ERE en Stellantis Vigo con casi un centenar de afectados "por causas organizativas"

El clima de cierta tranquilidad que se respiraba en Stellantis Vigo después de los últimos anuncios del Grupo que parecían asegurar la carga de trabajo en la planta durante los últimos años se ha visto mutilado con el anuncio de la dirección de la factoría olívica de plantear un expediente de regulación de empleo (ERE) voluntario para un máximo de 90 empleados. 

ERE Y ERTE

En un momento en el que los sindicatos se encontraban discutiendo en torno al riesgo de perder o no la paga de beneficios, el comité de empresa se encuentra ahora con esa propuesta que desde la dirección achacan a "causas organitzativas" a la que hay que añadir la propuesta de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de un máximo de 85 días de suspensión.

Se trataría de ERTE que iría a título individual y que sería, dicen, para gestionar los días de no actividad que proyectan habrá a lo largo de 2025. "Se utilizarían como un mecanismo complementario una vez consumida la adecuación de jornada y el saldo negativo de la bolsa de horas", detalla la firma, que en 2023 aprobó su último convenio colectivo, un texto que no contó con la aprobación unánime del comité y que no está exento de polémica.

Así las cosas, este viernes se constituyó la comisión negociadora para los dos expedientes que incluyen tanto a personal de oficinas como a operarios. La siguiente reunión se celebrará el 5 de enero con la expectativa de alcanzar un acuerdo el día 12 de ese mismo mes, pero los sindicatos recalcan que la "voluntariedad" debe ser el eje de esta propuesta para que cristalice un ERE que, afirman, "era esperable" después de la experiencia del año pasado. Sobre el ERTE, subrayan que son más días que el año pasado -diez más- y que son "excesivas", más en una situación en el que el calendario será de alta producción. 
 

La salida de Carlos Tavares, la crisis de los semiconductores, la bajada de ventas en el mercado de Estados Unidos o la competencia con el mercado de los eléctricos chinos están lastrando la actividad en el grupo automovilístico, que mira con preocupación a las decisiones que medita el Gobierno de Donald Trump en torno a aplicar aranceles que marcarían, todavía más, las cuentas de Stellantis.