Laura Fernández Abalde, activista de 67 años de Derecho a Morir Dignamente (DMD), falleció hoy en Vigo tras recibir la eutanasia que tanto defendió a lo largo de su vida. Militante de DMD durante casi dos décadas, Laura luchó incansablemente por el derecho a una muerte digna, inspirada por figuras como Ramón Sampedro y Luis Montes. Padecía un cáncer terminal y, tras solicitar la eutanasia el 29 de octubre, logró acelerar el proceso para recibirla este martes en el Hospital Meixoeiro de Vigo. A pesar de los desafíos burocráticos, Laura consiguió su objetivo de tener una muerte digna como colofón a su vida plena. Su caso ha puesto de relieve la importancia de agilizar los procesos de eutanasia para aquellos pacientes que tienen clara su decisión hasta el final.
Un total de 27 personas recibieron asistencia para morir en el Sergas desde que entró en vigor la ley, según un informe hasta el fin de 2023
La plataforma 'Dereito a Morrer Dignamente' convoca la protesta en la plaza compostelana en memoria del aniversario de la muerte de Ramón Sampedro.
Miguel Anxo García es el presidente de la Asociación Dereito a Morrer Dignamente, que mantiene vivo el debate para que el 12 de enero, fecha en la que Ramón Sampedro se quitó la vida, sea reconocida como Día de la Muerte Digna en la comunidad. García responde a las preguntas de Galiciapress y explica cuál es la situación actual de este derecho en Galicia, su punto de vista sobre casos como el de la madre de Santiago que impidió a su hija acceder a la eutanasia o la figura de Sampedro, al que considera "patrimonio".
Una mujer en Galicia decide aplazar su derecho a la eutanasia, reafirmando la autonomía personal en estas decisiones
La Ley permite a los solicitanes de eutanasia interrumpir el proceso en cualquier momento, incluso después de que el comité ético haya dado luz verde. La legislación castiga a los que se opongan al deseo que de la persona que quiere morir y está por ver qué pasa ahora con la madre de esta compostelana, que dificultó los deseos de su hija, aunque ahora cambiase de opinión.
Morir Dignamente alerta del "incumplimiento" de algunas disposiciones y urge formación e información
La progenitora alegó que su hija no sufría dolores porque no estaba tomando calmantes y el colectivo de letrados católicos denunció a los miembros del SERGAS que aprobaron el procedimiento. La Justica no les ha dado la razón pero ya han logrado atrasar la eutanasia una docena de días.
El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ha confirmado que la Xunta ha remitido a la Fiscalía el caso de eutanasia de una mujer de Santiago, cuya madre ha pedido en un juzgado, a través de la entidad Abogados Cristianos, que se paralice el proceso.
La madre no ha dejado entrar al personal del SERGAS al domicilio común, asesorada por Abogados Cristianos, quienes han denunciado al SERGAS y a los médicos. Desde la Xunta apuntan a que llevarán el caso a los juzgados.
La Ley de la Eutanasia entró en vigor en España hace dos años, el 25 de junio de 2021
Dereito a Morrer Dignamente reclama a la Xunta los informes de 2021 y 2022 que ya debería haber publicado sobre la aplicación de la ley.
"Ningunha xustiza sobre unha inxustiza ou unha dor, ningún ben universal sobre un sofrimento inxusto" argumentó Ramón Sampedro, el activista que se suicidó un 12 de enero para defender el derecho a la eutanasia. Hoy un puñado de personas le ha rendido homenaje y ha reclamado a la Xunta más formación para los médicos y más transparencia.
Desde su entrada en vigor, hace casi un año, hubo 19 solicitudes y cuatro se llevaron a cabo
La Consellería de Sanidad modificó recientemente el impreso del Testamento Vital y suprime referencias claras a las normas legales que se aprobaron a nivel estatal. Esta omisión, asegura Derecho a Morir Dignamente Galicia (DMD) , provoca confusión sobre el derecho de rechazar voluntariamente la muerte asistida en caso de que la paciente no lo indique explícitamente.Una pasada protesta por el derecho a mori dignamente / DMD GaliciaLa asociación lamenta la falta de medidas concretas para hacer efectiva la asistencia médica a una muerte asistida.
En esta línea, piden “despenalizar” a los profesionales sanitarios y apostar “por la empatía, la solidaridad y la comprensión, emociones con las que nos sentimos más cómodos en este difícil debate”.
La conciencia de cada uno y su libertad para defender la “vida” no debe impedir que otras -por necesidad- quieran acabar con ella. No es un acto agradable, sino de libertad, justicia y sacrificio.