Impugna el 40% del texto por competencias que "no estaban previstas en su Estatuto", mientras la Xunta critica que el Gobierno opte por la "confrontación"
Si existiese un podium del feismo en Galicia, el esqueleto del edificio abandonado entre los pinares costeros de Quilmas sería sin duda uno de los principales candidatos. Una aberración urbanística que nunca llegó a completarse, pero tampoco a derruirse. Ahora, una asociación ecologista, la coruñesa Arco Iris, dice que ha logrado que la Xunte mande, por fin, reponer la legalidad.
Dos meses después el presidente de España recibe al nuevo presidente de Galicia. El resultado es agridulce para la Xunta.
El presidente del Gobierno Gallego ha solicitado la competencia de costas, hecho que su predecesor Núñez Feijóo no pidió en sus trece años de mandato.
Alberto Nuñez Feijóo es hasta ahora el único presidente de la historia de Galicia que no consiguió arrancar a Moncloa ni una sola transferencia de competencias a la autonomía.
Su sucesor, Alfonso Rueda, parece dispuesto a conseguir que la gestión de litoral sea competencia autonómica, como ya sucede en otras comunidades como Andalucía o Cataluña.
Detrás del interés de Rueda hay también un cálculo electoral. La foto de los alcaldes de ayer permite que los electores visualicen que si alguna industria costera tiene que cerrar por la nueva ley -cosa que Moncloa desmiente- no es por culpa del PPdeG.
El Gobierno dio su visto bueno a la autorización ambiental de la fábrica de cloro, rechazada por el Concello de Pontevedra.