La caza del zorro: argumentos de cazadores y animalistas
Javier Nogueira Diz, presidente de la Federación Galega de Caza, y Laura Duarte, portavoz de PACMA, atienden a Galiciapress y exponen la postura de cazadores y animalistas con respecto a las cacerías de zorros que se celebran en la comunidad gallega desde principios de enero y que se prolongarán hasta principios de febrero.
Javier Nogueira Diz, presidente de la Federación Galega de Caza, y Laura Duarte, portavoz de PACMA, atienden a Galiciapress y exponen la postura de cazadores y animalistas con respecto a las cacerías de zorros que se celebran en la comunidad gallega desde principios de enero y que se prolongarán hasta mediados de febrero.
Galicia acogerá diversos campeonatos de la caza del zorro este enero
Enemigos irreconciliables, las posturas de cazadores y animalistas sobre la cacería de zorros en la comunidad gallega están irremediablemente enfrentadas. Donde unos ven un exterminio, otros ven un control medioambiental; si unos acusan una inversión injustificada por parte de las instituciones, otros defienden una actividad deportiva y muy beneficiosa…Sin embargo, no siempre se dan ambos puntos de vista, dejando sin contar la otra mitad de la historia.
Primeramente, hay que saber cómo son estas cacerías y de qué manera están organizadas. “Son cacerías con escopeta, en modalidad de batida, que se realizan bajo la denominación de torneo, en cuadrillas formadas por diez cazadores, que disponen de cinco horas ininterrumpidas para abatir zorros en la zona autorizada. Cada cuadrilla está acompañada de un guía y un juez de campo, y cada cazador puede llevar sus propios perros de rastreo”, explican desde PACMA. Por su parte, la Federación puntualiza que en estas pruebas “las restricciones cinegéticas para el desarrollo de las mismas son mayores que durante cualquier día de caza”. “Se limita el número máximo de cazadores y perros de cada equipo, pero también la extensión de terreno a cazar por cazador es mayor”, señala Nogueira Diz.
En cuanto al equipamiento y desarrollo de las cacerías, la FGC afirma que tanto las armas, como los perros y los métodos de caza “son los autorizados por la Ley de Caza de Galicia”, mientras subraya que los riesgos tanto para participantes como para terceros “son prácticamente inexistente” y que el riesgo es “similar al de cualquier actividad o deporte celebrado al aire libre”.
El pasado 7 de enero se abrió la veda, y el pasado fin de semana ya se celebró el campeonato provincial de Pontevedra. En próximas fechas se celebrarán los de A Coruña, Lugo y Ourense, además de las copas provinciales, el campeonato gallego y la Copa de España. La veda permanecerá abierta hasta el día 10 de febrero. Ante este calendario, PACMA lamenta que la comunidad “se ha convertido en una triste referencia en cuanto a la caza de zorros se refiere”.
EL APOYO DE LA XUNTA
Uno de los asuntos que más controversia genera en relación a la caza del zorro es que estos campeonatos se realizan bajo el abrigo de la Xunta de Galicia. Diversos colectivos animalistas y partidos políticos han pedido a la Xunta que deje de respaldar estos torneos. De hecho, el pasado marzo, el Parlamento gallego aprobó una propuesta no de ley para para instar a la Xunta “a que no se subvencionen ni se realicen competiciones de caza de zorros, de tal forma que ningún cargo público ni representante de la administración apoye o participe en su promoción ni desarrollo”. Esta misma cuestión también fue llevada al Parlamento europeo por las diputadas Ana Miranda, del BNG, y Carolina Punset, del grupo Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa.
Sobre el patrocinio de la Xunta en esta actividad, PACMA sostiene que el gobierno gallego autoriza estos campeonatos y además tiene firmados convenios con la Federación Galega de Caza “para fomentar y favorecer el desarrollo de estos torneos”. Así, en el último año la Federación obtuvo subvenciones por un valor superior a los 50.000 euros: 25.000 euros de la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio; 30.274 euros de la Secretaría Xeral para o Deporte. Duarte lamenta que este dinero público se destine a la caza, ya que considera que “la mayoría de gallegos y gallegas preferirían que se destinaran estos recursos a cuidar los montes y a proteger a los animales”.
La FGC recalca que la actividad cinegética está autorizada por la Ley de Caza de Galicia
Este medio ha contrastado estos mismos datos en el apartado de transparencia de la propia Federación, tal y como indicó su presidente en la entrevista. Con todo, cabe destacar que la Federación exhibe en sus cuentas un musculo económico mucho mayor que el otorgado por las subvenciones, con un presupuesto que, tal y como reflejan las cuentas de 2018, superó ampliamente el medio millón de euros.
El debate es, por tanto, no cuánto dinero dan la Consellería de Medio Ambiente y la Secretaría para o Deporte a la caza, sino si la Federación necesita realmente ese dinero público, ya que, tal y como señala Nogueira “la caza en Galicia es el deporte con el segundo mayor número de licencias federativas”, advirtiendo de que las ayudas que reciben por federado “no llega a los dos euros” y que la Federación “es una entidad autosuficiente, ya que de la Administración Pública solo recibe en torno al 3% de su prepuesto anual”.
¿POR QUÉ SE CAZAN ZORROS?
En los motivos sobre la práctica es donde más difieren las dos posturas. Los animalistas sostienen por un lado que estos campeonatos no están suficientemente avalados por informes técnicos y rigurosos que los apoyen con fines científicos o medioambientales. “No hay argumentos científicos (ni de control poblacional, ni de protección de especies, ni de equilibrio medioambiental) que puedan justificar la caza de zorros”, señala Laura Duarte, quien afirma que su partido trabaja en la prohibición legal de la caza del zorro en los montes gallegos.
“Esta actividad es claramente minoritaria, ya que solo representa al 1,5% de la población gallega; en cambio en más del 80% del territorio de Galicia se puede cazar: quienes salen al monte con escopeta se han apoderado del medio ambiente”, se quejan desde PACMA. “Al 99% de los gallegos y gallegas nos han desposeído de la posibilidad de disfrutar libremente y con seguridad del monte, de los animales y del entorno privilegiado de Galicia, mientras ellos argumentan que se trata de una actividad deportiva que les permite controlar la población de zorros y proteger otras especies…De nuevo se presentan ellos como la solución y nos cuentan la historia de que son los animales quienes se perjudican entre sí y han desequilibrado la naturaleza, cuando todos los datos constatan que precisamente es la caza la que ha perjudicado gravemente a los animales y el medio ambiente”, lamenta Duarte.
Protestas de PACMA en Vigo contra las cacerías de zorros
Sin embargo, desde la FGC argumentan que estos campeonatos tienen un claro fin medioambiental. “El abandono del rural gallego, la actividad humana y el cambio que sufrieron nuestros montes en las últimas décadas hizo que las poblaciones de determinadas especies se dispararan en detrimento de otras”, comenta el presidente de la Federación. “Esto hace necesario que se realice un control poblacional sobre dichas especies, en este caso el zorro, sin un depredador natural, es preciso controlar su población para mejorar la existencia de otras especies y que dicha densidad no interfiera negativamente en el ecosistema”, señala.
Sobre esta sobrepoblación, los datos que ofrece la Federación es que en los montes gallegos la densidad poblacional del zorro es de “entre 1,6 y 2 ejemplares por kilómetro cuadrado”, haciendo referencia a los datos recogidos por Luis Eusebio Fidalgo, veterinario y profesor titular de la Universidad de Santiago de Compostela. “Estas densidades son las más altas de la península y sustancialmente más altas de lo que recomienda la UE para mantener a raya enfermedades como la rabia o sarna de las cuales puede ser portador el zorro”, comenta Nogueira, resaltando que “la caza del zorro está totalmente regulada, gestionada y es sostenible” por los cupos de captura marcados por los distintos organismos reguladores.
De igual manera, Nogueira defiende que las cacerías se realizan también con fines veterinarios y científicos. “En dichos campeonatos un grupo de veterinarios analizan, sacan muestras y visionan todas las capturas y obtienen diferentes resultados que informan de la existencia o no de enfermedades, parasitaciones, etc. que son datos muy relevantes para la salud de nuestros zorros y la posibilidad de detectar posibles enfermedades que pueda trasmitir a la cabaña ganadera o a los humanos”, argumenta el presidente.
Además, la FGC esgrime los datos de accidentes de tráfico provocados por zorros, sosteniendo que “entre el 2010 y el 2017 los conductores gallegos sufrieron 500 accidentes de tráfico producidos por zorros, lo cual y como es lógico, el número sería superior si no se realizara un control poblacional”, sugiere el presidente, aprovechando para destacar la misma problemática con relación a los jabalís. Con todo, Nogueira también dice que la caza tiene un “arraigado carácter social” y que es “una actividad deportiva que dinamiza y reporta economía a nuestros pueblos que cada día están más deprimidos”.
LAS CACERÍAS EN CIFRAS
Acerca del número de zorros cazados, las asociaciones animalistas y plataformas ecologistas cifran en 12.000 los zorros abatidos anualmente. “Sin embargo, en los campeonatos de 2018 se abatieron 268, según datos también proporcionados por la Xunta, por lo que desde PACMA trbajamos no solo en la prohibición de los campeonatos, sino de la caza de zorros en su conjunto, ya que es durante las batidas que se celebran por toda Galicia, más allá de los torneos, cuando se mata a miles de animales cada año”, denuncia Duarte.
Mientras, desde la perspectiva de la Federación ven en esos miles de zorros abatidos una muestra de “gestión y control poblacional”. Apoyado en los mismos datos que PACMA, la FGC difiere en que se trate de “una masacre y exterminio”, ya que en ese caso “los datos serían cada año inferiores y esto no ocurre”. “Estos datos nos dicen que estamos haciendo una extracción correcta y beneficiosa de ejemplares que no pone en riesgo, en ningún caso, a la especie y sí la mantiene en densidades adecuadas”, afirma Nogueira, advirtiendo que si en el futuro los cazadores notasen que la densidad de zorro disminuye, ellos serían “los primeros en poner freno”.
Por otro lado, ya sin cifras oficiales, las cacerías generan muertes indirectas dentro de la fauna. Cuestionada sobre esto, PACMA afirma que aunque no puede dar datos concretos sí puede ofrecer estudios sobre caza y plumbismo (contaminación por plomo, derivada de su uso en las cacerías). “Cada año se dispersan en la naturaleza 6.000 toneladas de metal pesado como consecuencia de la actividad cinegética, lo cual perjudica a millones de animales”, critica Duarte.
En cuanto a las denuncias presentados por colectivos animalistas sobre infracciones durante las cacerías del pasado fin de semana, tanto PACMA como la FGC afirman no tener constancia de dichas infracciones. Sin embargo, mientras que los primeros advierten que no pueden comprobarlo por la falta de inspecciones y controles sobre el desarrollo de las cacerías, los segundos vuelven a recordar que todos los campeonatos y batidas de caza se rigen bajo la Ley de Caza y un estricto reglamento y control regulado por la propia Federación, encargada de tomar medidas en caso de detectar alguna infracción.
Imágenes de las protestas de los animalistas contra los cazadores
En los mismos torneos del pasado fin de semana se vivieron momentos de tensión entre los colectivos animalistas y los cazadores. Unos alegan que fueron agredidos mientras los otros comentan que intentaron atacar a sus perros y que sufrieron daños materiales.
“Es absolutamente comprensible que quienes defienden los derechos de los animales traten de evitar la matanza de zorros adentrándose en el monte para ahuyentarlos, y seguramente hayan salvado decenas de vidas, pero estamos seguros de que en la inmensa mayoría de los casos esto se ha hecho de forma pacífica, y si en algún caso no hubiera sido así, obviamente no podríamos estar de acuerdo” sentencian desde PACMA sobre la polémica, informando a su vez que las agresiones y amenazas de cazadores hacia el colectivo “son habituales y frecuentes”.
En el otro bando, Nogueira reitera que la caza es una práctica legal en Galicia y que los cazadores lo único que hicieron fue “intentar ejercer su derecho a cazar, para la cual tenían la pertinente documentación y autorización”. “Desde la Federación Gallega de Caza respetaremos siempre cualquier ideología contraria a la actividad cinegética, pero siempre desde la educación y el respeto, asique el intento de boicot de una prueba, los insultos, provocaciones y los malos modales no tendrán el consentimiento de la Federación Galega de Caza”, responde la FGC, dejando entrever que la veda, en lo que se refiere a la lucha que mantienen defensores de la caza y detractores de la misma, sigue abierta. Pero esta va más allá del 10 de febrero.
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