Huelga en las residencias gallegas contra la "dictadura esclavista" de la patronal precarizando los cuidados
Los profesionales del sector han marchado en ciudades como Ferrol en defensa de unas condiciones salariales y laborales dignas para el personal.
La situación de los trabajadores de las residencias gallegas se resume en que son pocos, apenas tienen medios y están al borde del colapso. Después de la pandemia cabría esperar que las grandes firmas y las administraciones públicas se pondrían manos a la obra en mejorar este sector que tan mal lo pasó durante la crisis sanitaria, pero que cinco años después de la Covid-19 afirma estar mucho peor que entonces. En este caldo de cultivo, los profesionales de los geriátricos de toda Galicia han tomado la palabra y han acudido en masa a las movilizaciones convocadas para este jueves 10 de abril, en la primera de una serie de protestas que tratarán de visibilizar la delicada situación en la que se encuentran.
"NO SOMOS ESCLAVAS"
Llamados por la CIG, cientos de trabajadores han acudido a este primer día de paro, que tendrá su eco el próximo 22 de abril, además de en los días 7 y 21 de mayo. En Ferrol han salido al grito de "¡Convenio digno!" o "¡No somos esclavas, somos trabajadoras" los manifestantes marcharon desde primera hora de la mañana con protestas ante la residencia DomusVi Ferrol, además de en otros geriátricos.
Se trata de la respuesta sindical a "la parálisis en la negociación colectiva por parte de la patronal", que después de varios encuentros para dialogar la mejora de las condiciones del personal, "dio por rota la mesa tras presentar en septiembre pasado una propuesta inasumible para las trabajadoras".
Ferrolterra no es la única comarca en esta situación, sino que en toda Galicia se han movilizado los trabajadores para denunciar "las condiciones de precariedad tanto salariales como laborales en las que estamos trabajando". En ese sentido, remarcan los "salarios miserables" que "en la mayoría de casos no llegan al SMI". Se trata de una mayoría, pues la CIG cifra en 8.000 trabajadores, de un total de 12.000, los que se encuentran en esta condición de marginación salarial.
A renglón seguido, subrayan que en este clima los cuidados han empeorado sensiblemente, con una atención a los mayores cada vez más pobre por la imposibilidad de llegar a todos los rincones con las plantillas diezmadas como encuentran: "Queremos denunciar que la actitud dictatorial de esta patronal que está convirtiendo a las residencias de mayores en fábricas de precariedad, empobreciendo, cada vez más la calidad de la atención que prestamos, empresas a las que solo les preocupa hacer caja a coste de los usuarios".
INACCIÓN DE LA XUNTA
Por otra banda, desde la CIG dirigen el foco a la Xunta de Galicia y a las demás administraciones públicas, censurando en el caso de Galicia las "políticas privatizadoras de las políticas sociales del PP y el poder que le otorgan a la patronal para explotar al personal", algo que empuja a los afectados a "soportar unas condiciones de esclavitud".
"Queremos denunciar la actitud que en todo este tiempo está teniendo la Xunta de Galicia, con su conselleira de Política Social al mando, Fabiola García, la que, a pesar de tener solicitada una reunión desde el mes de septiembre, ni tan siquiera se digna a hablar con nosotros", reprende la CIG, envuelta en una guerra particular con Fabiola García, que acusó al sindicato de "sexista" por caricaturizar a la conselleira.
No obstante, desde la CIG siempre han sostenido que la conselleira solo trata de levantar una cortina de humo para tratar de ocultar las "nefastas y perversas prácticas empresariales" de la que la Xunta es "sabedora" y que no sanciona en su labor como inspectora de los centros, "mercantilizando y convirtiendo los cuidados en un privilegio".
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