Aluvión de denuncias a la OCU por averías en los motores Puretech defectuosos de Stellantis: "Me quieren estafar"
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha registrado en los últimos meses una gran cantidad de reclamaciones de usuarios que denuncian el trato que reciben de los talleres oficiales de Peugeot o Citroën cuando sufren la avería de sus vehículos con motor Puretech. Galiciapress hace un repaso a algunas de esas reclamaciones que evidencian que no se trata de averíais aisladas, sino que parecen responder a un fallo generalizado.
Engañados, desamparados, defraudados, estafados... Son muchos los sentimientos que han experimentado los propietarios de marcas como Opel, Peugeot o Citroën, firmas dentro del Grupo Stellantis, que desde hace unos años sufre el descrédito de los compradores y de los profesionales de la automoción que han perdido la confianza en esta casa automobilística. La causa son los motores Puretech -llamados “Pudretech” por los afectados- y las averías que sufren de forma inevitable para dejar totalmente incapacitados a miles de vehículos. En Europa se calcula que hay unos cuatro millones de afectados, mientras que en España son ya más de 6.000 los afectados que integran la Asociación de Afectados Stellantis (AFESTEL), una plataforma que promete llevar a juicio a la empresa si no les acercan soluciones definitivas.
RECLAMACIONES A LA OCU
Las víctimas creen que deben ser indemnizadas por todos los perjuicios que estos coches, que registran un fallo en el motor cuya reparación cuesta miles de euros por el mal diseño de esta pieza. Las demandas de AFESTEL pretenden que el Grupo "reconozca el defecto de fábrica, retire los vehículos para achatarrar y retorne los importes abonados por reparaciones y mantenimientos excesivos". De igual manera, piden una "compensación por cada día que el vehículo ha estado parado sin coche de sustitución para el usuario y que compense la devaluación del vehículo".
En cualquier caso, para tener acceso a las hipotéticas indemnizaciones hay que formar parte de la demanda y, como recuerda Christian Díaz, al frente de la firma de abogados que lleva el proceso, “todo debe acreditarse”. “Todas las facturas y demás documentación debe incorporarse en el informe de cada caso. Hay quien tiene todo, pero otros afectados no tienen nada”, dice Díaz.
En medio de este proceso, son muchos usuarios los que todavía no saben que el fallo de su motor no se trata de una eventualidad aislada, sino que hay muchos conductores en su misma situación. Es aquí donde muchos acuden a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), asociación privada independiente y sin ánimo de lucro que traslada información y atención a los consumidores por la defensa de sus intereses.
“ENGAÑADA, DAÑADA, LASTIMADA…”
En los últimos meses el goteo de denuncias que ha registrado la OCU al respecto es más que significativa. Encontramos relatos como el de M.G., que adquirió un Peugeot de ocasión en 2020 con uno de estos motores. “Se me envió una carta que hablaba de algunos vehículos con problemas, y al llevarla al concesionario se la quedaron diciéndome que era general y no era sobre mi vehículo”, narra la afectada, que admite no saber mucho de mecánica pero que ahora, con perspectiva, entiende que se “fue el primer engaño”.
“Después de varias encendidas de luces y rellenar durante un mes aceite en mi motor, el 25 de octubre mi vehículo se detiene. Entonces me entero de lo que es un motor Puretech y me indican que entra en garantía su reparación”, prosigue la damnificada. Tras informarse de las características del Puretech que hacen que la correa de distribución se degrade más rápido de la cuenta, M.G. dice que la respuesta de Stellantis ha sido “el silencio” cuando debe abonar 2.400 euros para reparar su coche, siendo este “un presupuesto abierto”, por lo que tiene que “rezar para que no tenga más incremento” a la vista de los impedimentos que le ponen para aceptar que el coche entre en la garantía.
“Me siento engañada, dañada y lastimada, mi marca de referencia siempre ha sido la Peugeot (4 coches), y ante la ignorancia me encuentro con este problema de Puretech y la mala impresión de engaño de uno de sus talleres oficiales poniéndome trabas en el ‘plan de mantenimiento’”, critica en su reclamación a la OCU.
UN BIDÓN DE 5 LITROS EN EL MALETERO
En la misma, menciona que en el taller al que acude llevan “entre 30 o 40” reparaciones similares, muy en la línea de la impresión que trasladaron mecánicos profesionales a este diario cuando consultamos por los Puretech. “Esas correas son una basura. Stellantis la cagó con la correa bañada en aceite porque hay que ir cambiándolo cada 20.000 o 30.000 kilómetros, hay que sacar el carter, limpiarla chupona de aceite, quitarla, ponerla…”, detallaban entonces a Galiciapress.
Una de esas 30 o 40 averías pudo ser la de C.A., que adquirió su Peugeot 208 Allure en 2017. Los problemas en su coche empezaron con los frenos pero, antes de los 81.000 km fue el motor el que empezó a dar una mala respuesta, obligando al afectado a llevarlo al taller, donde afortunadamente entró en garantía en 2022.
“Yo ahí aún no sabía los problemas que estaban dando estos motores”, indica, pero “a partir de esa reparación continuaron los problemas y fueron a más”. “Cada aproximadamente 1.000 km tenía problemas con el aceite. Debía llevar el vehículo al taller para revisión y echar aceite. Cada vez que salía de viaje, debía llevar el coche a algún taller para volver a echar aceite. Además del tiempo perdido y sin poder utilizar el coche, además de los nervios que esto conlleva…”, lamenta el afectado, que en cuestión de unos 30.000 kilómetros ha tenido que acudir al taller más de una docena de veces por culpa siempre del aceite.
“Llamé por teléfono al taller Peugeot para asesorarme sobre este problema y me dijeron que si quería encontrar el problema, debían desmontar el motor, pero que si cuando estaba desmontado comprobaban que no tenía pasada alguna de las revisiones obligatorias, debería abonar yo la recolocación de las piezas, dejándome muy clara la carestía de ésto por la cantidad de horas y demás de taller... vamos, que me metieron más miedo aún”, reconoce.
Justo este aspecto, el cuidado de cada vehículo, es la baza que juega Stellantis para desmarcarse de este fallo que los propios ingenieros reconocen como generalizado e inevitable. “No es lo mismo alguien que ha seguido las instrucciones de mantenimiento al pie de la letra que alguien que ha tardado dos años más de lo estipulado en cambiarle el aceite al coche”, ejemplificaba el abogado sobre las dificultades que puede haber desde el punto de vista jurídico, ya que “no se puede homogeneizar el perfil del demandante” por no tener todos los vehículos el mismo mantenimiento.
Los afectados también se quejan de las “zancadillas” que se encuentran en algunos talleres oficiales, donde la atención se demora durante más de un mes en ocasiones y donde muchas veces se encuentran con respuestas vagas e imprecisas.
“Me da miedo utilizar el vehículo e irme fuera de mi ciudad ya que no me da más que problemas. Siempre se enciende algún testigo luminoso”, admite C.A., que lleva ya “gastado un dineral en aceite”: “Viajo con un bidón de 5 litros en el maletero de un coche relativamente nuevo como está dando una cantidad de problemas de los que nadie se hace cargo”. “¿Tendré que estudiar yo mecánica?”, se pregunta.
¿MALTRATO DE STELLANTIS?
En idéntica circunstancia se encuentra S.A., también con un Peugeot 208 Allure pero adquirido en 2019. También aquí se hace eco del “silencio” de Stellantis ante sus reclamaciones pese a que asegura que “el uso que se ha hecho ha sido absolutamente adecuado y conforme a lo esperado y, el defecto producido, ha tenido lugar en otros coches similares”.
En el caso de S.M., su Citroën Grand C4 SpaceTourer tiene solo 3 años desde que lo adquirió y poco más de 60.000 kilómetros. Pese a ser relativamente nuevo, el coche ya sufrió el cacareado problema en la correa de distribución. “Después de 3 meses de espera para tener una respuesta sobre la reparación nos dicen que la reparación asciende a 7.000 euros ya que necesita un cambio de motor y que la marca no cubre nada por no estar en garantía”, argumenta, destacando a su vez la “preocupación” y “descontento” por el servicio ofrecido desde Stellantis.
Y es que el trato está siendo una de las grandes losas en el deterioro de la imagen de Stellantis. Algunos, como S.G., son radicales en su reclamación a la OCU: “Me están intentando estafar con mi Peugeot”. En esta ocasión, admite no haber pasado las tres revisiones y haber pagado una avería inicial el pasado mes de julio. “El 31 de agosto, volviendo de vacaciones, me volvió a saltar la misma avería relacionada con la presión del aceite del motor. Salía aceite por los laterales del capó. Paramos inmediatamente corriendo con mis hijos en la carretera porque creíamos que explotaba”, rememora en su escrito la afectada, que ve como el eslogan de que “Peugeot ayuda a sus clientes” ahora “se queda en un dicho”.
“A mí me tienen sin coche, sin solución, ni en contacto se ponen conmigo… Una vergüenza”, comenta desesperada la afectada con “dos hijos” y dependiente de su coche para su día a día, una circunstancia que, como bien saben en la OCU y comprueban a diario, afecta a miles de personas.
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