Plataforma contra la Mina de Touro denuncia el empleo de dinero público en empresa del proyecto minero
Además, desde el colectivo denuncian que se reproducen los malos olores que afectan a los vecinos del entorno de la mina.
La Asociación Cheiros Non de Touro lleva mucho tiempo luchando contra las molestias que el proyecto minero de Touro, en estos momentos paralizado a nivel administrativo, ocasiona a los vecinos de la localidad coruñesa. Pese a los muchos intentos de los promotores de la mina de reactivar el proyecto, la administración pública no dio la luz verde para reactivar la antigua mina de cobre, pero los actividades en la zona siguen siendo motivo de queja de las plataformas contrarias a la minería.
En esa línea, desde el colectivo reclaman una estación de medición de calidad del aire en la zona de Cruz de Méndez en Loxo, una infraestructura que se encuentre "bajo la supervisión directa y forme parte de la red de estaciones de la propia Consellería de Medio Ambiente". Esta estación permitiría el análisis del aire que respiran los vecinos y conocer "y con qué frecuencia e intensidad" se ven condicionados por las actividades de la empresa TEN en los terrenos de la mina.
Sin embargo, la respuesta es una partida de más de 140.000 euros "para financiar a una de las empresas del grupo, por enésima vez". Según relata la plataforma, se trata de un proyecto europeo que "no aporta ningún beneficio ni riqueza la este concello ni a su gente, pero sí sigue financiando la actividad empresarial"m lamentan, al tiempo que denuncian que no es la primera vez que los "tecnosolos" reciben dinero público para sus proyectos.
En paralelo, con la llegada del calor, las situaciones en las que los olores se vuelven insorportables se reproducen con más frecuencia. "En esta semana iniciamos el libro de registro de olores que está en el ayuntamiento de Touro y que parece que no va a ninguna parte, un mero trámite que el gobierno local parece que tiene solo de adorno y que, a pesar de haberse comprometido con el vecindario que realizaría la gestión con la administración, esto no llegó el fin, más allá de una simple declaración indicando que le pedirán a la empresa que mida los olores", reprochan.
"Esa no es la solución, la empresa no se puede vigilar a sí misma, es cómo meter el zorro en el gallinero", agregan desde la organización, mientras los olores acosan a vecinos y los residuos se depositan "a menos de 300 metros de la guardería de Touro".
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