"Situación inhumana" en la residencia intervenida en Salvaterra, denuncian sus enfermeras e investiga la Xunta
Ancianos con llagas en carne viva en el coxis por pasarse horas sin que los muevan. Habitaciones tan sucias que el calzado se queda pegado. Dos palanganas por cada 30 pacientes. Estas son algunas de las denuncias que lanzan técnicos de enfermería que está cuidando a los ancianos de la residencia de Salvaterra de Miño, intervenida por la Xunta tras un brote de coronavirus.
ACTUALIZACIÓN: No han llegado más medios para atender a los ancianos de la Residencia Salvaterra, denuncian trabajadoras (vídeo)
Ancianos con llagas en carne viva en el coxis por pasarse horas sin que los muevan. Habitaciones tan sucias que el calzado se queda pegado. Dos palanganas por cada 30 pacientes. Estas son algunas de las denuncias que lanzan técnicos de enfermería que está cuidando a los ancianos de la residencia de Salvaterra de Miño, intervenida por la Xunta tras un brote de coronavirus.
Las quejas forman parte de un escrito presentado ante la Xunta al que ha tenido acceso Galiciapress. Esta redacción se ha puesto en contacto con la Consellería de Política Social para publicar su versión.
RESPUESTA DE LA CONSELLERÍA
"La Xunta analizará con detenimiento las situaciones que se trasladan en ese escrito. En caso de que se constate algún incumplimiento de la normativa, como es natural y como ocurre en todos los casos, se actuará en consecuencia", señalan fuentes oficiales de la Administración.
Desde Política Social, se añade que "en estos momentos, después de la intervención pública de la residencia de Salvaterra, se reforzó de manera sustancial a plantilla de enfermería, de auxiliares de enfermería y la dotación técnica de este centro residencial".
La veracidad de las denuncias está respaldada por las imágenes que la acompañan. Algunas durísimas.
HORAS Y HORAS SIN QUE NADIE LOS MUEVA
En particular las llagas en un anciano provocadas, según una de las enfermeras en declaraciones a Galiciapress, por estar horas y horas sin que nadie lo mueva. La sanitaria asegura que los ancianos se pueden pasar "desde las 10 o 11 de la mañana hasta 7 y 7.30 de la tarde" sentados en una silla sin “ningún movimiento postural”. Asegura que en torno al 90% de los mayores sufren lesiones de este tipo.
De acuerdo al escrito, las enfermeras ya se habían quejado anteriormente, sin que nada cambiara, pues las lesiones empeoraron:
Durante la higiene de los pacientes se han detectado numerosas maceraciones y Úlceras por Presión (UPPs) en diferentes estadíos. Como dictan los protocolos se procedió a avisar a los responsables de Enfermería de distintas áreas para aplicar los cuidados específicos. Estes avisos se realizaron durante días consecutivos, e incluso se llegó a solicitar la asistencia varias veces por turno, demanda que no fue atendida. No se dio respuesta a nuestros avisos ya que la carga de trabajo es desorbitada para este colectivo. Este hecho podemos asegurarlo debido a que las lesiones de los pacientes se van intensificando y agravando, por lo que entendemos que nuestros avisos no fueron tenidos en cuenta, o si lo fueron, no se ha hecho nada por remediarlo.
La denuncia empieza protestando por la insuficiencia de Equipos de Protección Individual adecuados. El relato de las enfermeras habla por si solo de las durísimas condiciones en las que están trabajando y de lo mucho que arriesgan:
Trabajamos con todo tipo de secreciones en la aplicación de los cuidados fundamentales de los pacientes: aseos, administración de la alimentación y medicación oral, cambios de pañales, cambios posturales, etc. Muchos de estos pacientes padecen graves deterioros cognitivos, son pacientes psicogeriátricos que por sus patologías sufren crisis, nos arañan, nos escupen la comida a la cara, nos agreden rompiendo la protección de la que estamos dotados, por lo que sin los EPIs adecuados vemos peligrar nuestra integridad y salud.
Según la versión de las trabajadoras, existe una "falta absoluta de organización del centro" y hay "graves defectos en las medidas de higiene", sin que se respeten las zonas 'limpias,' con las zonas donde viven los pacientes de coronavirus.
Soportando una "carga de trabajo desorbitada" aguantan 7 u 8 trabajadoras de la propia residencia privada y una treintena de enfermeras públicas, enviadas por el SERGAS.
DOS SEMANAS BAJO RESPONSABILIDAD DE LA XUNTA
Hay que recordar que la Xunta intervino la residencia de Salvatierra hace más de dos semanas. Desde entonces es la Administración Autonómica y no la empresa Residencia Salvatierra SL la responsable del día a día de la atención médica.
En el brote inicial dieron positivo 25 residentes el 22 de octubre. Ayer eran ya 68 los ancianos positivos. Dado al caracter asintomático, al menos inicialmente, de muchos casos es muy difícil determinar cuándo se contagió cada residente. Lo verdaderamente importante, al menos para las familias, es que se han contagiado más del 60% de los ancianos y que según las enfermeras la situación no está mejorando.
¿MÁS RESIDENTES QUE PLAZAS?
La capacidad oficial de la residencia es de 108 plazas, según figura en el Rexistro Único de Entidades Prestadoras de Servizos Sociais de la Xunta. Sin embargo, según una de las enfermeras, en el asilo hay unos 128 residentes.
La plantilla debería estar formada por unas 50 trabajadoras, según el citado Rexistro. De ellas, de acuerdo al cómputo oficial, 27 están enfermas con coronavirus.
Además de este escrito presentado por las trabajadoras, el colectivo Traballadoras de Residencias de Galicia (TReGa) presentó otro en términos muy similares este domingo.
CRISIS DE ANGUSTIA
Las denunciantes terminan el documento suplicando una inspección y refuerzos ante una "situación inhumana", tanto para los ancianos como para las trabajadoras, pues "parte del personal ya ha tenido que ser atendido por crisis de angustia generalizada y también por lesiones traumatológicas".
Parece que la llegada de quejas por cauces oficiales ya ha servido para algo. Según las trabajadoras, este lunes han empezado a llegar grúas para mover a los ancianos, uno de los equipamientos que demandaban en su escrito.
Más del 40% de los 988 fallecidos por COVID-19 en Galicia eran personas que vivían en residencias.
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