La carne gallega de vaca y buey, reconocida con una Indicación Geográfica Protegida
Se busca "poner en valor" y preservar las producciones. El producto no podrá ser congelado y los animales tienen que cumplir unos requisitos.
La carne fresca de vaca y buey nacidos y criados en Galicia cuenta desde este martes con una Indicación Geográfica Protegida (IGP) propia, que permitirá "poner en valor" y preservar las producciones.
El Boletín Oficial del Estado ha resuelto este martes la concesión de este reconocimiento que había sido solicitado por la Xunta el pasado 22 de julio y que la titular de Medio Rural, Ángeles Vázquez, ha celebrado por ser un suceso de "importancia", según señala la Xunta en un comunicado.
Para contar con esta indicación, el producto se obtendrá de las principales razas existentes: la rubia gallega, morena gallega, asturiana de los valles, limusina, rubia de Aquitania y frisona. Además, alguna de las características técnicas exigidas será que la carne esté refrigerada, sin que pueda ser congelada en ningún momento.
Asimismo, la vaca ha de ser una hembra con, por lo menos, una gestación antes del sacrificio, mientras que el buey debe ser un macho castrado antes de un año de vida y que supere los 48 meses de edad antes del sacrificio.
ETIQUETADO POR FASES
Esta IGP abarcará la totalidad del territorio gallego y los animales tienen que nacer, criarse, engordar y sacrificarse en la comunidad. Cada una de estas fases constará con un etiquetado concreto que permita el control del animal.
Además, se establecerá un consejo regulador único para las indicaciones geográficas protegidas de la ternera gallega y de la carne de vaca y buey, con el fin de mantener una relación entre estos dos sellos de calidad.
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