Como vivimos, una vez más, jornadas históricas, he querido copiar -mutándolo a la jerga política- la frase que convirtió nuestro admirado colega Juan José Castillo en grito de guerra alborozado de miles de conciudadanos cuando Manolo Santana, Arilla, Gimeno y Gisbert hacían historia en la Copa Davis, en los tiempos en los que Nadal todavía no había aparecido por una pista. El "entró, entró" del que fue gran Director de Mundo Deportivo narrado con pasión y voz inconfundible, hoy Farreras o cualquiera de los locutores de laSexta -gran medio de comunicación podemita y sobre todo sanchista- habría de transmutarse en sus voces masculinas o femeninas en un inconfundible "juró, juró", para redondear las muy sentidas glosas que hemos podido escuchar en la cadena planetaria esta última semana durante la proclamación y jura del cargo monclovita más buscado de las últimas legislaturas.
Llegó el momento y como lo ha hecho todo el tejido económico e industrial, deseo como ciudadano y contribuyente al nuevo presidente legítimo de mi país mucha suerte y acierto en su cometido, sin que deje de sentir preocupación por todo lo visto y escuchado en la sesión de investidura de la última semana.
Les escribía en mi anterior artículo algo que no me atrevo a quitar del titular: Respetémonos, que más que una exigencia es un ruego a todos los protagonistas que, a un lado o a otro de la trinchera dialéctica parlamentaria, se han insultado con vehemencia, asustando a la ciudadanía con sus posiciones de intransigencia terribles.
Si esta nueva etapa vuelve a devenir en un país de vencedores y vencidos, sinceramente no sé a dónde vamos a ir a parar todos los que cada día, desde hoy mismo, reemprendemos la irrenunciable vocación de dialogar y pactar y volvemos a reanudar nuestra convivencia, especialmente socialistas y populares, las dos formaciones parlamentariamente mayoritarias.
A la derecha les digo que si esperan recuperar votantes con broncas de gran tamaño y amenazas de apocalipsis como hicieron en Portugal, fíjense en los resultados que obtuvieron sus correligionarios en el país hermano, que no solo volvieron a perder las elecciones, sino que le dieron la victoria a las izquierdas socialistas para poder gobernar en solitario ahora mismo sin ir más lejos. Así que, a bajar el tono.
Respecto a los socialistas, ahora subidos a la parra del poder, les invitaría a darle un segundo vistazo a la jura de Juan Guaidó en Venezuela. Me refiero a la última, naturalmente, que ha escandalizado a medio mundo, para que nunca tengan que pasar esa vergüenza porque un asesor bolivariano les confunde de país y por ello, les hace cometer un error irreparable. Me consuela que su historia centenaria, la parte buena de la misma, les servirá mucho de ayuda y que la libertad de expresión todavía está vigente, aunque han pasado cosas muy raras en el último mes en las relaciones del Gobierno con los medios de comunicación. Veremos.
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