Galicia entrará en alerta por sequía si no llueven 70 litros por metro cuadrado en septiembre
La reunión de la Oficina Técnica da Seca acuerda mantener el nivel de prealerta, que será revisado a principios de octubre.
La lluvia, clave para que los ríos recuperen caudal.
Las demarcaciones hidrográficas Miño-Sil y Galicia Costa mantendrán la prealerta por sequía durante septiembre. Una vez finalizado este mes y coincidiendo con la clausura del año hidrológico, se estudiará si se eleva a nivel de alerta por sequía en función de la evolución de las precipitaciones a lo largo del noveno mes del año.
Estas han sido las principales conclusiones extraídas de la reunión celebrada este viernes de la Oficina Técnica da Seca, en la que participan las demarcaciones hidrológicas y técnicos de todos los departamentos de la Xunta con competencias en la materia --Augas de Galicia, Consellería do Medio Rural, Axencia Galega de Emerxencias y Meteogalicia--.
Así, este órgano ha acordado mantener la prealerta por sequía y no elevarla al nivel de alerta. No obstante, ha puesto el foco en que es necesario prestar atención a las cuencas del sur de la Comunidad gallega, que presentan caudales inferiores a los niveles habituales en esta época del año.
El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, ha señalado que 2017 está siendo un año "extremadamente seco" aunque la situación "no ha empeorado" respecto al mes de julio.
De este modo, la Oficina Técnica da Seca volverá a reunirse al término del año hidrológico --30 de septiembre--. Será entonces cuando, en función de las precipitaciones que se registren a lo largo del mes recién iniciado, los técnicos estudiarán la posibilidad de decretar el nivel de alerta por sequía.
La prealerta por sequía fue activada a comienzos de año y, en palabras de Marín, los embalses "se han comportado muy bien" y mantienen niveles "del 57%". Con todo, en caso de que no se produzcan lluvias "de 70 litros por metro cuadrado" en septiembre, sería preciso elevar el nivel a alerta a partir de octubre.
Esta situación provocaría que se tomasen medidas con el objetivo de "tener en buen recaudo las aguas", como restringir los usos no prioritarios y modificar las leyes de explotación de los embalses.
Además, también se obligaría a reducir el riego de jardines y el baldeo nocturno. "No como una recomendación, sino como una obligación", ha recordado Francisco Marín, quien ha asegurado que, en todo caso, el abastecimiento a la población está asegurado y la declaración del nivel de alerta no provocaría cortes de agua para la ciudadanía.
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