Rafael Louzán busca vender la Supercopa femenina a Arabia Saudí, donde las mujeres no pueden ir al médico sin permiso de un hombre
Arabia Saudita, un país que encarcela por terroristas a las mujeres que reivindican derechos como poder viajar sin un tutor, es adecuado para acoger la Supercopa de España de Fútbol Feminino. Rafael Louzán, el gallego condenado por prevaricación, ha anunciado que ya hay conversaciones en marcha con la dictadura saudita.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), presidida por Rafael Louzán, está en negociaciones con Arabia Saudí para ampliar su relación contractual hasta 2034 y, además, incluir la Supercopa Femenina en este acuerdo. Así lo declaró el dirigente en una entrevista reciente: "Estamos trabajando en ello porque quieren mejorar mucho el fútbol femenino y por lo tanto... ¿Por qué no? Todavía no puedo dar la confirmación oficial, pero, ¿por qué no una Supercopa de España femenina en Arabia", declaró el gallego ayer. Desde 2020, el torneo masculino se celebra en el país asiático, fruto de un acuerdo que reporta unos 40 millones de euros anuales a la RFEF. Ayer se disputó la final con un 2 a 5 del FC Barcelona al Real Madrid.
Las palabras del expresidente de la Deputación de Pontevedra por el PP están generado controversia, especialmente por el contexto social en Arabia Saudí, donde las mujeres enfrentan restricciones básicas de sus derechos humanos. A pesar de algunas reformas recientes, las saudíes necesitan aún permiso de un tutor masculino para ciertas actividades, como viajar o acceder a atención médica.
Además, aficionados del Mallorca denunciaron haber sufrido acoso, especialmente mujeres, en los partidos celebrados allí. Según testimonios, hubo tocamientos a mujeres familiares de jugadores, burlas, faltas de respeto y comportamientos inapropiados hacia hinchas por parte de hombres sauditas.
Por su parte, el CEO del Mallorca, Alfonso Díaz, aseguró haber mantenido una conversación con Louzán para abordar lo sucedido, afirmando que se tomarían “medidas urgentes” para evitar que se repitieran este tipo de situaciones. Sin embargo, la RFEF no ha emitido declaraciones oficiales al respecto, dejando en el aire cómo gestionará estos problemas en futuras ediciones. Lo que sí ha confirmado es su inteción de seguir haciendo caja aprovechando los intentos de la dictadura saudita para vender una imagen de modernización y tolerancia.
El traslado de la Supercopa a Arabia Saudí bajo el mandato de Luis Rubiales ya generó polémica en 2020, cuando el país fue elegido tras una subasta entre varias candidaturas. Ahora, la intención de incluir la versión femenina del torneo aviva el debate sobre la ética de priorizar intereses económicos en contextos donde los derechos humanos están restringidos.
¿Qué derechos básicos no tienen las mujeres en Arabia Saudí?
En Arabia Saudí, las mujeres enfrentan restricciones en sus derechos y libertades básicas, aunque en los últimos años se han introducido reformas graduales. Tradicionalmente, el sistema de tutela masculina ha sido uno de los mayores obstáculos para la autonomía de las mujeres. Este sistema exige que las mujeres obtengan el permiso de un tutor masculino, que puede ser su padre, esposo, hermano o incluso su hijo, para realizar diversas actividades, como viajar al extranjero, casarse o incluso acceder a ciertos servicios médicos. Aunque en 2019 se implementaron cambios legales que permiten a las mujeres mayores de 21 años viajar sin autorización, el impacto de estas reformas aún enfrenta resistencias culturales y prácticas.
Otro derecho limitado para las mujeres en Arabia Saudí es su acceso a la justicia. En muchos casos, los testimonios de las mujeres en los tribunales no tienen el mismo peso que los de los hombres, lo que las coloca en una posición de desventaja en disputas legales. Además, las leyes que rigen el divorcio, la custodia de los hijos y la herencia tienden a favorecer a los hombres, dejando a muchas mujeres en situaciones vulnerables. Aunque han surgido iniciativas para garantizar mayor igualdad, la implementación efectiva sigue siendo un desafío.
Además, en ciertos espacios de trabajo, se mantienen estrictas reglas de segregación de género que limitan sus posibilidades de interacción y desarrollo profesional.
En el ámbito social, las mujeres aún enfrentan restricciones en su libertad de expresión y asociación. Aunque el levantamiento de la prohibición de conducir en 2018 fue un hito significativo, las activistas que lucharon por este derecho, y otros, han sido perseguidas e incluso encarceladas.
FEMINISTAS CONDENADAS POR TERRORISTAS
Por ejemplo, según informaron en 2014 Amnistía Internacional y la organización saudita de derechos humanos ALQST, con sede en Londres, Manahel al Otaibi, una mujer de 29 años, fue condenada a 11 años de cárcel por terrorismo, cargos vinculados a su vestimenta y a la difusión de sus opiniones en redes sociales.
Las denuncias contra al Otaibi están relacionadas con sus demandas públicas para eliminar el sistema de tutela masculina que restringe las libertades de las mujeres saudíes, así como con videos donde aparece realizando compras sin llevar la abaya, una prenda holgada y tradicional en el país, señalaron ambas organizaciones.
"La sentencia de Al-Otaibi se produce en medio de una intensificación de la represiónopens in a new tab sobre la libertad de expresión en Arabia Saudita, incluida la expresión en línea. En los últimos dos años, los tribunales saudíes han condenado y dictado largas penas de prisión a docenas de personas por su expresión en las redes sociales, incluidas muchas mujeres, como Salma al-Shehab (27 años), Fatima al-Shawarbi (30 años), Sukaynah al-Aithan (40 años) y Nourah al-Qahtani (45 años)", denunció la pasada primavera Amnistía Internacional.
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