Elon, que el propio Adolfo nos diga si fue comunista

Demagogia, y no comunismo, es algo en lo que sí creía Adolfo. De hecho, era un verdadero crack en demagogia. Por lo visto, Elon Musk y la AfD también lo son.

Alternativa para Alemania no es neonazi porque Adolf Hitler era un comunista y ellos no, son lo opuesto, conservadores y liberales. Resumiendo, esta es la tesis que esgrimió la líder del partido Alice Weidel durante su reciente entrevista con Elon Musk. El hombre más rico del mundo se mostró de acuerdo.
 

Lo hicieron después de acusar a los medios de manipular la imagen de AfD para presentarlos como extrema derecha. Así que no resumamos y ciñámonos a la literalidad de lo dicho:
 

Weidel: En aquel entonces, durante el Tercer Reich, el nacionalsocialismo, como dice la palabra, eran socialistas.
 

Musk: Sí, y mucho, nacionalizaban industrias como locos.
 

Weidel: Absolutamente, él era comunista, él se consideraba socialista. El estado financió a las empresas privadas y luego exigían impuestos enormes y nacionalizaron toda la industria, como dijiste antes.

Musk: Sí.
 

Weidel: El mayor éxito después de esa terrible era de nuestra historia fue etiquetar a Adolf Hitler como de derechas y conservador. Él era exactamente lo opuesto, no era conservador, no era libertario, era un tipo comunista, un tipo socialista, punto final, no más comentarios sobre eso. Nosotros somos lo opuesto, somos un partido conservador libertario.

Dado que el propio Musk nos advierte del riesgo de censurar cualquier idea, dejemos que hable en primera persona el propio Adolf Hitler. Es fácil. Bajemos ese peñazo que es Mi Lucha (tomos 1 y 2) hacemos control+f “socialismo”, “marxismo” o “comunismo”. He aquí lo que escribió en su manifiesto sobre Marx y sus herederos:
 

• Recorrimos de nuevo el camino para poder llegar a nuestro alojamiento, y fue en ese trayecto donde los representantes del verdadero socialismo, de la "igualdad" y de la "fraternidad", apelaron al recurso de las piedras. Esto debió poner punto final a nuestra paciencia. Durante diez minutos llovieron piedras, a derecha e izquierda, y un cuarto de hora más tarde no quedaba en la calle un solo comunista.
• La democracia del mundo occidental es hoy la precursora del marxismo, el cual sería inconcebible sin ella. Es la democracia la que en primer término proporciona a esta peste mundial el campo propicio donde el mal se propaga después.
• La institución sindicalista dentro del Nacionalsocialismo no es un órgano de lucha de clases, sino un portavoz de representación profesional. El Estado Nacionalsocialista no distingue "clases" y conoce, en el sentido político, únicamente ciudadanos con derechos absolutamente iguales y, consiguientemente, con deberes generales también iguales; y, junto al ciudadano, el súbdito que carece por entero de derechos políticos.
• Nuestra obra no ha de realizarse en conciliábulos, sino en imponentes demostraciones populares, y tampoco valiéndose del puñal, ni del veneno ni de la pistola, sino conquistando en abierta lid el dominio de la calle. Tenemos que enseñarle al marxismo que el futuro dueño de la calle ha de ser el Nacionalsocialismo, que un día será también el dueño del Estado.
• Si el programa social del nuevo movimiento consistiese solamente en suprimir la personalidad y poner en su lugar la autoridad de las masas, el Nacionalsocialismo, ya al nacer, estaría inoculado por el veneno del marxismo, como es el caso de los partidos burgueses.
• Lo que también me irritaba era la actitud que se adoptaba en relación al marxismo. Para mí, esa actitud era una prueba de que no se tenía la mínima idea de lo que era esa calamidad.
• En aquella época debí también abrir los ojos frente a dos peligros que antes apenas si los conocía de nombre, y que nunca pude pensar que llegasen a tener tan espeluznante trascendencia para la vida del pueblo alemán: el MARXISMO y el JUDAÍSMO.
• La doctrina judía del marxismo rechaza el principio aristocrático de la Naturaleza y coloca, en lugar del privilegio eterno de la fuerza y del vigor del individuo, a la masa numérica y su peso muerto; niega así en el hombre el mérito individual, e impugna la importancia del Nacionalismo y de la Raza, ocultándole con esto a la Humanidad la base de su existencia y de su cultura. 
• Fue un error incalificable de los primeros días de agosto de 1914 el haber tratado de identificar al obrero alemán con él marxismo. En aquel momento el obrero alemán estaba ya desligado de las garras de esa ponzoña. 

En lo teórico, muy comunista no parece Adolfo, que niega la existencia de clases sociales, piedra fundacional del marxismo. La verdad, tampoco ayuda a su rojerío que tilde al comunismo de ponzoña, veneno, calamidad o peste. De ser comunista, muy escondido lo tenía Adolfo.
 

Ya, pero y ¿ en lo práctico? ¿No nacionalizó Hitler industrias como un loco? 
 

Se lo preguntamos a Gork, la Inteligencia Artificial del propio Musk disponible en X, y responde que “Adolf Hitler y el régimen nazi no llevaron a cabo un programa de nacionalización amplio en el sentido clásico del término, como podría haberse visto en regímenes socialistas o comunistas” pero vamos, que va Gork, que se ha leído toda la internet. 
 

¿Les suenan Siemens, Bosch, Allianz, o Porsche? Son empresas que ayudaron a los nazis a ascender al poder -para evitar una revolución socialista- y que siguen operando hoy. Empresas que estuvieron siempre en manos privadas. 
 

Pongamos un ejemplo más cercano. Llamarle socialista o comunista a Hitler es como llamarlo a Franco. ¿Qué hicieron los franquistas en el 39 con Electra Popular Coruñesa, la mayor compañía eléctrica de Galicia por entonces? La nacionalizaron,  pero ipso facto se la vendieron a unos de los banqueros del régimen, Pedro Barrié de la Maza, que creó Fenosa. La compañía eléctrica ha llegado hasta hoy en manos privadas. Eso sí durante el franquismo tuvo que someterse a los vaivenes del régimen, a cambio eso sí de tratos de favor como la expropiación de As Encrobas para la central térmica.
 

Evidentemente, el programa económico de Adolf Hitler no es de Javier Milei. El argentino propone un mini Estado donde el mercado mande en todo y el alemán creó un marco Estado que lo intervino todo, también la economía en su conjunto, pero sin arrebatarle al gran capital sus empresas.  Uno es libertario, como dice ser la AfD, y otro fascista. Ambos coinciden en que son los socialistas el enemigo. 
 

Por eso el primero los llama “rojos de mierda” y el segundo los mató como a conejos. Al poco de tomar el poder, Hitler culpó al Kommunistische Partei Deutschlands del fuego del Reichstag y la persecución posterior llevó al internamiento en campos y/o ejecución de entre 30.000 o 50.000 comunistas. Otros grupos de izquierdas, como anarquistas, socialistas o sindicalistas sufrieron el mismo destino. 
 

En definitiva, Hitler no era libertario, como clama Musk y la AfD, pero desde luego no era comunista. 
 

Preguntémosle a Grok qué es usar simplificaciones burdas para ganarse apoyo de las masas. Demagogía, responde.  Demagogia, y no comunismo, es algo en lo que sí creía Adolfo. De hecho, era un verdadero crack en demagogia. Por lo visto, Elon Musk y la AfD también lo son.