Paros y huelga de firmas en La Opinión de A Coruña ante despidos y bajos salarios

 
La plantilla del diario La Opinión de A Coruña, perteneciente al grupo Prensa Ibérica, mantiene desde hace semanas diversas medidas de protesta en rechazo a sus condiciones laborales actuales. Entre las acciones llevadas a cabo, destaca la huelga de firmas y paros parciales.

Según la cuenta de Twitter "La Opinión A Coruña Precaria", que actúa como portavoz de los trabajadores, este martes se cumplió el decimotercer día consecutivo en el que el periódico salió sin firmas en las noticias, fotografías y gráficos.

El conflicto se produce en el marco de las negociaciones del convenio colectivo entre la empresa y los empleados. Los trabajadores denuncian una pérdida del 17% de su poder adquisitivo en los últimos años, debido a la congelación de salarios entre 2010 y 2020, así como de los complementos de antigüedad durante los últimos nueve años.  La empresa ofrece un aumento salarial del 2%, lo mínimo que marca el convenio estatal de prensa diaria, que los trabajadores consideran insuficiente.

Galiciapress se ha puesto en contacto con la dirección y la gerencia de La Opinión de A Coruña para dar su punto de vista. Por ahora, no ha recibido respuesta.

La oferta presentada por la empresa incluye una subida del 3% para 2025 y un incremento de 1,50 euros por domingo trabajado. Sin embargo, los empleados critican que la propuesta contempla la eliminación de los quinquenios y otros complementos, lo que afectaría las mejoras salariales por antigüedad. Además, los nuevos contratados recibirían una categoría inferior durante tres años, lo que implicaría un salario anual 7.000 euros menor, lo que consideran una precarización de los puestos más jóvenes.

Desde el 18 de septiembre, los trabajadores han realizado concentraciones de protesta todos los miércoles y, a partir del 3 de octubre, iniciaron una huelga de firmas, retirando sus nombres de las noticias, gráficos y fotos del diario. Asimismo, han convocado lo que denominan "miércoles y viernes negros", jornadas en las que acuden vestidos de negro a sus puestos de trabajo y realizan paros de 10 minutos en las mañanas y tardes.

Apoyo del Colexio y la FeSP

El Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia (CPXG) ha expresado su apoyo a las demandas del personal *, condenando las medidas que precarizan el sector del periodismo. En un comunicado, el Colexio argumenta que la pérdida de poder adquisitivo y los recortes salariales afectan la calidad del periodismo, y recordaron que la defensa de unas condiciones laborales dignas es clave para garantizar el derecho a la información de la ciudadanía.

Por su parte, la Federación Estatal de Sindicatos de Periodistas (FeSP) también ha respaldado las reivindicaciones de los empleados del diario coruñés.

Además de los recortes salariales, los empleados denuncian que están siendo obligados a realizar horas extra sin remuneración y asumir responsabilidades que no les corresponden, como ejercer funciones de jefatura de sección sin compensación adicional. También aseguran que, en algunas secciones, hay tan solo dos empleados, lo que obliga a uno de ellos a trabajar hasta 15 días consecutivos, algo ilegal.

La asamblea de trabajadores decidió rechazar por unanimidad la última propuesta de la empresa, calificándola de "falta de respeto". Los periodistas continúan exigiendo una mejora en sus condiciones laborales y económicas, y no descartan intensificar las medidas de presión si no se llega a un acuerdo que consideren justo.

Los trabajadores denunciando despidos recientes y han tirado de IA para denunciar el despido de compañeras con años de antigüedad durante las navidades:

También indican que en las últimas semanas se produjo un despido de una compañera por teléfono.

¿Es el periodismo una profesión con buenas condiciones laborales en España?

Las condiciones laborales del periodismo en España han sido motivo de preocupación en los últimos años debido a la creciente precarización, los cambios en el sector mediático y la transformación digital. Uno de los principales problemas es la precariedad laboral, caracterizada por contratos temporales, empleo freelance y falta de seguridad social para muchos profesionales. Los salarios son bajos, especialmente para los jóvenes que comienzan en la profesión, quienes a menudo se ven obligados a aceptar trabajos mal remunerados o realizar largas prácticas no pagadas. Además, las jornadas laborales son extensas e irregulares, ya que los periodistas suelen trabajar en fines de semana, festivos y horarios nocturnos, enfrentando una sobrecarga de trabajo debido a la reducción de plantillas en muchas empresas.

Con la digitalización de los medios, se espera que los periodistas sean polivalentes, desempeñando múltiples funciones como la creación de contenido multimedia, la gestión de redes sociales y la edición de videos. Esto ha incrementado la carga de trabajo y genera inseguridad ante la posibilidad de que la automatización y las nuevas tecnologías puedan reemplazar ciertas tareas periodísticas. A esto se suma la presión empresarial, ya que muchos periodistas denuncian que sus coberturas están condicionadas por los intereses económicos de los propietarios de los medios, lo que puede derivar en prácticas de autocensura.

El cierre de medios locales y regionales ha reducido las oportunidades laborales, afectando especialmente a quienes trabajan en regiones alejadas de los grandes centros de poder mediático. Esta situación ha sido especialmente grave para los jóvenes, que tienen dificultades para acceder a empleos estables y a menudo se ven atrapados en una cadena de contratos temporales. También existe una marcada brecha de género, donde las mujeres periodistas, a pesar de ser numerosas en la profesión, ganan menos que sus colegas hombres y están subrepresentadas en los cargos de dirección y toma de decisiones.

Otro factor preocupante es la hostilidad que enfrentan muchos periodistas, con casos de acoso, amenazas y agresiones, tanto en coberturas presenciales como a través de redes sociales, lo que crea un ambiente de presión y desincentiva la cobertura de temas sensibles. Si bien existen sindicatos y asociaciones que luchan por mejorar las condiciones laborales, como la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), la sindicalización es baja, especialmente entre los trabajadores freelance, que muchas veces quedan fuera de la protección de los convenios colectivos.