Más plazas de pediatría sin cubrir en el SERGAS, el 15%; los pediatras alertan del "agotamiento" del sistema

En Castro, Cospeito y Outeiro claman por un pediatra que atienda a los casi mil niños y niñas que son atendidos por personal médico sin formación especializada. La situación no es mejor en la montaña de Lugo, donde los vecinos de Negueira de Muñiz, A Fonsagrada, Baleira y Castroverde llevan ya más de dos meses sin pediatras, lo que ha motivado a muchas familias a llevar las protestas a la calle. La falta de pediatras, parcheado por puericultores, se repite en distintas zonas de la Terra Chá o A Mariña lucense, pero también en Lalín, Betanzos, O Grove, Verín, Ribadeo o Arzúa. Sin importar la latitud, la falta de atención pediátrica resulta un problema de primer orden en más de 200 concellos gallegos que no cuentan con este servicio según los datos de la plataforma SOS Sanidade.

Según estas estadísticas, en dos décadas se han perdido 84 pediatras y se ha despojado de este servicio a 88 municipios. La situación es especialmente crítica en el rural y estas cifras empatan con las de la Asociación Española de Pediatría (AEPap), donde señalan que hay 1,9 millones de niños y niñas en toda España sin pediatra en Atención Primaria. En el XXI Congreso de la AEPap destacaron que en Galicia, como muestran en su mapa con los datos recabados por la propia organización, desde 2018 las plazas de pediatría de Atención Primaria sin especialista experimentó una subida de tres puntos porcentuales hasta 2024, donde el porcentaje alcanza el 14,9%. 

Amparo Rodríguez Lombardía, portavoz del colectivo en Galicia, reconoce que la situación en Galicia “ha empeorado ligeramente”, si bien no es la peor parada en este sentido, siendo Castilla-La Mancha, Andalucía o Valencia las que tienen peores dígitos en este sentido. Sobre la cantidad de niños afectados, la pediatra admite que es difícil dar una cifra concreta, pero que estiman que serán “en torno a unos 40.000 niños sin pediatra” en estos momentos, aunque no todas las plazas tienen el mismo cupo. 

CUPOS Y NATALIDAD

El cupo es otro de los asuntos sangrantes a nivel nacional, pues encontramos que en algunas comunidades autónomas la mitad de los pediatras atienden cupos superiores al millar de pacientes, algo que, como recuerda Rodríguez, es distinto en territorios como Galicia donde “la natalidad es cada vez más baja” y hay sitios “donde el número de niños baja mucho”. 

En cualquier caso, se escapa a las recomendaciones del propio Ministerio de Sanidad, que aplica ese máximo de 1.000 niños, también lejos del cupo de 800 niños que recomiendan las propias unidades de pediatría. “Hay un desequilibrio”, indica Rodríguez, pues podemos ver algunos profesionales “con grupos de 1.200 niños” y otros “con 300 o 400”, pero “en general se ha mejorado y los grupos han bajado”.

Desde AEPap consideran que la prioridad es “ofrecer un pediatra de referencia que haga continuidad asistencial, aunque haya que hacer pequeños desplazamientos”, pues con los que son hoy “a lo mejor no se puede llegar a todos los puntos”. “Todos sabemos que a lo mejor hay pocos niños en una zona, pero las distancias son complicadas, las comunicaciones no son buenas”, subraya Rodríguez, una queja que ya han puesto en conocimiento de la Consellería por las “peculiaridades” que existen en Galicia para “organizarlo de la mayor manera posible” a fin de “pelear porque en las zonas rurales no se produzca despoblación”.

En ese diálogo con Sanidade Rodríguez ve predisposición de la Xunta a reforzar los centros de salud con más pediatras. “Es verdad que hemos tenido muchas jubilaciones, que hay que cubrirlas, pero también hay que organizar, porque ya hay algún estudio que dice que, si seguimos aumentando los profesionales médicos, tanto pediatras como otras especialidades, puede llegar un momento que nos ocurra como hace algunos años en el que encontremos profesionales en el paro”, advierte la sanitaria, abogando por un pacto que implique a políticos, a pediatras y a la sociedad civil para “buscar la mejor solución”. 

"QUEREMOS LAS MISMAS CONDICIONES QUE LOS DEMÁS"

Para ello, resulta clave hacer más atractivas las condiciones de algunas plazas de difícil cobertura para evitar esa “fuga de pediatras” formados en Galicia. “Queremos las mismas condiciones que otros trabajadores. Hay que incentivar esas plazas de manera económica o concediendo más puntos para tu oposición y tu plaza fija, de forma que sepas que vas a estar dos años y luego podrás trasladarte”, asume Rodríguez, considerando que al terminar la especialidad lo habitual es “empezar en una zona un poquito más complicada” para posteriormente ir escalando.

Esas plazas de difícil cobertura son las que traen de cabeza a muchos padres que se preguntan por qué es tan difícil encontrar a profesionales cualificados, si se trata de una cuestión de precariedad o es que la especialidad ya no resulta atractiva a las nuevas generaciones de médicos. “El sector público empieza a dar muestras de agotamiento”, lamentan desde AEPap, donde entienden que también hace falta más pedagogía para hacer entender que el aumento de las jubilaciones obliga a las administraciones a hacer esfuerzos para evitar el colapso.

Como ejemplo, Rodríguez pone sobre la mesa lo “feminizada” que está la profesión, pero “muchas profesionales jóvenes tardan años en poder plantearse tener una familia”. “Resulta complicado para toda la población, pero también para los pediatras. Tenemos unos horarios que son completamente incompatibles con la conciliación. Terminas marchándote de nuestro país, que eso es una tristeza, o terminas trabajando en la privada, cuando el 99% de los médicos residentes cuando salen, donde quieren quedarse es en la sanidad pública porque prima la vocación”, incide, censurando que el hecho de encadenar contratos acaba por desgastar a los sanitarios

CONFIANZA DE LOS PADRES

“Aún estamos muy lejos de que las condiciones sean como deberían ser”, reflexiona Rodríguez, un hecho que repercute de manera negativa sobre las propias familias. Padres y madres de toda la comunidad denuncian que la falta de pediatras provoca que cada vez que acuden a una consulta se encuentren con un rostro distinto al otro lado del escritorio o auscultando a su pequeño, lo que hace muy difícil entablar una relación de confianza y sostenida con el tiempo, calve para una mejor evaluación de la evolución del menor.

Ocurrió en pandemia con muchos padres que, sin ese nivel de confianza y sin un profesional de referencia, demostraban recelos, por ejemplo, a la hora de vacunar a sus hijos. Rodríguez reitera el “esfuerzo de los pediatras” para ofrecer a los menores de 14 años un seguimiento adecuado, lo que no evita que exista cierta sobrecarga que dificulta esa tarea. “Solicitamos también que nos dejen autogestionarnos, porque somos los que mejor conocemos la situación”, argumenta.

“Tengo que romper una lanza a favor de la sanidad española. He estado fuera y cualquier persona que venga de otro país, ya sea de la Unidad Europea o si vienen de Estados Unidos, se dan cuenta que nuestra sanidad es espectacular”, puntualiza Rodríguez, al tiempo que alerta de que existe el riesgo de que “se rompa la cuerda”, aunque existe “confianza absoluta y prácticamente total en los pediatras”, lo que hace que el número de antivacunas en España “sea prácticamente anecdótico”.

Más pediatras, a primera vista, podría ayudar a combatir tanto la bajada de la natalidad como la despoblación del rural, pero a ojos de AEPap la realidad es mucho más compleja. “Poder ofrecer a la gente del rural un pediatra de cabecera de referencia va a dar más tranquilidad a los padres y va a hacer que, a lo mejor, algunas familias se puedan asentar en el rural, por supuesto. Pero creo que este problema no se relaciona con la falta de pediatras, aunque el tener un pediatra puede ser un incentivo”, reflexiona Rodríguez.

“Todo esto parte de un problema mayor. Habrá que dar todos los servicios en el rural que se puedan, pero a lo mejor hay que buscar nuevas fórmulas y concentrarlos”, examina, justificando que la vida en el rural tiene unos beneficios y unos inconvenientes que se enfrentan con las ciudades”.

“Es un problema de la sociedad actual, donde existen unos condicionantes como que cada vez es difícil acceder al trabajo, a la vivienda… La clave es que, ante el problema de plazas vacías, todos caminemos en la misma dirección: el profesional que mejor puede atender a nuestros niños es el pediatra. Hay que seguir remando todos en ese sentido”, concluye.