Raymond Poulidor fue un ciclista francés que a pesar de haber participado ocho veces en el Tour de Francia nunca consiguió ganar. Si durante años a disculpa era que debía competir con un fuera de serie como Jacques Anquetil posteriormente, a pesar de que este se retiró antes, Raymond Poulidor siguió sin ser capaz de ganarlo. De ahí nació el “complejo Poulidor” para aquellos que persiguen largamente un objetivo y nunca lo consiguen. Algo de esto le está pasando a Alberto Núñez Feijóo pero con una pequeña diferencia: Raymond Poulidor, a pesar de sus fracasos, fue un ciclista muy querido por los franceses, entre otras razones, por que siempre aceptó deportivamente la derrota. Puede decir lo mismo Alberto Núñez Feijóo? Creo que no. Que, como dirigente político, no va a dejar un buen recuerdo en la memoria de los españoles por no aceptar la democracia.
La razón principal tanto de sus derrotas como la del malquerer debemos buscarla en cómo entiende la política y cómo la lleva a la práctica, algo de lo que tuvimos una clara muestra en estas últimas semanas y demos cuenta en anteriores artículos (https://gal.galiciapress.es/artículo/opinion/2024-08-23/4968619-feijoo-sigue-modo-trumpista). En términos globales está muy claro que el señor Núñez Feijóo es su partido, coreado por medios afines y apoyado por magistrados con carné, entiende la política como derribar al contrincante, lo que en el mundo anglosajón se conoce como “opposition research” y que simplemente consiste en sustituir la presentación de políticas y proyectos alternativos, como había correspondido la cualquier oposición democrática responsable, por ataques personales y destructivos a los políticos gobernantes buscando la “destrucción de su reputación”, esperando que su descrédito leve al rechazo del electorado cuando no la imputación judicial: ahí está la actuación del juez Juan Carlos Peinado en el caso de Begoña Gómez donde se ve claramente como las estrategias política, judicial y mediática están perfectamente coordinadas. Un caso, por cierto, que cada día que pasa aparece como más falto de argumentos y más lleno de irregularidades.
La verdad es que, a día de hoy, esta estrategia está llevando al señor Núñez Feijoó de derrota en derrota como pudimos comprobar estas últimas semanas con la DANA, el nombramiento de la señora Ribera como Comisaria de la Unión Europea y también con las medidas fiscales impulsadas por el Ministerio de Hacienda. Derrotas políticas de las que no parecen sacar las enseñanzas pertinentes y así a continuación, y casi sin pausa, estas derechas continúan con esa estrategia de destrucción del contrincante montando un nuevo caso (Aldama) en base a dar validez a las declaraciones de un delincuente convicto y confeso que son utilizadas como arma política contra el Presidente del gobierno. Muy mal le iría a la democracia en España si estas estrategias hubieran salido triunfantes. No parece que eso vaya a suceder pues lo que sí están consiguiendo es que el resto de fuerzas políticas (PNV, BILDU, ERC, JxCat, Podemos, BNG) cierren filas con el gobierno de turno (PSOE, Sumar) y dejen en un segundo plano las diferencias, conscientes todos de lo que hay en juego con este tipo de envites.
No por casualidad, y según nos informan los medios mas creíbles, el señor Núñez Feijóo está pasando de ser aclamado por su partido (PP) a ser cada vez más cuestionado. Las derechas españolas no quieren un Raimond Poulidor sino un Eddy Merckx (a quién por algo le llamaban “El Caimán”).
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