¡Decía Mafalda: “¡Que levante la mano los que estén hartos de ver el mundo manejado con los pies!”. Creo que serían muchos los que podrían levantarla. Están ocurriendo tantas cosas a la vez, en diferentes ámbitos, que se puede llegar a esa conclusión de Mafalda: el mundo anda al revés de lo que dice el sentido común, la lógica, la inteligencia, o como se le quiera llamar. Hay más muestras que días tiene el año.
Es más que evidente, pero no menos incomprensible, que tener una actitud en la vida que sea coherente entre lo que se dice y se hace es imprescindible para ser una persona con ética y principios. Lo malo es que hay gente que dice una cosa y la defiende con tanta pasión que algunos se la creen. Pero después esos personajes actúan de manera diferente a lo que predican. Claro que las mentiras, las contradicciones o el engaño tienen las patas muy cortas, y al final se terminan descubriendo, en más o menos tiempo.
Podemos, y sus líderes y “lideresas” a los que se les llena la boca de ser el “partido de las mujeres”, se cambió Podemos por Unidas Podemos, como muestra de que los hombres pasaban a un segundo plano: empoderamiento de las mujeres dentro del partido. La realidad es que solo dos mujeres, Irene Montero, la pareja de Pablo Iglesias, y Ione Belarra, son las dos caras visibles de Unidas Podemos. Fueron puestas por un hombre, Pablo Iglesias, que sigue moviendo los hilos a su antojo. En el fondo, quien manda es el macho alfa. El machismo sigue estando presente en la formación morada, donde la democracia interna sigue siendo inexistente. Se hace lo que manda Pablo Iglesias, quien delega en las dos mujeres para que estén más contentas.
Tanto feminismo que han predicado, tantas mentiras que han salido por sus bocas, tanto de hombres como de mujeres de la formación morada, ahora llevan una temporadita en la que hay una gran brecha entre lo que dicen de cara a la galería y lo que hacen detrás del telón. Sumar y ahora Unidas Podemos (son los mismos con siglas diferentes por temas personales, que no políticos) que los que tienen poder están siendo noticia por los posibles casos de acoso sexual. Este penúltimo (hay unos cuantos más) tiene como protagonista a uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, al que se le acusa de posible acoso a más de una compañera. Se le conoce como “el baboso”. No solo en el seno o entorno del partido han surgido denuncias públicas, sino que, en la universidad donde imparte clases, están saliendo alumnas que explican esta actitud. La universidad ya ha abierto una investigación.
Lo preocupante de la situación es que algunas de las afectadas por la actitud poco congruente de Monedero han explicado que la dirección era conocedora de los hechos y han mirado para otro lado, intentando tapar el escándalo. Monedero es mucho Monedero, dispone de mucha información interna del partido y durante años se ha dedicado “a las finanzas”, y de qué manera ha sido capaz de multiplicar los ingresos. ¿Sigue siendo útil?
El silencio de las corderas de Unidas Podemos deja al descubierto que no se actúa de la misma manera con unos/unas que con otros/as. Son demasiadas veces en las que Unidas ha guardado un sepulcral silencio en la defensa de mujeres, especialmente las que hacen referencia a sus partidos. Lo que indica la amnesia que sufren cuando no les interesa, y lo parciales que son con los demás.
El presunto acosador Monedero, el viajero constante a Venezuela, el amigo de Maduro, ha declarado que no es verdad lo que explican de él y sale disparando hacia delante afirmando: “Tengo una ventaja y es que yo no tengo una persona y un personaje”, en alusión a su excolega Errejón. Es evidente que de persona tiene poca y de personaje mucho. Aprovechándose de su “superioridad” de cargo (la llamada enfermedad del poder), se cree con derecho ¿de pernada? Le importa un comino que su partido “morado” se haya adjudicado así mismo ser el único que defiende a las mujeres; vamos, que han descubierto el feminismo.
El problema de más de un dirigente, con cargo, poder y dinero, es que se han llegado a creer que tienen la potestad de colocar a gente dentro y fuera de su partido; cargos orgánicos, en las administraciones, en los parlamentos... Eso creen que les da derecho a meterles mano a las mujeres, que se dejan “seducir” ante sus encantos. Son los grandes triunfadores del engaño, la perversión y la mentira. Eso es lo que está ocurriendo ahora en Unidas Podemos, que no son las únicas formaciones a las que les pasa; hay más.
Creo que en Unidas Podemos se ha destapado el frasco del “machismo dirigente” y que posiblemente hay más de uno que va a salir salpicado. Son esos los que más claman que el acoso sexual no hay que tolerarlo, sino combatirlo, y que cuando se apagan las luces de la presencia en los medios, guardan esas proclamas para la siguiente actuación. Ellos han tocado el poder y lo ejercen para ellos mismos.
Ahora les toca a las dos marionetas de Pablo Iglesias, Belarra y Montero, salir a dar la cara, denunciar las posibles situaciones de acoso y denunciar públicamente a todos los babosos que tanto daño están haciendo. ¿Lo harán? A medias, porque igual Monedero se cabrea y tira de las manta que guarda celosamente. Como explicaba Mafalda: “Ya que es tanto lío cambiar las estructuras… ¿no se podrá por lo menos darles una pintadita? ¿O ni eso?”.
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