La presente legislatura española está dejándonos varias novedades a destacar. Una de ellas la confirmación del particular concepto de democracia que tienen no pocos partidos, magistrados, medios y también ciudadanos, mayormente entre las derechas, algo sobre lo que ya he escrito (https://gal.galiciapress.es/artículo/opinion/2024-11-22/5081125-unas-derechas-las-daña-finezza). Otra es la de que en contra de lo que subrayan aquellos y otros, incluso ubicados en las izquierdas, un parlamento plural y sin mayorías claras tiene sus ventajas desde una perspectiva genuinamente democrática. Una no menor es la de que a lo largo de una legislatura todos los partidos finalizan por “retratarse”, por dejar en evidencia delante de la ciudadanía los intereses que realmente defienden el que democráticamente resulta muy esclarecedor y positivo.
Recientemente tuvimos una nueva experiencia en este sentido con motivo de un decreto llevado al parlamento por el gobierno español de turno (PSOE/Sumar). Un decreto (decreto ómnibus) que finalmente, y a pesar de un recorrido algo accidentado, va a ser finalmente aprobado por una amplísima mayoría parlamentaria si se confirman las intenciones expresadas por los diferentes grupos políticos.
Un recorrido algo accidentado pero del que conviene subrayar algunos aspectos que están siendo desvirtuados por razones de partidismo político y mediático. Empezando por subrayar que el decreto que finalmente se someterá la aprobación, contiene en esencia todo el paquete social inicial y para confirmarlo basta con comparar los dos textos que aparecieron en el B.O.E. En segundo lugar hai que darle al protagonismo de JxCat la dimensión que le corresponde que es mucho menor de la que tanto los propios como las derechas extremas (PP/Vox), por razones diferentes, le quieren dar. La aritmética parlamentaria no puede ocultar las evidencias de que fuera de los gobiernos de la Generalitat y del ayuntamiento de Barcelona, con una pérdida muy relevante de apoyo social en Catalunya (su terreno natural), amarrados a una figura política en claro declive (Puigdemont) y cada vez más desprestigiada, sin dirigentes parlamentarios de nivel como los que tuvo en otra época (ubi eres Miquel Roca Junyent?) y con la amenaza de que si las derechas extremas llegan al gobierno español la amnistía puede quedar en nada, la margen de maniobra política de JxCat es muy pequeña, más mediática que real. Finalmente en este recorrido por el devenir del decreto volvió a quedar en evidencia la actual inconsistencia política e intelectual de los dirigentes del Partido Popular capaces en una semana de decir diego donde antes habían dicho digo. A pesar del barullo montado, y atendiendo las noticias periodísticas que nos llegan, Alberto Núñez Feijoo recúa y el grupo parlamentario del PP votará sí la un decreto cuyo contenido social apenas varía del que fue tumbado por su voto en contra junto con Vox y JxCat. Alberto Nuñez Feijoo sigue sin querer ser presidente.
Porque de darse este resultado estaríamos delante de un nuevo triunfo del gobierno español que preside Pedro Sánchez. Un triunfo que quien más lo agradecerán serán los colectivos beneficiados por tal decreto: los pensionistas, los usuarios del transporte público, los damnificados por la DENA y el volcán de la Palma, los amenazados de desahucio, los ciudadanos con menores ingresos y rentas más bajas, los trabajadores con peores salarios. que hoy tienen motivos para estar más contentos que ayer. Un resultado que no sería posible sin lo activo papel tanto de los partidos que solen apoyar al gobierno de turno (PNV, Bildu, ERC, Compromis, BNG, Podemos...) cómo de las centrales sindicales mayoritarias (UGT, CCOO). En definitiva la mayoría socio-política que en el Parlamento español y en la sociedad viene tirando este gobierno desde lo 2018.
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