaya, Calocho y Marilia Monzón, encargada de poner a todos a tono antes de que Lit Killah, el primer cabeza de cartel de este segundo asalto saliese a escena.
Sin embargo, cuando todos miraban a los escenarios principales, el PortAmérica sorprendió a propios y extraños con el mejor de los conciertos del viernes justo encima de las cabezas de los cocineros. De allí emergió Xoel López, que solo un día antes estaba recibiendo el calor del público en la jornada inaugural. Junto a él, Gabriel de la Rosa, vocalista de Shinova -del que ya hablaremos-, con el que interpretó 'Fort Da' a dúo, una experiencia digna de vivir, al menos, una vez en la vida de un festivalero. Marilia Monzón se trasladó hasta este escenario para cantar 'Terra' con el coruñés. La sorpresa final fue ver al actor Tamar Novas poniendo voz a 'Lodo' junto a los tres ya citados en una coral inigualable que recibió una tremenda ovación de todos los que esperaban por un pincho y se encontraron con un menú degustación.
DE ARGENTINA A BOIMORTO
Ya en la programación anunciada, Lit Killah, que llegó al festival de rebote, se ganó cada aplauso con un show lleno de energía e integrando al público, con el que se mostró cercano y conectado en todo momento. El de González Catan, de gira por el territorio, dejó una muy buena carta de presentación que coronó con su parte de 'Los del espacio'.
Al argentino lo sucedió Luz Casal, para la que no hace falta presentación. A la de Boimorto no le importa nada y, como jugaba en casa, pudo desmelenarse con un público entregado al que dedicó sus grandes éxitos con ese chorro de voz inigualable. La gallega, que incluso se permitió invitar a todos a su particular fiesta del 23 al 25 de agosto en el Festival de la Luz, cerró con 'Negra Sombra' una actuación en la que hizo una especial y emotiva dedicatoria a todas las mujeres de su vida.
AITANA, ÍDOLA ADOLESCENTE
No obstante, y pese a actuar de local, Luz Casal no era por la que esperaba el gran público. Hoy solo había ojos para Aitana. De ahí que la media de edad de este viernes estuviese rozando la minoría de edad. De unos 4 o 5 añitos sería el expectador más joven. Afortunadamente, en el PortAmérica tienen todo pensado y han destinado distintas áreas del recinto a los juegos o a la 'Chiquiteca', iniciativas que animan a las familias a acudir al festival en grupo.
No obstante, las mayores fans de Aitana son en su mayoría adolescentes que chillan con los primeros acordes de todas las canciones. Lo sé porque lo he visto -sufrido- durante un concierto que cumple con lo prometido. Es difícil conectar a nivel artístico con Aitana, que no deja de ser un producto perfectamente medido en una industria musical que vende una diva del pop, ofrece una diva del pop y entrega una diva del pop. Sin ser una maravilla en lo sonoro, lo cierto es que resulta entretenido y hasta admirable por la electricidad que desprende durante la hora y algo más de concierto, donde las coreografías de los esforzados bailarines dejaron a más de uno con complejo de pato, sabedores de que nunca podrán realizar las danzas que vieron esa noche.
'Mon Amour', 'Miamor', 'Akureyri', 'Los Ángeles' o 'Formentera' fueron algunos de los temas más vociferados por una platea totalmente entregada, con cartulinas más grandes que la vida para demostrar a la de Sant Climent de Llobregat la devoción que le profesan.
Sarria fue la formación encargada de tomar el testigo de Aitana, por lo que se encontró con el desfile de las familias y los famélicos, que se fueron a buscar la cena. Estuvieron a la altura manteniendo el listón alto hasta la salida de Shinova, que para una parte fue el gran descubrimiento de la noche, porque Gabriel de la Rosa ya dejó al público con ganas de más tras armar ese tándem con Xoel López, y no defraudó.
Sus letras, complejas y con algún giro que te deja pensando, no están exentas de ritmo y dinamismo, haciendo bailar a todos y consiguiendo que demos las gracias por ser parte de su presente. León Benavente y The Rapants, ambos irreverentes y gamberros, fueron los coche escoba de todos aquellos que se resistieron a dar por acabada la noche del viernes antes de que comenzase a despuntar el alba. Llegamos a las puertas del último día del PortAmérica con un muy buen sabor de boca, pero como todo buen comedor con un huequecito para el postre. A nadie le amarga un dulce, aunque sea un dulce final.
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