Estos últimos días la actualidad política estuvo marcada por ALTRI, por las distintas posturas que en torno a esta factoría se mueven en Galicia. Por una parte tenemos al Gobierno gallego de turno (PP) y miembros del sector empresarial, que defienden su instalación y enfrente una representación bastante significativa de la población, ya no solo de la comarca donde se quiere instalar esa factoría, sino de muchas otras zonas de Galicia, que está claramente en contra.
En relación con esto último resulta indiscutible que la fecha de 15 de diciembre del 2024 ya quedó marcada en la historia política y social de Galicia por la impresionante manifestación habida en Compostela en contra de la instalación de una factoría de celulosa. Una manifestación que vino a confirmar lo señalado anteriormente sobre un amplio rechazo social procedente de diferentes colectivos sociales (entre los que conviene subrayar a las mariscadoras de la ría de Arousa) tal y como muestra la información de que incluso un sector de empresariado gallego (voces críticas que incluyen miembros relevantes de la CEG) también está en contra de que se autorice. Una manifestación que puso de nuevo en evidencia, como sucedió cuando el Prestige, que hay un sector relevante de la sociedad gallega que no está de acuerdo con las políticas industriales depredadoras de los recursos naturales ni con la falta de sensibilidad ambiental del gobierno gallego de turno (PP). Que piensa que la autorización de factorías de esta naturaleza (como sucede también con las explotaciones mineras, energéticas...) responde a criterios e intereses diferentes a los que debería seguir una política industrial de hoy en día, tales como el respeto a los recursos naturales y los sistemas ecológicos, la creación de empleo y riqueza. Un sector de la sociedad que también desecha de los secretos y las mentiras de los gobernantes de turno pues sabe, por experiencia, que esconden intereses espurios y privados.
La defensa por parte del gobierno gallego de turno (PP) en palabras de altos responsables apoyara en el criterio de que “cumpliendo estrictamente con la ley, las empresas pueden instalarse en el territorio” (Angeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente y Cambio Climático), desechando las críticas en base a opiniones como que “en Santiago hubo una manifestación organizada, fundamentalmente por el BNG, que está instalado en el pasado y no quieren progreso para Galicia, no quieren industria y empleo” (Paula Prado, Secretaria general del PP). En relación con esto último, y como participante en la citada manifestación, subrayar que la mayoría de los manifestantes no éramos ni siquiera afiliados de la citada organización política y lo hicimos en base nuestra oposición a una política industrial que ni respeta el medio ambiente, he ahí los proyectos que se aprueban y su impacto ambiental (eólicos, mineras, papeleras...), ni dan un saldo positivo (creación versus destrucción) a nivel de empleo y de creación de riqueza en el territorio: una posición que no supone estar instalados en el pasado sino pensar en el futuro. En relación a las declaraciones de la conselleira de Medio Ambiente y Cambio Climático subrayar que produce cierto rubor escuchar a una alta responsable de la conservación del medio ambiente en Galicia defender un proyecto que, como demuestran las experiencias y los informes científicos más rigurosos, son altamente contaminantes y contribuyen al cambio climático por su elevada emisión de gases de efecto invernadero. Una posición que pone en evidencia la carencia de un proyecto industrial estratégico. Dejar la decisión en manos exclusivas (?) del mercado y del capital privado es desconocer las dinámicas industrias en los países más desarrollados donde la participación del sector público como emprendedor fue, y sigue siendo, decisiva. Finalmente, cuando estamos sufriendo una muy preocupante crisis medioambiental, con un alarmante cambio climático, dar ánimo, subvencionando, a proyectos como ALTRI y ayudar a que estos males se hagan aún mayores.
Para finalizar, un aviso al gobierno de turno (PP): que no olvide que la actitud tenida por los gobiernos gallego y español (ambos en manos del Partido Popular) frente al desastre ecológico provocado por el Prestige intentando ocultar el real impacto provocó una indignación popular (“Nunca mais”) tal que ayudó mucho la llegada del gobierno bipartito (PSdeG/BNG). Eso suele pasar cuando los gobiernos no escuchan a las mayorías sociales.
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