Julian Assange: la libertad de información encadenada

Manoel Barbeitos
Economista

A la espera de que el Tribunal Supremo resuelva el recurso interpuesto por la defensa para evitar su extradición a los Estados Unidos, Julian Assange continua en una prisión de máxima seguridad en Belmarsh (Gran Bretaña), en un encarcelamiento que ya dura cuatro años que, sumados a los que estuvo refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, suponen "11 años de tortura" según el Informe del Ponente de la ONU.
 

Días atrás la prensa independiente nos informaba de que la salud de Julian Assange empeora por días. Algo que no debería sorprendernos dado el trato inhumano que viene recibiendo desde hace más de una década. Ante esta evidencia resulta realmente indignante la poca atención que viene recibiendo la situación de este luchador por la libertad, tanto por parte de muchos gobiernos y dirigentes políticos como por medios de información y opinión que se dicen defensores de las libertades y los derechos humanos pero que, a la hora de la verdad y delante de flagrantes violaciones de los mismos, como sucede en este caso, mantienen silencio. ¡Cómo quedan en evidencia!

 

¿Quién es Julian Assange? Un ciudadano australiano que, además de periodista, programador, hacker y editor, es un ciberactivista que lucha por una información libre. ¿Qué pecados tan horribles cometió? Ser uno de los fundadores de WikiLeaks (2006), plataforma mediática que fue quien -mediante información recogida en los llamados "papeles del Pentágono"- puso a cielo abierto las mentiras que, por caso, se contaron para justificar la invasión de Irak. WikiLeais informó de cómo la Administración Bush, para justificar la invasión, mintió conscientemente sobre la existencia  de un arsenal químico en poder de Sadam Hussein: nunca se encontraron restos o indicios de armamento químico en Irak. Una acción militar criminal que tuvo como objetivo real apoderarse del petróleo de Irak, quien  cuenta con unas reservas que se calcula en 120.000 millones de barriles: las más importantes del mundo después de las de Arabia Saudí. 

 

El pecado cometido por Julian Assange fue el de informar que se estaban cometiendo, por parte de los Estados Unidos, "crímenes de guerra" y atentados contra el derecho internacional. Porque gracias a WikiLeaks el mundo pudo saber de las siniestras realidades ocultas tras las guerras de Afganistán e Irak tales como los asesinatos indiscriminados de civiles cometidos por parte de soldados estadounidenses en esos dos países. Igualmente del sumarísimo trato dispensado a prisioneros afganos encerrados en la prisión de Guantánamo. Acciones que supusieron graves atentados contra los derechos humanos más elementales.  

 

He ahí los horribles pecados cometidos por Julian Assange y WikiLeaks: querer informar al mundo sobre lo sistemático abuso del secretismo y la mentira por parte tanto de los ejércitos como de los gobiernos de, por caso, los Estados Unidos y sus aliados (Gran Bretaña....). Acciones para las que cuentan con el apoyo y la cobertura de la mayoría de los grandes medios de información y comunicación así como de las grandes redes. En este caso Julian Assange y WikiLeaks también cometieron el pecado de revelarnos como las grandes empresas de la galaxia digital -Geogle, Amazón, Facebook...- nos desnudaban y vigilan para luego informar al gobierno de los Estados Unidos.

 

Julian Assange y WiliLeaks son culpables de defender que no hay razones que justifiquen informaciones secretas y que, en una democracia, el deber de los informadores y periodistas es revelarlas cuando existan y ponerlas a disposición de los ciudadanos -"las democracias no deben ocultar nada, los dirigentes políticos tampoco (...) ¿Por qué tendrían que callarse los periodistas en una democracia cuando un responsable político afirma una cosa en público y lo contrario en privado?" (Julian Assange)-. 

 

Unos principios informativos democráticos que, evidentemente, no todos comparten. He ahí la persecución de que está siendo objeto WikiLeaks "un servicio de inteligencia hostil a los Estados Unidos, a menudo respaldado por Rusia...no vamos a permitir que Assange y la gente de su calaña sigan escudándose en la libertad de expresión para machacarnos con secretos robados. Nos vamos a convertir en una agencia mucho más feroz. Y mandaremos nuestros agentes más despiadados a los destinos más peligrosos para aplastarlos" (M. POMPEIO, director de la CIA).


 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Últimas
Opinadores

Galiciapress
Plaza de Quintana, 3 15704 Santiago de Compostela
Tlf (34)678803735

redaccion@galiciapress.es o direccion@galiciapress.es
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR POMBA PRESS,S.L.
Aviso legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial - Publicidad
Powered by Bigpress
CLABE