Vivienda turística en el rural, ¿un modo de preservar el entorno?
La rehabilitación de viejas casas de campo, la “venta” de aldeas o la adquisición de viviendas en el rural podría ser una forma de preservar algunos entornos naturales. Esto ha hecho que en los últimos años se dispare tanto el turismo rural de interior como la adquisición de segundas residencias en áreas rurales y, sobre todo, en la costa, pero, ¿realmente este tipo de turismo ayuda a la preservación del entorno?
En Galicia hay sobre 22.000 viviendas turísticas, de ellas casi el 90% tienen un propietario único que la utiliza como una fuente de ingresos. “En Galicia siempre se ha alquilado como vivienda turística, sobre todo para el verano” dice Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (AVITURGA). “Alquilar una vivienda para pasar el verano es una costumbre muy arraigada”. Aunque, eso sí, las personas que solían alquilar eran gente de las ciudades o procedentes de otros lugares de la Península quienes elegían sobre todo áreas junto al mar.
Hoy en día todo ha variado, incluso el perfil del visitante y del tipo de vivienda que desea alquilar. “Fuera de temporada viene mucho extranjero, sobre todo europeo y americano que se concentran sobre todo en la costa” señala Aguín. Sin embargo, el interior gallego también está experimentando una fuerte ocupación de vivienda turística, “aunque en porcentajes más modestos debido al escaso número de vivienda en comparación con el litoral”.
Aún así, en los últimos años se ha experimentado un importante auge de la rehabilitación de viviendas rurales en el interior. Muchas de estas construcciones aprovechan el tirón de determinadas áreas como son Ribeira Sacra, Courel o la costa de Lugo. “Desde principios de esta década se ha fidelizado un turismo que busca tranquilidad, cierto aislamiento y sobre todo, escapar de las altas temperaturas que se experimentan en sus lugares de origen”.
¿REVITALIZA EL RURAL?
Ante el fenómeno de despoblamiento de muchas áreas rurales y el peligro de desaparición de espacios habitados, la alternativa de rehabilitar casas o aldeas en zonas relativamente aisladas ha surgido como una posibilidad para preservar estos espacios que se van abandonando. Esto en parte debido a que las actividades agropecuarias a día de hoy suponen un porcentaje muy bajo (10%) de la población activa total en Galicia. Esto en lo que atañe a zonas de interior porque la costa ha experimentado, en cuanto a turismo, una importantísima masificación lo cual ha llevado a subir precios y alquileres.
Volviendo a la pregunta de si es posible que el turismo rural permita preservar espacios y evitar su abandono completo, la respuesta es “equilibrio”. “Se puede conservar áreas enteras gracias a la rehabilitación y al uso turístico siempre que se respeten ciertas formas de respeto al entorno” dice Cristóbal López de Ecologistas en Acción.
“Hay que pensar en las necesidades que acompañan el desarrollo del turismo en áreas del rural como depuración de aguas, accesos, carreteras o suministro eléctrico”. Todo esto necesita de inversiones y al mismo tiempo de una serie de ordenanzas que no rompan el equilibrio del entorno. “Absolutamente todo tiene su impacto” insiste López. Por eso la necesidad de buscar una forma equilibrada de desarrollo. “El riesgo está en crear actividades que sean incompatibles con la naturaleza, se debe poner límites, no todo el monte es visitable”. De ahí que en ocasiones sea necesario poner ciertos límites tanto a visitas como a determinadas acciones rehabilitadoras que no contemplen el respeto al entorno.
El alquiler de viviendas turísticas es una práctica muy tradicional en Galicia, se ha practicado durante décadas en áreas del litoral y ahora se va extendiendo al interior aprovechando las nuevas posibilidades que ofrecen tanto las nuevas tecnologías como las comunicaciones por carretera. El turismo rural y en cualquier época del año hace años que ha abierto la posibilidad de ayudar a preservar el entorno y fijar población. No obstante, y para evitar masificaciones y otro tipo de incongruencias, se hace necesario un equilibrio que permita la convivencia entre el entorno y el visitante.
Escribe tu comentario