Los universitarios gallegos acampados por Palestina piden a UDC, USC y UVigo "romper todo vínculo" con Israel

De un punto a otro del planeta los estudiantes universitarios han decidido poner en masa pie en pared y defender la libertad de Palestina ante los continuados abusos de Israel. Los últimos ataques del ejército israelí han llevado a miles de alumnos de distintos países a iniciar acampadas en sus centros de estudio en protesta por la barbarie a la que están asistiendo sin que ningún gobierno tome cartas en el asunto de forma decisiva. En medio de esta ola, los estudiantes universitarios de Galicia tratan de vertebrar una gran protesta conjunta para mostrar su solidaridad con el pueblo palestino, “denunciar el genocidio” y marcar las líneas rojas de sus exigencias con las universidades gallegas y del resto del Estado.

Los primeros en organizar las acampadas fueron estudiantes de la UDC, con un gran valor simbólico pero un seguimiento algo pobre al realizarla de una forma casi improvisada y sin contar con otras organizaciones. Ahora son alumnos de las USC los que se han decidido a comenzar una acampada en la facultad de Historia, donde también se celebran asambleas abiertas para invitar a los estudiantes a presentar sus ideas y organizar las acampadas.

ROMPER CON ISRAEL EN TODAS SUS FORMAS

‘Erguer. Estudantes da Galiza’ es una de las organizaciones que está detrás de estas convocatorias. La entidad, presidida por Artai Gavilanes, mantiene contacto con otras organizaciones que han celebrado movilizaciones en apoyo a Palestina, como la celebrada este miércoles en la Praza de Praterías de Santiago, donde ha participado Erguer.
 

“Desde Erguer entendimos que no podíamos seguir callados con lo que está ocurriendo en Gaza. Viendo la oleada de solidaridad existente en los campus universitarios y la entrada del ejército Israelí en Rafah que acrecienta el genocidio en Palestina hicimos un llamamiento la semana pasada para movilizarnos y concretar las acciones a desarrollar”, explica Gavilanes.
 

El presidente de Erguer detalla que la organización, que desde el inicio del conflicto en octubre ha mostrado clara su postura ante la barbarie que se está dando en territorio palestino, tiene muy claras hacia donde deben ir dirigidas estas acciones con el objetivo de “exigir a las universidades que rompan con la equidistancia y se posicionen claramente contra el genocidio con la solicitud de un alto el fuego permanente” así como dar su apoyo a “universidades palestinas” de cara a ayudar en su reconstrucción. 

Al tiempo, Gavilanes manifiesta que los estudiantes no quieren formar parte “de un espacio en el que seamos de una forma u otra cómplices de esto a través de las universidades”. “Queríamos exigir, y así lo hicimos en el comunicado, que las universidades se comprometiesen con el boicot total con Israel, desde las universidades, proyectos de investigación y hasta empresas, cortando todo vínculo con aquellos que mantengan relación con el Estado ilegítimo de Israel”, detalla Gavilanes.
 

Las de Erguer son a todas luces intenciones ambiciosas pero difíciles, ya que las universidades gallegas serían especialmente reacias a cortar sus lazos con entidades privadas como algunos bancos, por ejemplo. Más allá de eso, desde Erguer consideran necesario el reconocimiento del Estado palestino y “señalar la complicidad de los gobiernos occidentales, entre ellos España” durante años de abusos.

EL CALENDARIO ACADÉMICO, A LA CONTRA

Sin embargo, un tema tan complejo como este merece un debate durante un tiempo que el calendario académico no concede. Esta semana terminan las clases y muchos estudiantes tienen la cabeza puesta en la recta final. Aunque esta semana se manifestaron cientos de estudiantes en distintas ciudades de Galicia, coincidiendo con los actos por el 76 aniversario de la Nakba, la realidad es que el apoyo a las acampadas no está resultando tan multitudinario como en otros lugares.

En parte debido a las discrepancias dentro del propio debate celebrado entre los asistentes a las asambleas de Compostela, donde se admiten algunas diferencias no tanto en el fondo de la cuestión como en los métodos para trasladar estas exigencias. 

Algunos sectores piden que las protestas se hagan sin siglas, aunque miembros de muchas organizaciones como Galiza por Palestina o Mar de Lumes participan de forma activa en estas movilizaciones, o que no hubiese fotos del primer encuentro por la negativa de algunos participantes a que no hubiese registros gráficos ni se hiciese una gran cobertura mediática de la misma. 

RESULTADOS POCO SATISFACTORIOS POR EL MOMENTO

Gavilanes lamenta que los primeros resultados de las asambleas fueron “diferentes de lo que desearíamos” ya que “no se cerraron objetivos y se lanzaron distintas proclamas al aire” sin haber abierto contactos siquiera con los organizadores de las protestas en otras universidades españolas. El único acuerdo alcanzado fue el de celebrar la acampada “de manera indefinida” mientras desde Erguer aspiran a que las presiones puedan lograr arrancar “algún compromiso” a las universidades con estas protestas, especialmente ahora que las asambleas cuentan ya con portavoces para comunicar los acuerdos.

En esa línea, desde Erguer consideran que la resolución de la Conferencia de Recortes de las Universidades de España, condenando lo ocurrido en Gaza y reafirmando su “permanente compromiso con la paz, la convivencia y la justicia y con la defensa del derecho internacional humanitario”, es todavía “insuficiente”. “Dicen que romperán relaciones con las universidades que no se comprometan con la paz, pero ningún centro israelí está comprometido con la paz, ninguno difiere de la línea que marca el Gobierno de Netanyahu y van todas a una”, lamenta Gavilanes, que vuelve a pedir ese boicot total que demandan a las universidades españolas. 
 

Por otra banda, Gavilanes puntualiza que hoy están extintos los convenios con universidades del estado sionista, pero no por decisión de romper lazos con Israel, sino porque no se renovaron en su momento, aunque sí “se están llevando distintas líneas de investigación de forma conjunta”. “No debería ser así: ni conferenciantes ni ningún tipo de transferencia con entidades israelíes”, reprenden desde Erguer. 

El colectivo defiende que en el escenario actual, con las fuerzas israelíes bombardeando Rafah y con la atención de los medios de comunicación puesta sobre estas protestas universitarias que se están dando a nivel internacional era el momento ideal para poder conseguir cambios y compromisos para, al menos, condenar el genocidio. 

“Siempre defendimos al pueblo palestino. El año pasado, a estas alturas de curso, también celebramos concentraciones y protestas, pero no fueron tan elevadas como las de estos días”, defiende Gavilanes, al tiempo que confían que en las próximas semanas desde la acampada se puedan acordar más actividades para poner sobre la mesa sus demandas.