La dimisión de Carlos Tavares acrecienta los temores del sector de la automoción gallega de que la planta de Balaídos pueda verse afectada en un hipotético cambio de rumbo del Grupo Stellantis en su búsqueda por maximizar los beneficios rebajando los costes. En este escenario, empresas auxiliares como Magna Seating, en O Porriño, viven con incertidumbre la situación, conscientes de que de la planta viguesa depende gran parte de su futuro. Bruno Salgueiro, de la CUT y dentro del comité de empresa, explica la situación que se vive en esta fábrica, en plena batalla por desbloquear la negociación del convenio colectivo, donde los ERTE y los paros son asuntos de actualidad.